Empedrats de Bor, Cap del Ras y Font Freda, por senderos tradicionales de les Manrades y del Solar (Cerdanya)

Ruta organizada por el guía local Roger Escarré (Penyes Altes Outdoor), junto a Carmen Abellán y Francisco Iniesta

El punto de inicio es la plaza de Bor, junto al restaurante Tupí de La Cerdanya. Detalle a tener en cuenta por un pequeño error del GPS, sin importancia.

Els Empedrats de Bor es un sendero tradicional que enlaza Bor con el Coll Del Pendís, punto neurálgico en las antiguas comunicaciones del Berguedá y La Cerdanya. Su parte trascendente comienza junto a la Roca de la Torruella y especialmente al atravesar el Torrent de Pedra, donde la vegetación rastrera y especialmente el BOJ, forman un microclima muy especial de abundante musgo y maravilloso silencio, donde resulta obligado tumbarse un mínimo de 10 minutos, para percibir el particular sonido del bosque maduro y la intensa gama de olores de este pequeño paraíso.

Pasaremos por Plans de Bor, donde nos desviamos para reponer fuerzas junto a la Barraca de pastores del Quel, desde donde divisamos al norte la espalda de Tosseta de Mata Negra (1917).

Seguimos camino junto a la carretera del Refugio Serrat de les Esposes, evitando pisar asfalto, hasta Collet de Font Freda, más adelante contactamos con Cavalls del Vent que desciende al Refugio del Cortals. Nos detenemos en Font Freda, una de las fuentes de mejor calidad de la comarca.

Llegamos al Mirador de Cap del Ras (1732) desde donde tenemos una fantástica vista de la cadena montañosa que nos separa de Andorra, presidida por la Tosa Plana de LLes (2917), La Carbassa y el Puigpedrós, así como de la mayoría de poblaciones de Bellver-Prullans-Martinet y Montellá.

Para reducir el recorrido entramos en un interesante “campo a través” por la zona conocida como Les Ovelles Mortes, que acaba en el antiguo trazado del Camí dels Bons Homes (ahora GR-107.3), pista que nos lleva a La Cogulera, la pista pasa a Senda de Les Manrades, en un precioso y zigzagueante tramo envuelto de espesa vegetación, donde abundan los avellanos.

Por último, el Camí del Solar (Camino municipal 831), que nos introduce en Bor pasando por la casa de pagés del Quel y luego el antiguo molino y piscifactoría, que se servía de las magníficas y permanentes aguas de la Fou de Bor. En la iglesia de San Marcel, románica del siglo XI, destacamos su cuidado cementerio, donde se encuentra la bonita tumba de Oriol Solé Sugranyes, cargada de simbolismo y reposan los restos de mi apreciado amigo Isidre Ricart Ribot, de quién tantas cosas de la montaña aprendí.