EMBALSE DE BASERCA (N-230)-GR 11-BARRANCO DEL ARROYO Y HAYEDO DE SALENQUES-CASCADA DEL PI-P.N. POSETS MALADETA

Marcha realizada el martes 18 de julio de 2023

AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Nos encontramos en el Parque Natural de Posets-Maladeta, en la comarca de la Ribagorza Oriental y muy cerca ya del Valle de Arán. La magia y belleza del Pirineo Aragonés y Catalán se extiende hasta esta zona en la que su exuberante vegetación y arbolado proliferan y se alimentan de la abundancia de un líquido elemento que se precipita en continuos saltos desde los numerosos lagos (estanys o lacs) y cumbres que coronan todo este territorio alpino.

Hoy iniciamos esta ruta apta para todos los públicos y de singular belleza desde la cabecera del embalse de Baserca, junto a la carretera nacional 230, que recorre una buena cantidad de kilómetros junto al río Noguera-Ribagorçana desde el Prepirineo Aragonés hasta la población leridana de Vielha. Aunque nosotros en el recorrido de ida cruzamos con nuestras fieles mascotas perrunas esta peligrosa carretera, lo evitamos a la vuelta, continuando por el camino local S9 que pasando por debajo de dicha carretera acaba saliendo hasta el borde del citado embalse, para remontar un pequeño y corto repecho por el otro lado hasta el mismo aparcamiento. A los doscientos metros desde el citado aparcamiento se conecta con el GR 11 y se llega poco después hasta un poste informativo que deja bien claro que nos encontramos en pleno Hayedo y Barranco de Salenques. El río que por aquí transita es el que da su nombre, aunque también nos encontremos dentro del parque natural ya citado. Este tramo de subida hasta que se llega al objetivo final, que no es otro que la visitada Cascada del Pi, transcurre entre un fabuloso hayedo, al que se suman algún que otro roble, abeto y tejo, junto a otros árboles de ribera. Todo el tiempo escuchando el agradable y refrescante sonido de un arroyo de Salenques que pareciera transmitirse a un ambiente húmedo y fresco por el que se hace de lo más agradable un recorrido poco exigente para las latitudes montañosas en las que nos encontramos. Tres cuartos de kilómetro después llegamos a uno de los primeros puntos en los que es posible el acercamiento hasta un arroyo que baja bien cargado del líquido elemento.

Setecientos metros después de continuar con el mismo rumbo oeste y de haber salvado casi doscientos metros de desnivel desde el aparcamiento se llega hasta un primer ensanche del camino en el que una pequeña pradera nos muestra la variedad y abundancia de vegetación y floración de un Pirineo que para nada se muestra agostado o requemado, cosa que ocurre en buena parte de un país que cada vez sufre más los rigores de un cambio climático, que a pesar de los negacionistas ya está aquí, y me temo que para quedarse. Cien metros después llegamos hasta uno de los primeros saltos de agua que antes de cruzar el Salenques ya nos muestra a las claras el importante desnivel que salvan todos estos ríos de la parte alta de los Pirineos.

Trescientos cincuenta metros después, y como se decía se salva el cauce del arroyo por un puente metálico, para cuarenta metros más adelante llegar hasta un importante cruce con un poste informativo, que deja bien claro las dos opciones que se pueden tomar desde aquí: la primera para llegar hasta la Cascada del Pi hay que coger por la izquierda y seguir subiendo, mientras que de frente y con bajada se completaría la circular por el camino local S9 que nosotros también tomaremos para la vuelta al punto de partida. Medio kilómetro más, ahora por el margen derecho del Salenques, en el que se salvan unos setenta metros de desnivel para llegar al primer salto de agua que ya sí se puede considerar una cascada como tal.

Ciento cincuenta metros después, con unos treinta metros de desnivel ascendido se llega hasta un punto en el que hay que estar atentos para no pasar de largo una Cascada del Pi, que por lo encajonado del terreno, ésta no es visible desde el mismo camino. Incluso para fotografiarla con la caída completa hay que salvar un par de salientes y bloques de piedra que permiten posicionarse de mejor manera frente al curso del Salenques.

Como el pequeño sendero de subida sigue viéndose pisado e incluso marcado con hitos de piedras, decidimos seguir subiendo trescientos cincuenta metros más, en los que hay que salvar el importante resalte granítico que por la izquierda se nos presenta, para poder llegar hasta el último de los miradores en los que el agua sigue salvando importantes desniveles, formando algunas pozas en las que podemos comprobar lo fría y limpia que baja este elemento tan importante para la vida.

Una vez recuperadas las fuerzas, retomamos la ruta ahora de bajada, para salvar el casi kilómetro que nos separa hasta llegar al citado cruce en el que se muestra la posibilidad de no tener que volver por el mismo camino de subida, que por cierto siempre coincidió con el GR 11, sino bajar por el otro margen del arroyo Salenques usando para ello un camino local S9, que se encuentra señalizado con dos franjas de color verde de distintas tonalidades (una más clara y otra más oscura). Ochocientos metros después del citado cruce se llega hasta el ensanche más importante de todo el recorrido. En este caso se trata de una buena pradera en el que las vistas no pueden ser más espectaculares si se mira al frente y a las imponentes cumbres que se elevan cientos de metros sobre el resto del terreno.

Un kilómetro y cuarto después el camino que poco antes ha pasado por un tramo asegurado con postes de madera, se acerca hasta el curso del Salenques, que se vuelve a cruzar de nuevo por otro puente metálico, conectando así con el primer tramo del camino de subida junto a una carretera N-230 que ahora sí podemos comprobar que no hace falta cruzar, sino que se puede salvar por debajo si se sigue por el mismo camino S9, que un poco más adelante se acerca hasta el borde del mismo embalse y poco después empieza a subir ligeramente, para así salvar los doscientos metros que restan hasta llegar al aparcamiento del que partíamos cinco horas antes.