194. Entre Miñón y Santibañez de Zarzaguda
near Miñón, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 36 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 195 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Otra vez ‘tiramos de banquillo’; el de los reservas de lujo. Esas rutas que, por estar cerca y ser relativamente cortas o no muy exigentes físicamente, sirven para un roto y para un descosido.
¡Ojo, que no estoy haciéndolas de menos! Están ahí, generosas, para dar mucho más de lo que piden. Para cuando las ‘estrellas’ fallan. No quieren ser celebridades. No te van a cobrar una millonada por hacer unos jeribeques.
Tal vez no estén sobradas de fantasías, pero son firmes como una roca. En su sobriedad, resisten lo que las circunstancias les echen: un tiempo tristón o tu falta de tiempo (del otro). Otras flaquearían; ellas, no.
No te exigen admiración; sólo respeto.
…. / ….
Ayer los pronósticos meteorológicos no invitaban a salir mañana (por hoy). Así que no pensábamos hacerlo. Lástima, porque hoy era sábado. Sin embargo, cuando, ya amanecido, miramos por la ventana, vimos que ‘había partido’ (de juego)….
Ahora las previsiones del tiempo, sin ser espléndidas, eran más halagüeñas. Pero ya era algo tarde para ponerse en marcha hacia una ruta alejada. En un apuro…, ‘!Al banquillo!’.
“Cerca y que no sea dura (que mañana sí va a hacer bueno, y habrá que aprovechar para que se luzca alguna de ‘las estrellas’…)”.
Por si acaso, la elegida hoy custodiaba una atracción segura, con independencia del tiempo inseguro: Una condensada joya que había resistido las inclemencias durante más de ocho siglos.
Esa fue la breve ante-historia de la presente ruta.
LA RUTA
La descripción de la ruta es simple; sin recovecos ni dobleces. Casi todo lo que te viene después te va llegando a la vista desde antes. Hay un fácil encadenamiento del conjunto.
Comenzamos en el pueblo de Miñón (o Miñón de Santibáñez). Ascendemos sosegadamente por un camino entre campos hasta lo alto de un anchuroso cerro cultivado (km 1,8). La niebla añadía sigilo e intimidad.
Por los caminos y pistas del cerro, con lontananza, llegamos hasta su punto de descenso (km 4,3). Desde allí nos dejamos caer mansamente en dirección al pueblo de Santibáñez de Zarzaguda (km 7).
Antes, al final del ascenso al cerro y al inicio del descenso, podemos acercarnos hasta sus bordes. Tendremos así mejores vistas del liviano Valle de Santibáñez: su campiña regada por el río Úrbel y también sus redondeados cerros.
Damos una vuelta por la localidad de Santibáñez: su plaza, su enorme iglesia, su ermita, sus jardines…. Giramos luego hacia la vega del Úrbel. En un apacible paseo, llegaremos de vuelta a Miñón (km 11,7).
Sería imperdonable (‘allá cada cuál’, si lo hace) pasar de largo sin desviarse hasta su iglesia; rodearla por arriba y por abajo. Sería un error, sobre todo, no detenerse a degustar su sinigual portada.
Posibles Dificultades:
No hay dificultades reseñables. Vamos siempre por caminos (mayormente) o pistas, todos en buen estado; más 0,7 km de carretera local (del km 10,3 al 11). Los desniveles son leves. La orientación es sencilla, si bien arriba, en el cerro, hay confluencias de caminos.
DESTACADO
La ruta tiene paisajes de interés. Aunque austeros, la primavera les pone miel. Pero, además, los pueblos en la ruta nos ofrecen historia. Y sobre todo ello se encumbra una maravilla artística: la portada de la iglesia de Miñón.
(1) El Cerro (los Cerros) y la Campiña del Río Úrbel:
Las lomas altiplanas acogen sembrados de cereales y forrajes. No albergan otra vegetación, pero no son páramos baldíos. Allá arriba, sin nada alrededor más elevado, trasmiten la sensación de infinitud. Los colores primaverales alegran esa solemnidad.
Al este de Santibáñez, sobresalen dos oteros: El Castillo Prieto y el Castillo Blanco. Éstos sí parecen pelados y erosionados. Por sus nombres y orografía, probablemente tuvieron una finalidad defensiva. Ganas dan de encabalgarse (llegará su hora).
Abajo está la vega del Úrbel, que riega todo el valle. Pone una nota de color y frondosidad en la áspera geografía. El río nos acompaña a lo largo de todo el regreso de Santibáñez a Miñón. A él se le unen los arroyos que bajan de los vallejos laterales por el oeste.
