173. Entre Tubilla del Agua y Tablada del Rudrón

📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').

📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.


INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 55 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 459 metros (superior al que estima Wikiloc).

PREÁMBULO

Habíamos hecho dos rutas en esa zona hacía un año y medio año (casi justo).

Una, con salida de (y llegada a) Tubilla del Agua (9 de julio 2021): https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/barranco-de-cueva-vieja-desde-tubilla-del-agua-99186595 .

Otra, con salida de (y llegada a) Tablada del Rudrón (15 de agosto 2021), https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/el-rudron-entre-tablada-y-banuelos-97577971.

La comarca nos embruja y el Rudrón es un río favorito. Habíamos visto hacía unos días en Wikiloc una ruta realizada recientemente por allí por ‘Román Muñoz’ (ver enlace debajo). En su texto señala:

“Ya tenemos sendero de Tubilla a Tablada por el río, vuelta por el páramo y el bosque de hayas. Ruta muy variada”. Esto y no más decía. Así de lacónico; económico en palabras.

Fue suficiente. Inferí que esta ruta era de ‘nueva creación’. Reconocíamos que estaba ‘cerca’ de las otras dos que ya habíamos hecho, pero que era distinta, con entidad propia. Ni nos molestamos en revisar las anteriores para refrescar nuestra memoria.

--“No hay más que hablar, ni comprobar. Vamos. Es un lugar estupendo. Además, ahora estarán las cascadas de Tubilla en su apogeo. En su momento (en verano), andaban escasas de agua”.

Y fuimos. Convencidos de tener una nueva, a la par que gratificante, experiencia.

LA RUTA

Tomé como guía el trazado de ‘Román Muñoz’ https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/tubilla-del-agua-tablada-de-rudron-124524395 .

Dimos primero una vuelta por la parte alta de Tubilla del Agua: su iglesia y su ermita, su arco medieval, su plaza, y la cascada de La Torca. Luego, por su parte baja. Soledad y silencio; como en todo lo demás, a lo largo de 4 horas.

Continuamos hasta la cascada de Las Pisas (km 1,4). Nótese que ambas cascadas pertenecen al impetuoso, en ese momento, arroyo Hornillo. El Rudrón espera un poco más abajo, más calmoso, a recibir su afluencia.

Desde allí vamos prácticamente siempre al lado del río Rudrón hasta el km 4,5. Sólo un pequeño trecho de carretera (km 2,5 al 2,9), que probablemente se puede evitar siguiendo por la orilla del río.

Cruzamos el Rudrón por un puente colgante metálico (km 4,5). Algo separados del cauce, llegamos hasta el molino (queda al otro lado) y enseguida al área recreativa fluvial de Tablada del Rudrón (km 6,3).

Ahora viene una buena rampa de 1,3 km (del km 6,3 al 7,6; en torno al 15,5% de desnivel), por un sendero de los ‘de uno en uno’. En buen estado, pero no da tregua al descanso. Resultó, a pesar de ello, de lo mejor de todo; y eso que todo fue excelente.

Aún subimos algo más, pasando bajo una enorme piedra coloreada, pinada en inverosímil posición. Es la peña Rehoyo o El Centinela, de vivo color ocre. Accedemos al lomo del monte (km 8,4), arbolado y con espacios abiertos. Un paseo de 2 km por él.

En el km 10,3 se nos abre el profundo barranco de Cueva Vieja, hacia abajo. Descendemos zigzagueando por un bosque de quejigos, encinas y algunas hayas hasta el km 12,0.

De nuevo en el valle del Rudrón, el camino nos devuelve a la zona de la cascada de Las Pisas (km 13,6), y enseguida al pueblo de Tubilla.

Posibles Dificultades:

Las exigencias físicas son bajas. Si te cansas en la subida desde Tablada, te paras. Pero no creo que sea para tanto. Nosotros nos paramos ‘mil’ veces, pero fue para admirar lo que nos rodeaba. En el descenso por el barranco de Cueva Vieja basta con la normal precaución.

Las demandas de orientación son también escasas (siempre con una guía). En todo el trayecto vas por senderos y caminos. En el km 10,2, no te pases; no sigas de frente (te irías a Bañuelos del Rudrón). Frena y tira de las riendas a la izquierda, en un giro de casi 180 grados.

DESTACADO

La ruta resulta muy variada: cascadas y río, monte y barrancos, y pueblos con historia (también Tablada del Rudrón, aunque no llegamos a entrar en esta ocasión). A ello se añadieron unas excepcionales circunstancias invernales en el monte, con densa carama blanca, entre la niebla cerrada y un azul resplandeciente.

(1) Tubilla del Agua:

Varios dólmenes neolíticos se desperdigan por las parameras circundantes (fuera de la ruta). Sin remontarnos tan atrás en la (pre)historia, en el propio casco urbano hay muestras de la pujanza de Tubilla ya desde la Edad Media.

Ahí están sus tres iglesias y su ermita. De ellas, dos se conservan en buen estado: la iglesia de Santa María y la ermita de San Roque, en la zona alta. En las iglesias de San Miguel y de San Juan, en la zona baja, en avanzada ruina, aún se aprecia su belleza arquitectónica.

