Embalse de Escarra desde Escarrilla

Dejamos el coche en la parte alta del pueblo de Escarrilla, en donde en temporal estival no hay problema ninguno para aparcar.

Iniciaremos tomando el camino de la carretera vieja que en un principio va por el arcén de la nueva hasta llegar al túnel, en donde tomaremos el camino de la derecha. Se trata todo ello de terreno asfaltado hasta llegar a un cruce en donde ya tomaremos la senda de los condenados que siguiéndola nos llevara hasta el propio embalse, tras varios kilómetros de travesía.

No hay lugar a equivoco puesto que se trata de un sendero abierto en la roca que va bordeando todo el cañon, cruzando por tramos artificiales, como un pequeño puente colgante, hasta llegar al alto del mismo. Es entonces cuando se va internando en la cara opuesta entrando incluso en un bosquecito, en el cual nos cruzaremos con el camino que subida de Sallent. En este seguiremos dirección al embalse, dejando por lo tanto ese desvío a mano derecha.

Desde este punto, el resto es todo bajada gradual, sin perder mucha altura, pero ya habiendo ya pasado los tramos de descenso y ascenso más duros. Empezaremos por lo tanto a vislumbrar nuestro objetivo, y dejando a mano derecha el collado del Pazino, llegamos al embalse.

Se trata de un lugar precioso para comer e incluso pegarse un baño una vez entrado bien el verano. Se puede incluso llegar hasta el final de embalse para contemplar toda su inmensidad, nosotros recorrimos la mitad y después empezamos el camino de vuelta.

Para el camino de vuelta, se abrirá un pequeño camino en uno de los bordes del camino que rodea el embalse y habrá que ascender unos metros hasta llegar a un claro. Desde aquí continuamos un poco dejando atrás ya el embalse por un terreno muy abierto y cómodo, hasta llegar también al punto más alto y donde ya solo nos quedara bajar siguiendo las marcas moradas. Este camino descenderá hasta el cruce que hay en la ruta del Saldo, y a partir de esto, se podría o seguir la pista que lleva al pueblo, habilitada también para turismos o descender por el atajo, lo cual haremos. Este atajo tiene mucha piedra suelta y es un terreno húmedo por lo que si las condiciones no son las mejores, podrían darse resbalones peligrosos.