(2) Los Pueblos:
El municipio de Valle de Santibáñez agrupa 10 pequeños núcleos de población. Todos ellos tienen interés y profundas raíces históricas. Hemos elegido dos para la ruta: Miñón y Santibáñez-Zarzaguda (o de Zarzaguda), cabeza del municipio.
Los orígenes de Miñón se remontan al siglo XI. Apenas una docena de casas se estiran a los lados de la carretera. Con su pequeño tamaño, admira la grandeza y el refinamiento de la iglesia. Difícilmente pudo ser mayor el pueblo entonces, cuando levantaron el templo.
Santibáñez-Zarzaguda tuvo un florecimiento algo posterior, que se ha acrecentado con el tiempo. Su iglesia de San Nicolás, gótica y con tres naves, parece una catedral. Monumento-artístico nacional, se hallaba cerrada por desprendimientos en una bóveda.
(3) La Maravilla en Bajo Alto Relieve:
La iglesia de San Pedro, en Miñón, fue declarada monumento histórico-artístico nacional en 1983. Con motivo. El mayor tesoro es su portada.
He contemplado los pórticos de muchas iglesias y catedrales. Sus bajos y altos relieves esculpidos en la piedra. La iglesia de Miñón me ha impresionado en especial. No te esperas allí ese prodigio de exuberancia y precisión. Alegoría y realismo concentrados.
La iglesia fue construida entre los siglos XII (finales) y XIII (inicios). La portada y el ábside semicircular son románicos (en torno al año 1.200). El resto del actual templo fue reconstruido posteriormente (siglo XVI).
Brillante cierre de una estupenda excursión. No había leído antes nada sobre esa iglesia. Únicamente había visto una foto de su portada. Reconozco que se me quedó grabada y fue el gancho principal para elegir esta ruta.
ANÉCDOTA
Se nos acumularon varias. Una de ellas, en una ilustrativa conversación con un vecino de Miñón, al terminar. Pero sería un poco larga. Elijo otras dos, ambas unidas por el mismo cordón umbilical: la resonancia (o el retumbo).
(1) Una, Breve como una Exhalación: ¡Paam! (o ¡claank!)
Acabábamos de iniciar la ruta hacía unos minutos. Ya en el campo, oímos dos o tres detonaciones a lo lejos.
--“¿¡Tiíros!?”. “Imposible”. “Hace tiempo que se cerró la veda de caza”. “Los animales están ahora criando”. “Además, con esta niebla…”.
Ya arriba, casi 2 km después, nos llegó la luz esclarecedora.
--“No son tiros; es el ‘claank’ de algún aerogenerador temporalmente acatarrado, o definitivamente achacoso”.
Es sorprendente lo de la propagación, amplificación, y distorsión del sonido en las hondonadas de acceso al cerro. ¡Anda, que no hemos oído tiros!
(2) Otra, con ‘Cola’: ¡‘Fffoooouuuummmm’!
Estábamos ya en el km 10,7, nada más sobrepasar el puente sobre el río Úrbel, muy cerca del final. Es un corto tramo de carretera local; solitaria.
Íbamos embelesados mirando la aparición de la iglesia de Miñón en la distancia. De pronto, oigo un ruido continuado por detrás. Como un ¡‘Fffoooouuuummmm’! Aquello no podía ser de un coche y, además, no habíamos oído ningún motor.
‘Será un avión…’. Me giré. Apenas si lo vi pasar. Como un cohete. Tuve que cambiar(me) rápidamente el objetivo de ajuste focal en los ojos (el ‘zum’, vamos), para averiguar qué era: sólo un tipo de elegante figura sobre una bici de carrera.
--“¿Y eso es todo?”.
Bueno, ya no sé si el ruido provenía de la rodadura (¿tanto?) o del corte del aire…. O quién sabe si por superar la velocidad del sonido…. (Conocidos son los estampidos al sobrepasar la barrera sónica [1.234,8 km/h]).
--“Vaaale, lo admito como una ‘pequeña’ exageración. Pero…”.
Ya de regreso en coche, nos aproximamos en subida a otro (supongo) ciclista; también con envidiable estilo. “Espera; enseguida lo adelantamos, tras el rasante”.
Tras el rasante vino una larga bajada con curvas. El coche iba a 80 km/hora (largos; no puedo decir que más de 90…); y frenando. ¡El ciclista avanzaba más rápido que nosotros! Se alejaba.
¡Y mira que he corrido en bici (de las de correr) durante años!
