El Siubes desde Sant Esteve de Llémena

Mañana a cero grados para realizar una bella excursión desde Sant Esteve de Llemena, nuestro objetivo es llegar al Siubes, una gran masía, que la conocí cuando estaba en restauración y desde el 2010 es un esplendido restaurante en plena natura, salimos del pueblo por el Pont del Molí, vamos por carretera rural donde varios perros saludan amigablemente a Fox, nuestra mascota para esta salida, ya por sendero bajamos al Llemena que lo vadeamos pisando unas rocas estables, cerca de una presa, arriba pasamos por la zona de camping de Sant Esteve, ahora desierta, para atravesar la carretera por el Bosc de Costa, camino de la Roca del Barret, nuestro primer objetivo, la encontramos un poco a la derecha, un gran peñasco sobre la tierra con una visera que le da una forma similar a una gorra, decir de esta zona que todas las sendas están bien señalizadas y fresadas, con postes de dirección, de un metro de altura, más fáciles de leer, caminamos por la senda de la cara norte más sombría y fresca, que nos lleva al Siubes, la colosal masía restaurada como un palacete, grandes ventanales, balcones de madera, terrazas, un manso de los más grandes que conozco, cerca de él coronamos el pequeño turo, L’Aurina de la Creu, cruzando unos campos de labranza, ahora nos toca visitar la ermita de Sant Cebria , es tan bonito este paraje rustico, que decidimos rodear por la montaña para disfrutar un rato mas, de esta encantadora cumbre, la ermita situada en un lugar dominante, románica del siglo XIII, campanario de espadaña de dos ojos, en el altar en circulo tiene una bandada de aves en estampida, por detrás con una señera esta la roca más temida, redonda, con poca base y sobre el pueblo, nuestra siguiente parada la hacemos en el Santuario de la Mare de Deu del Bell-lloc, en estado ruinoso, sin tejado, también románica y con campanario de espadaña de dos ojos y como la ermita anterior, en el altar, el dibujo, curioso dibujo, de unos pájaros negros, en desbandada, como una película de Alfred Hitchcock, ahora nos toca descender por camino que zigzaguea por la Costa de las Ferreres, pasando por debajo de una línea de alta tensión, para visitar la fuente del Ral, con un caño de abundante agua fresca, subimos por un sendero milenario, adentrandonos en un infierno verde, musgoso, donde jamás querrías perderte solo, agujero húmedo y sombrío, de una fronda inconmensurable, donde los árboles cubiertos de musgo, adquieren una tétrica visión, cuento de brujas y duendecillos, paisajes de espiritus traviesos que se esconden a tus pasos, sonrisas ocultas de miedosos presagios, rincón fantasmagórico, estamos en el Clot de Cugul, el retorno lo realizamos por un camino vertiginoso que nos baja al pueblo por els Crous, donde tenemos mesa reservada en el Cabrit, hemos andado juntos, Irene, Neus, Ricard, Fox y Julián.