El Puntarrón y los Mamellones.

La ruta la considero de moderada, por el desnivel y el tránsito por los Mamellones , hay que tener en cuenta los pasos complicados, destrepes, destrepadas y zona de vértigo.

En el día de hoy nos disponemos a subir a los Mamellones pero al ver la ruta la vi muy corta y decidí darle un pequeño golpe y subir al Puntarrón y desde allí a los Mamellones, sube de 6 km unos 12 km y gana atractivo.
Salimos desde la explanada del Buo y nos encaminamos en subida constante hacia el Puntarrón siempre por senda, una vez coronado volvemos sobre nuestros pasos y vamos por pista ( deteriorada) por la ladera de la sierra ( pasaremos entre plantaciones de limoneros hasta llegar a una balsa vallada que sortearemos por la derecha ) hasta llegar al panel indicativo que da comienzo a la subida de los Mamellones.
Comenzamos la fuerte subida con decisión pero con calma y llegamos a la preciosa cueva del Dragón, desde allí subimos a la cresta, desde allí hay que ir cresteando por todos los Mamellones, si tienes vértigo no te acerques al precipicio, pero merece mucho la pena las vistas desde cerca. Al no haber un sendero definido solo queda ir por donde mejor se vea, hay trazas senderiles que los senderistas hacemos y en algunos momentos ni eso. En la bajada comenzamos por un barranco muy erosionado buscando siempre la pista para ir más cómodo. Cerca del final hay una valla con una puerta bien cerrada, se puede sortear por la derecha con precaución, ya solo queda llegar a nuestro destino que es nuestro final.

El Puntarrón , imponente y majestuoso cabezo de piedra rojiza que se eleva hasta los 380 metros de altura y en cuya cima los musulmanes instalarían una guarnición para controlar este paso entre el Valle del Segura, el Campo de Cartagena y la Comarca del Mar Menor. Ambos montículos, el Puntarrón Grande y el Puntarrón Chico, integrados en la Sierra de Cañisola, han constituido desde siempre unos relieves emblemáticos, casi mágicos, para todos los beniajanenses.

Los Mamellones, propiamente dichos, son conglomerados y areniscas bioclásticas que coronan los relieves mientras que los terrenos que los rodean son margas y areniscas turbidíticas propios de los fondos marinos profundos. En estas ultimas si tienes ojo de geólogo podrás divisar marcas de corrientes y de escape de fluidos.

Cuando uno sube a una cumbre espera encontrar muchas cosas dependiendo de la altura de la misma, a parte de las vistas paisajísticas, encontramos aves volando sobre nuestras cabezas, plantas adaptadas a las alturas, rocas de llamativas formas fruto de la acción erosiva del hielo o el viento o imponentes precipicios que nos cortan la respiración al acercarnos. Pero lo que no te puedes ni imaginar es que subiendo cerca de las nubes vayas a encontrar el fondo del mar.
Y esto es lo más llamativo de estas montañas, cuando llegas cerca de la cumbre y durante el ascenso comienzas a ver llamativas formas que te recuerdan el fondo del mar, no te alarmes, no tienes el mal de altura, sobre todo porque apenas estamos a 400 m sobre el nivel del mar. Se trata de restos submarinos que la orogenia y el retroceso del nivel del mar ha dejado a nuestra vista siendo uno de los paisajes más curiosos que tenemos en la región.