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 36 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 195 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Otra vez ‘tiramos de banquillo’; el de los reservas de lujo. Esas rutas que, por estar cerca y ser relativamente cortas o no muy exigentes físicamente, sirven para un roto y para un descosido.
¡Ojo, que no estoy haciéndolas de menos! Están ahí, generosas, para dar mucho más de lo que piden. Para cuando las ‘estrellas’ fallan. No quieren ser celebridades. No te van a cobrar una millonada por hacer unos jeribeques.
Tal vez no estén sobradas de fantasías, pero son firmes como una roca. En su sobriedad, resisten lo que las circunstancias les echen: un tiempo tristón o tu falta de tiempo (del otro). Otras flaquearían; ellas, no.
No te exigen admiración; sólo respeto.
…. / ….
Ayer los pronósticos meteorológicos no invitaban a salir mañana (por hoy). Así que no pensábamos hacerlo. Lástima, porque hoy era sábado. Sin embargo, cuando, ya amanecido, miramos por la ventana, vimos que ‘había partido’ (de juego)….
Ahora las previsiones del tiempo, sin ser espléndidas, eran más halagüeñas. Pero ya era algo tarde para ponerse en marcha hacia una ruta alejada. En un apuro…, ‘!Al banquillo!’.
“Cerca y que no sea dura (que mañana sí va a hacer bueno, y habrá que aprovechar para que se luzca alguna de ‘las estrellas’…)”.
Por si acaso, la elegida hoy custodiaba una atracción segura, con independencia del tiempo inseguro: Una condensada joya que había resistido las inclemencias durante más de ocho siglos.
Esa fue la breve ante-historia de la presente ruta.
LA RUTA
La descripción de la ruta es simple; sin recovecos ni dobleces. Casi todo lo que te viene después te va llegando a la vista desde antes. Hay un fácil encadenamiento del conjunto.
Comenzamos en el pueblo de Miñón (o Miñón de Santibáñez). Ascendemos sosegadamente por un camino entre campos hasta lo alto de un anchuroso cerro cultivado (km 1,8). La niebla añadía sigilo e intimidad.
Por los caminos y pistas del cerro, con lontananza, llegamos hasta su punto de descenso (km 4,3). Desde allí nos dejamos caer mansamente en dirección al pueblo de Santibáñez de Zarzaguda (km 7).
Antes, al final del ascenso al cerro y al inicio del descenso, podemos acercarnos hasta sus bordes. Tendremos así mejores vistas del liviano Valle de Santibáñez: su campiña regada por el río Úrbel y también sus redondeados cerros.
Damos una vuelta por la localidad de Santibáñez: su plaza, su enorme iglesia, su ermita, sus jardines…. Giramos luego hacia la vega del Úrbel. En un apacible paseo, llegaremos de vuelta a Miñón (km 11,7).
Sería imperdonable (‘allá cada cuál’, si lo hace) pasar de largo sin desviarse hasta su iglesia; rodearla por arriba y por abajo. Sería un error, sobre todo, no detenerse a degustar su sinigual portada.
Posibles Dificultades:
No hay dificultades reseñables. Vamos siempre por caminos (mayormente) o pistas, todos en buen estado; más 0,7 km de carretera local (del km 10,3 al 11). Los desniveles son leves. La orientación es sencilla, si bien arriba, en el cerro, hay confluencias de caminos.
DESTACADO
La ruta tiene paisajes de interés. Aunque austeros, la primavera les pone miel. Pero, además, los pueblos en la ruta nos ofrecen historia. Y sobre todo ello se encumbra una maravilla artística: la portada de la iglesia de Miñón.
(1) El Cerro (los Cerros) y la Campiña del Río Úrbel:
Las lomas altiplanas acogen sembrados de cereales y forrajes. No albergan otra vegetación, pero no son páramos baldíos. Allá arriba, sin nada alrededor más elevado, trasmiten la sensación de infinitud. Los colores primaverales alegran esa solemnidad.
Al este de Santibáñez, sobresalen dos oteros: El Castillo Prieto y el Castillo Blanco. Éstos sí parecen pelados y erosionados. Por sus nombres y orografía, probablemente tuvieron una finalidad defensiva. Ganas dan de encabalgarse (llegará su hora).
Abajo está la vega del Úrbel, que riega todo el valle. Pone una nota de color y frondosidad en la áspera geografía. El río nos acompaña a lo largo de todo el regreso de Santibáñez a Miñón. A él se le unen los arroyos que bajan de los vallejos laterales por el oeste.
