Epílogo circular Camino de Santiago. Etapa 2: Zas ~ Lago.

Regresamos a Zas para continuar el camino que nos acerca a Fisterra, en esta segunda etapa llegamos hasta Lago (Mazaricos), con lo cual nos quedó trayecto fácil y agradable.
Pasamos por varias aldeas con claro predominio rural, y donde agricultura y ganadería conforman su actividad principal. En esta época del año, las grandes extensiones de pastos para el ganado, forman un manto verde que alegra el camino y la vista al peregrino.
El trayecto tiene una buena proporción de carretera, pero en buena parte se puede hacer por un cómodo arcén, y los repechos son suaves y muy llevaderos.

Después de atravesar la aldea de Zas iniciamos un itinerario agradable por senderos y pistas, recuperando tramos del antiguo Camiño Real a Fisterra. Vamos avanzando en ascenso por el valle del río Barcala, a la sombra de carballos, castiñeiros y también eucaliptos.
Más adelante superamos el lugar de O Rapote (donde hay una fuente), y luego pasamos junto al acceso a la cafetería-albergue Alto da Pena. Siguiendo el camino pronto llegamos a las casas de A Pena (Piaxe). Desde aquí iremos un buen tramo por el cómodo arcén de la carretera DP-5603, pasando por los lugares de Portocamiño, Vilaserio (donde hay bar- restaurante y albergues) y al llegar a O Cornado abandonamos la carretera para continuar entre las casas del pueblo y luego salir por una agradable pista de tierra.
Vamos alternando pistas con pequeños trayectos de carretera con un trazado rectilíneo y de ángulos rectos, típicos de la concentración parcelaria. En tramos de suave subida y más tarde de bajada, llegamos hasta la localidad de As Maroñas, donde todo el entorno se caracteriza por lo llano de su terreno y por su dedicación primordialmente agrícola.
Seguimos hasta el lugar de Santa Mariña, al llegar al Cruceiro abandonamos un momento el camino y giramos a la izquierda para acercarnos a iglesia de Santa Mariña de Maroñas. Estamos ante una de las escasas iglesias del concello de Mazaricos que ha conservado vestigios de tiempos románicos. El tipo de canecillos así como la estilización de las basas de la portada sur permiten fijar su datación en los años finales del siglo XII. Los restos de época románica conservados en el edificio son el arco triunfal, los canecillos exteriores y las dos puertas de acceso a la nave. Está rodeada por un cierre de piedra y un cementerio parroquial y justo enfrente se encuentra el albergue/bar Casa Pepa, que ofrece menú peregrino y un amable trato.
Continuamos durante unos 500m hasta salir a la carretera provincial AC-400, que tomamos a la izquierda y en la cual nos encontramos un par de bares, un albergue privado y una panadería. Pronto abandonamos la general por la derecha, tomando una carretera local que nos lleva a los pequeños núcleos ganaderos de Bon Xesús y Gueima.
Salimos del pueblo pasando frente a algunas granjas y naves con vacas.
Al llegar a las primeras casas de Vilar de Castro, vemos una doble señalización con grandes flechas verdes y otras amarillas, que pueden provocar confusión. Las flechas pintadas en color verde llevan hacia A Picota, una localidad situada fuera del camino (1,3 km más) que cuenta con un albergue privado, unos apartamentos y un hotel, variante que sólo utilizarán aquellos que decidan pernoctar allí. Nosotros seguimos el trazado oficial, marcado con los mojones y las flechas amarillas.
Tras superar A Gueima iniciamos la subida por la ladera norte del monte Aro. Alcanzamos un mirador con bancos de madera para descansar y disfrutar de la panorámica, y luego continuamos en dirección hacia la cumbre del monte , en cuya cima quedan vestigios de los muros de defensa de un castro celta del siglo V a.C., pero nuestra ruta no llega hasta arriba, pues 500 metros antes de la cima giraremos a la derecha e iniciaremos el descenso por una pista de tierra. Durante todo este tramo disfrutaremos de excelentes vistas sobre la comarca, y en especial sobre el gran embalse de Fervenza (construido en 1966 y que inundó buena parte del valle del río Xallas). Tras una curva cerrada, la bajada finaliza en el pueblo de Lago, donde disponemos de bar, tienda y albergue privado.

Con una cervecitas frescas en el bar-albergue Monte Aro, ponemos punto final a esta etapa que, a pesar del asfalto, nos volvió a sorprender gratamente.
Como indiqué al comienzo, la catalogamos como fácil pues no consideramos que tenga más dificultades técnicas que la subida suave a Monte Aro, aunque como siempre, dependerá del estado físico de cada uno.
Por lo demás, el camino está muy bien señalizado y sólo habría que prestar atención al desvío que mencioné anteriormente, en Vilar de Castro.
Buen camino!!

Info: Guía Gronze.com