El paisaje encantado - Murcia (IBP 78 HKG)

En el extremo noroeste de la Región de Murcia se extiende la villa de Moratalla, antigua encomienda de los caballeros de la Orden de Santiago. La silueta de su castillo predomina en un paisaje de callejuelas cuya identidad ha perdurado casi intacta durante los últimos siglos. Arte rupestre y restos de asentamientos íberos, romanos y medievales se suman a la belleza de los bosques y montes de una de las tierras más nobles de la Región de Murcia.

En su entorno natural cabe destacar el río Alhárabe afluente del río Segura que nace en la pedanía de El Sabinar, y recorre el norte del extenso municipio de Moratalla pasando por la altiplanicie del Campo de San Juan, el estrecho valle de montaña que se abre entre la Sierra de los Álamos y el Lanchar (donde se sitúa el paraje de La Puerta) y la huerta de Moratalla.

En dicha huerta fluye al Alhárabe el arroyo de Benamor, que nace en las Casas de Benamor, pasando entre la Sierra del Buitre y la de los Álamos y flanqueando el núcleo urbano de Moratalla por el sur. Desde el punto de unión de los dos ríos, el Alhárabe también es conocido como río Moratalla.

A lo largo de esta sierra podremos disfrutar de numerosas cimas y profundos barrancos. Laderas están atestadas de pinares, sabinares, carrascales, arces y quejigos. Los mamíferos que con suerte podremos ver en esta Sierra son ardillas, jabalíes, cabras y gatos monteses.

Comenzaremos nuestra ruta partiendo del camping “La Puerta” situado a tan solo 15 km del pueblo de Moratalla. Es sin duda, el entorno de fluvial de La Puerta uno de los mejor conservados y salvajes de la Región de Murcia, con sus hoces, cortados, bosques, saltos y cascadas.

Iniciaremos nuestra jornada por una cómoda pista que nos llevará hasta la orilla del río Alhárabe, el cual recorreremos parcialmente por su margen derecha adentrándonos en un precioso bosque de ribera, trepando por algunas piedras y túneles vegetales con enredada vegetación y sendas no señalizadas.

Al llegar a la intersección con el Barranco de Hondares abandonaremos el cauce del río para remontar el barranco hasta llegar a uno de los puntos más emblemáticos de esta ruta “Los Baños de Somogil”. En esta poza confluyen dos corrientes de agua. Una superficial, la fría, que aporta el chorro del arroyo Hondares desde su lejano nacimiento; y otra subterránea, la caliente, que brota del interior de un profundo acuífero a 26ºC aprovechando una falla en la roca caliza. Dos grifos naturales: el frío y el caliente, como en un spa, pero en la naturaleza, al aire libre, rodeado de árboles en un incomparable paraje. Hubo un tiempo en el que los vecinos de Moratalla subían a bañarse, guardando turnos separados entre hombres y mujeres, que un vigilante marcaba con un toque de trompeta.

Realizaremos una parada en este bonito enclave que, si bien no será suficiente para darnos un baño, sí nos permitirá recuperar fuerzas gracias a las dos corrientes de agua naturales confluyen en este lugar.

Retomando el Barranco de Hondares iremos ganando altura para encontrarnos a los pies de una encina centenaria desde donde continuaremos hasta “La Cueva del Agua”, conocida así por ser una grieta enclavada en la roca caliza debida a la acción del agua. En este punto y gracias a las lluvias otoñales podremos disfrutar de unas pequeñas cascadas en altura.

Tras recorrer escasos metros en dirección a un precioso bosque de chopos llegaremos a la “Poza de las Tortugas” en la que encontraremos pequeña cascada y en la que si hacemos caso a su nombre deberíamos encontrarnos rodeados de estos animales.

Después de coger fuerzas y hacer alguna foto nos dirigiremos al “Cortijo de Hondares” que, aunque en ruinas, nos permitirá disfrutar de unas vistas privilegiadas. El Cortijo de Hondares de Abajo lo constituyen varias construcciones en ruinas ubicadas en un paraje envidiable. Está situado en un escenario de terrazas agrícolas, ahora abandonadas, dominando como una fortaleza la cabecera del arroyo de Hondares y cercado al noroeste por un cortado espectacular producto de una falla del terreno que guarda alineación con El Lanchar.

Y ya va quedando menos... Subir, lo que se dice subir, solo nos queda la Loma del Majalico. Pasaremos junto al "Cortijo de la Loma" y posteriormente junto a otra construcción igualmente en ruinas y empezaremos el descenso, acercándonos a la cuenca del río Alhárabe que queda a nuestra izquierda. Curiosamente sus cortados recuerdan mucho a los que vimos al subir el arroyo de Hondares.

Llegará un momento de la bajada en que caminaremos por un cauce ahora seco, con el lecho plano, totalmente de piedra y sin arena alguna en las proximidades del cortijo de Somogil Alto. Continuaremos por la pista hasta alcanzar el punto donde se encuentran el río Alhárabe y el arroyo de Hondares por el que ya habíamos pasado a la ida y dejaremos el Alhárabe a nuestra derecha tomando de nuevo la pista que nos llevará al punto de inicio.