(2) Los Pueblos:
El municipio de Valle de Santibáñez agrupa 10 pequeños núcleos de población. Todos ellos tienen interés y profundas raíces históricas. Hemos elegido dos para la ruta: Miñón y Santibáñez-Zarzaguda (o de Zarzaguda), cabeza del municipio.
Los orígenes de Miñón se remontan al siglo XI. Apenas una docena de casas se estiran a los lados de la carretera. Con su pequeño tamaño, admira la grandeza y el refinamiento de la iglesia. Difícilmente pudo ser mayor el pueblo entonces, cuando levantaron el templo.
Santibáñez-Zarzaguda tuvo un florecimiento algo posterior, que se ha acrecentado con el tiempo. Su iglesia de San Nicolás, gótica y con tres naves, parece una catedral. Monumento-artístico nacional, se hallaba cerrada por desprendimientos en una bóveda.
(3) La Maravilla en Bajo Alto Relieve:
La iglesia de San Pedro, en Miñón, fue declarada monumento histórico-artístico nacional en 1983. Con motivo. El mayor tesoro es su portada.
He contemplado los pórticos de muchas iglesias y catedrales. Sus bajos y altos relieves esculpidos en la piedra. La iglesia de Miñón me ha impresionado en especial. No te esperas allí ese prodigio de exuberancia y precisión. Alegoría y realismo concentrados.
La iglesia fue construida entre los siglos XII (finales) y XIII (inicios). La portada y el ábside semicircular son románicos (en torno al año 1.200). El resto del actual templo fue reconstruido posteriormente (siglo XVI).
Brillante cierre de una estupenda excursión. No había leído antes nada sobre esa iglesia. Únicamente había visto una foto de su portada. Reconozco que se me quedó grabada y fue el gancho principal para elegir esta ruta.
ANÉCDOTA
Se nos acumularon varias. Una de ellas, en una ilustrativa conversación con un vecino de Miñón, al terminar. Pero sería un poco larga. Elijo otras dos, ambas unidas por el mismo cordón umbilical: la resonancia (o el retumbo).
(1) Una, Breve como una Exhalación: ¡Paam! (o ¡claank!)
Acabábamos de iniciar la ruta hacía unos minutos. Ya en el campo, oímos dos o tres detonaciones a lo lejos.
--“¿¡Tiíros!?”. “Imposible”. “Hace tiempo que se cerró la veda de caza”. “Los animales están ahora criando”. “Además, con esta niebla…”.
Ya arriba, casi 2 km después, nos llegó la luz esclarecedora.
--“No son tiros; es el ‘claank’ de algún aerogenerador temporalmente acatarrado, o definitivamente achacoso”.
Es sorprendente lo de la propagación, amplificación, y distorsión del sonido en las hondonadas de acceso al cerro. ¡Anda, que no hemos oído tiros!
(2) Otra, con ‘Cola’: ¡‘Fffoooouuuummmm’!
Estábamos ya en el km 10,7, nada más sobrepasar el puente sobre el río Úrbel, muy cerca del final. Es un corto tramo de carretera local; solitaria.
Íbamos embelesados mirando la aparición de la iglesia de Miñón en la distancia. De pronto, oigo un ruido continuado por detrás. Como un ¡‘Fffoooouuuummmm’! Aquello no podía ser de un coche y, además, no habíamos oído ningún motor.
‘Será un avión…’. Me giré. Apenas si lo vi pasar. Como un cohete. Tuve que cambiar(me) rápidamente el objetivo de ajuste focal en los ojos (el ‘zum’, vamos), para averiguar qué era: sólo un tipo de elegante figura sobre una bici de carrera.
--“¿Y eso es todo?”.
Bueno, ya no sé si el ruido provenía de la rodadura (¿tanto?) o del corte del aire…. O quién sabe si por superar la velocidad del sonido…. (Conocidos son los estampidos al sobrepasar la barrera sónica [1.234,8 km/h]).
--“Vaaale, lo admito como una ‘pequeña’ exageración. Pero…”.
Ya de regreso en coche, nos aproximamos en subida a otro (supongo) ciclista; también con envidiable estilo. “Espera; enseguida lo adelantamos, tras el rasante”.
Tras el rasante vino una larga bajada con curvas. El coche iba a 80 km/hora (largos; no puedo decir que más de 90…); y frenando. ¡El ciclista avanzaba más rápido que nosotros! Se alejaba.
¡Y mira que he corrido en bici (de las de correr) durante años!
Waypoints
Panorama
2,858 ft
21
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