Embalse de La Tosca (Río Cuervo) y Laguna Grande de El Tobar

La aproximación al embalse se realiza por la carretera que une Beteta con El Tobar (CU-V-9033), desde donde parte una pista de tierra que llega hasta el embalse de La Tosca y Santa María del Val. Aunque desde El Tobar es posible utilizar esa pista como medio para realizar una ruta senderista que incluye la visita a la Laguna Grande de El Tobar para después seguir hacia el embalse de La Tosca, nosotros hemos preferido hacer separadamente ambas rutas, acercándonos en coche a la proximidad del embalse y después a la laguna (a la vuelta), para disminuir el tiempo conjunto de visita; no se tiene en cuenta el tiempo de aproximación a la laguna porque llegamos hasta el mismo borde en coche. Ambas estructuras, laguna y embalse, forman una unidad funcional, que permite trasladar mediante un canal de unos 3 km. de longitud, buena parte de cuyo trayecto discurre por túneles subterráneos, el agua que trae el Río Cuervo al embalse de La Tosca, para llevarla desde aquí a la Laguna Grande, que actúa como embalse regulador, y luego trasladarla al río Guadiela, donde sí se utiliza para la producción de electricidad. Así, el embalse de La Tosca no es un embalse de generación hidroeléctrica directa, aunque sí es el reservorio del que se obtiene parcialmente el agua que luego, desde el río Guadiela, producirá energía eléctrica.
Con la información, que nos habían dado en el Hotel Caserío de Vadillos, de que podríamos seguir sin dificultades hasta cerca del embalse por la pista que llega a La Tosca desde El Tobar, llegamos hasta la bifurcación de dicha pista en dos ramas, una de las cuales se dirige hacia el sureste (Santa María del Val), mientras la otra se dirige hacia el oeste para acercarse y seguir la ribera hacia la cabecera del embalse, hasta la presa situada en el Estrecho de la Herrería. Dejamos el coche aparcado en un ensanchamiento en la misma bifurcación, con cabida para unos cuantos coches más. Seguimos andando la pista que se dirige hacia la toma de agua del canal y la cabecera del embalse. En esta zona las vistas son muy bellas, con el contraste del agua del embalse y el bosque de pinos que cubre las laderas (ver las fotos que se acompañan). Siguiendo hacia la cabecera llegamos a la presa, ubicada en el Estrecho de la Herrería, angosto desfiladero al que se puede bajar mediante unas escaleras de hormigón, hasta llegar al muro de la presa, y tras pasar al otro lado se puede llegar a descender hasta el suelo del desfiladero gracias a múltiples tramos de escaleras metálicas o de hormigón, con unas vistas increíbles.
En resumen, una excursión corta, fácil en el tramo horizontal, aunque recomendamos precaución en la zona de escaleras de la presa, en la que en conjunto el excursionista será recompensado por vistas difíciles de superar. Consideramos esta visita muy recomendable.
A la vuelta del embalse, entramos por una de las pistas no asfaltadas que salían a la derecha, bien señalizadas, para visitar la Laguna Grande de El Tobar. Las vistas son aquí también muy bonitas, y nos parece recomendable utilizar un corto tiempo para visitar la Laguna.
Aunque en conjunto la excursión es muy recomendable, no estamos seguros de que merezca la pena recorrer andando el segmento intermedio entre la Laguna y el Embalse, sobre todo si el precio es dejar de visitar otros sitios de mucho mayor interés.
Haciendo la aproximación en coche como explicamos pudimos, en un solo día, hacer la ruta del embalse del Molino de Chincha, la hoz de Beteta, la Laguna Grande y el embalse de La Tosca. Para el visitante con poco tiempo creemos que ese enfoque organizado de las visitas en común es muy interesante para aprovechar el tiempo. Nosotros no tuvimos la sensación de perdernos lugares de gran interés por hacerlo así, pero -en cualquier caso- de lo que si estamos seguros es de que el embalse de la Tosca es una visita que merece la pena, y mucho.