El ventanon desde el complejo kárstico de Ojo Guareña

Comenzamos la ruta en el parking habilitado para coches, caravanas y autobuses, en la carretera, justo antes de bajar a la ermita de San Bernabé y complejo kárstico de ojo Guareña. Tomamos el camino de ascenso y nos encontramos con una fuente de agua no tratada, seguimos hacia la izquierda y comenzamos el ascenso, flanqueados por robles y enebros. La subida es muy llevadera, por qué no tiene demasiado desnivel. A medida que ascendemos encontramos varios neveros protegidos por estacas de madera para evitar caer en ellos. Un poco antes de llegar a la cima, podemos observar en la parte trasera un bonito relieve en cuesta seriado. Y a la izquierda un magnífico collado flanqueado por una bonita cresteria caliza. Al avanzar unos metros nos encontramos con un pequeño panel informativo de cómo se formó el ventanon. Una vez sobrepasado este panel informativo, nos encontramos con el sorprendente e impactante ventanon. Este es el punto de mayor belleza de la ruta, sopla muchísimo el viento y es frío, incluso en verano. Por el ventanon podemos observar la inmensidad del valle que se sitúa por detrás de este, con varios pueblos. Comenzamos la ruta de descenso, siguiendo una pista pedregosa, hasta llegar al pueblo de Villamartín de Sotoscueva. Curioseamos por el pueblo observando la arquitectura popular, la iglesia, el cementerio, una ermita y finalmente abandonamos el pueblo por la parte superior, giramos a la derecha y comenzamos a seguir el sendero entre pequeñas subidas y bajadas hasta llegar a la conexión con la pista principal de subida. Comenzamos el descenso y rápidamente volvemos al punto de partida. Aprovechamos para visitar la fachada de la ermita de San Bernabé, incrustada en la propia roca y la entrada a una de las pocas y pequeñísimas cuevas abiertas al público. Cabe destacar que el complejo kárstico de ojo Guareña es el más grande de la Península Ibérica con aproximadamente unos 114 km de longitud, con corredores, simas y varias galerías situadas en diferentes; además aún está por completar. Hay un panel explicativo, en cuya parte izquierda se explican los niveles de formación del complejo kárstico, y en la parte superior señala el hallazgo de 33 nuevas especies que viven en el interior del complejo y han sido identificadas y clasificadas. También es importante señalar la presencia de unos seres microscópicos muy peculiares llamados comúnmente “osos de agua”, cuyo nombre científico es el de tardigrados. En definitiva se trata de una ruta muy recomendable, agradable y de gran belleza.