El Patriarca-Sendero de las Mariposas

Cómoda ruta dominical visitando el Parque periurbano “El Patriarca”,
la antigua finca de los marqueses de Aldama que en su mayor parte fue adquirida en 1978 por el Ayuntamiento de Córdoba (unas 63 hectáreas). Formaba parte de las extensas propiedades del conde de Hornachuelos (desde principios del siglo XV, con el reparto de tierras tras la conquista cristiana) y en 1898 fue vendida al torero Rafael Guerra (el Guerra o Guerrita, segundo Califa del toreo cordobés). A principios de los años ochenta del pasado siglo se aprobó un proyecto de urbanización para estos terrenos (del que perdura parte del trazado de lo que iban a ser futuras calles) que, afortunadamente, se paralizó (en gran parte gracias al informe del profesor Fernández Haeger -del Departamento de Ecología de la Facultad de Ciencias de la UCO-, que exponía los altos valores ecológicos de la vegetación autóctona). El área del parque (61.36 ha) se calificó en el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) como Suelo No Urbanizable de Especial Protección, por su gran valor ecológico y paisajístico (con 47.5 ha de superficie arbolada).

Salimos desde la calle Camino del Patriarca, a escasos metros del inicio del parque (uno de los privilegios, entre otros, que ofrece Córdoba es el poder acceder a la Naturaleza desde el mismo núcleo urbano). Tomamos un sendero balizado (con marcas naranja) que sale a la derecha, caminando entre encinas, acebuches, algarrobos, algún almez… tras pasar junto a la Torre del Transformador (a mano derecha queda el Cortijo del Patriarca, propiedad de la duquesa de Cardona, heredera de los marqueses de Aldama), nos dirigimos hacia el Punto de Encuentro, un área de descanso recientemente construida: desde 2021 se está llevando a cabo en el parque un proyecto para su conservación y protección, con obras para aprovechamiento del agua de lluvia y la plantación de más de 800 árboles (encinas, alcornoques, fresnos, almezos) y más de 1800 arbustos, además de leguminosas, gramíneas y herbáceas, para evitar la erosión.
Dentro de este proyecto, también se han acondicionado caminos pavimentados y con pendientes menores del 6%, para su uso por personas con movilidad reducida (están marcados con balizas con pintura azul). Seguimos algún tramo de camino accesible, en dirección hacia el arroyo de las Víboras (que viene del cortijo del Pardo) y subimos la Cañada de las Víboras, hasta salir a la Calle de las Ermitas.

Ya en asfalto, seguimos subiendo unos metros para girar a la derecha por la calle Poeta Paredes y después a la izquierda en fuerte subida; aquí arranca una veredita, el Sendero de las Mariposas (señalizado con mariposas de vivos colores pintadas en las piedras), que sube en paralelo y por encima de la Cuesta del Reventón (también se puede coger desde la carretera después de pasar la calle Poeta Paredes): se trata de una estrecha senda, que cuando se abre ofrece magníficas vistas de la ciudad a nuestros pies, por la que se evita el concurrido -y más soso- camino. Termina en el arranque de la Cuesta de los Pobres, desde donde regresamos ahora sí por la remodelada Cuesta del Reventón.

Dejamos la Cuesta de las Ermitas (denominación correcta de la actual del Reventón), para entrar de nuevo en el Patriarca, por su límite oeste (dejando a la derecha el Cinturón Verde). Caminamos por senderos que nos llevan hasta la alcubilla de los Cazadores y después al cauce seco de otro arroyo, el del Alcornocal, que nace en la falda del cerro de Belén; estos arroyos sólo llevan agua ocasionalmente, en épocas de lluvia. Saliendo del arroyo, pasamos junto a una remozada alberca, antes de enfilar otro tramo de camino accesible, para salir de “El Patriarca” y pisar de nuevo el asfalto de las calles de la ciudad. Insisto, un lujo al alcance de pocas capitales de provincia.