También destacan el arco medieval y la plaza a la que da acceso, así como las numerosas casas solariegas de piedra con escudos heráldicos. Te transportan a otros tiempos.

(2) Las Cascadas y el Paseo junto al Rudrón:

En el mismo núcleo de Tubilla se desploma la cascada de La Torca. Desde el mirador, arriba, resaltaba más su estruendo sonoro que el impacto visual. Desde abajo, el acceso se hace difícil a causa de la vegetación (maleza, para qué vamos a usar eufemismos).

Más abajo, ya fuera del pueblo, se encuentra la cascada de Las Pisas, más conocida, simplemente, como las cascadas de Tubilla. Sin estar pletóricas de caudal, exhibían las ramificaciones de caída de modo más fotogénico que La Torca.

Casi 5 km por las orillas del río Rudrón constituyen una dosis de sosiego que no harta. El río cambia constantemente. Generalmente fluye apacible; a veces, inquieto. Siempre cristalino. La vegetación de ribera es muy variada, a pesar del general apagado invernal.

(3) La Carama y la Niebla:

Con las anteriores exquisiteces ya contábamos. Lo que en absoluto anticipábamos fue la maravilla singular que nos sorprendió en el ascenso al monte desde Tablada.

En esta época (invernal) del año, al sol no le alcanza el cuello para alumbrar la ladera norte. Las nieblas del Rudrón se habían aposentado sobre ella. Húmeda y sombría, las bajas temperaturas habían formado una sólida carama sobre toda la vegetación.

La espesa escarcha blanca cubría por completo las ramas de los árboles y las hierbas. Como escarola. Unida a la niebla, le daba un aire fantasmal al entorno. Bien podríamos haber estado entre la taiga y la tundra siberianas, sin notar la diferencia.

(4) De la Penumbra a la Explosión Luminosa:

Conforme ascendíamos, se espesaban la niebla gris y el hielo blanco. Y, de pronto, justo en el último escalón, en cuestión de media docena de metros, nos ciega un azul luminoso. La línea superior de la niebla nos queda por debajo, en el valle.

“Contrae las pupilas…”. Momento mágico. El sol se ha adueñado de lo alto del monte. Pero los árboles seguirán blancos aún durante un trecho, recortándose contra el azul. Así llegamos al borde del otro valle, hacia el sur, en el barranco de Cueva Vieja.

Todo el descenso por ese barranco y durante el regreso hasta finalizar en Tubilla iremos ya acompañados por la impresión de ese pasmoso contraste. De la noche al día (pero, ¡‘qué noche… la de aquél día’!).

ANÉCDOTA

Los prodigios destacados en los dos últimos aspectos ‘(La carama…’, y ‘De la penumbra…’) fueron circunstanciales, no permanentes en esta ruta. Tuvimos la suerte de vernos inmersos en ellos. Añadieron valor a la ruta. … Y contribuyeron a la Anécdota.

La anécdota nos sucedió en tiempo real, durante el camino. Pero no fuimos conscientes de ella hasta algunas horas después. Cuando nos rebotó su eco.

Decía en el Preámbulo (arriba): ‘Y fuimos. Convencidos de tener una nueva, a la par que gratificante, experiencia…’.

‘Gratificante’, desde luego, como transpira la sección de Destacado. ‘Nueva’…. Estábamos convencidos también de ello. Antes, durante y al terminar la ruta.

Pero, horas después, al revisar el trayecto en casa para hacer la crónica, me di de sopetón con algo inesperado:

En realidad, casi la mitad de la nueva ruta era parte de las ‘viejas’ conocidas (ver enlaces arriba). De los 14,38 km totales de longitud en la ruta actual, ¡nada menos que 6,4 km, es decir, el 44,5%, formaban parte de las dos rutas hechas hacía sólo año y medio!

Esas coincidencias ‘nueva-viejas’ se corresponden con los km del 6,3 al 10,2 de la ruta actual (3,9 km; en la ruta de Tablada a Bañuelos), y con los km del 11,9 al 14,4 de la actual (2,5 km; en la ruta de Tubilla por Cueva Vieja).

¡¡¡Y nosotros sin (apenas) enterarnos!!! Y eso que dichos tramos los habíamos recorrido en la misma dirección entonces y ahora.

Sólo reconocimos (y fue vagamente) la ‘supuesta repetición’ en dos trechos cortos: la subida desde Tablada del Rudrón al monte, y la llegada de regreso a Tubilla desde el refugio de pescadores. Y aun así…, hasta eso nos pareció distinto.

¡¿Qué (nos) había pasado?!

Era tanta la disparidad ambiental entre las dos excursiones previas (en verano) y la actual (en invierno), que todo lo veíamos como original. Incluso lo que sabíamos que tendría que ser conocido, estaba tan diferente que resultaba novedoso. Como si estuviéramos en otra ruta.

Claro que puede haber explicaciones alternativas…. Sin ir más lejos, por ejemplo, tenemos ya una edad…. Las neuronas del recuerdo ya no graban como antaño…. …‘Uy, mejor no sigo por ahí…. Borra, borra’.