230. Eremitorios, Cordal y Hayedo de Carrales desde Quintanilla de San Román
near Quintanilla de San Román, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 450 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Hoy queríamos ‘mal tiempo’ para la ruta. (¡¿ϟǗϞꙬﯷﻢ?!).
Entiéndase. Normalmente, el ‘buen tiempo’ para una ruta montañera conlleva una temperatura fresca. Resulta especialmente bienvenida en época veraniega.
Quizá más típico aún de la bonanza en el tiempo es el cielo despejado: luminosidad y perspectivas nítidas. Cuando sales al monte es para ver; para apreciar los colores y las formas.
Pues esta vez nos habíamos emperrado en que ‘No’. Bueno, en que ‘Sí’ para lo de la temperatura fresca, obviamente; pero ‘No’ para el sol y la luminosidad. Y esto último, ¿por qué?
Habíamos leído que la ruta era bastante boscosa y que tenía un hayedo de varios km. Nos quedamos atascados (mentalmente) ahí: ‘boscosa’; como si no hubiera en ella también muchos espacios abiertos, zonas altas y con amplios horizontes.
Nuestro argumento era: Dentro del bosque, el sol crea contrastes fuertes de luz y sombra; demasiado. Impiden sumergirse en la magia interior del arbolado. Se lo impiden al propio cerebro y, más aun, a la cámara de fotos.
Queríamos zambullirnos y ensimismarnos en el misterio del bosque. Mejor en la penumbra de la espesura que entre los chirriantes rayos y reflejos del sol. Así que vamos a una zona fresca ‘...Y sin sol’. ...Y, si es posible, con niebla.
Ahí la teníamos; en la recámara. Una ruta por el norte. El día anterior, las agencias meteorológicas pronosticaban (allí y para hoy) niebla en las primeras horas de la mañana; luego, nublado con alguna posible gota de lluvia; y tímidos claros sólo al final.
Ideal para el hayedo de Carrales.
Luego, sin embargo, las cosas fueron bastante distintas….
LA RUTA
Salimos de Quintanilla de San Román por un camino rectilíneo que nos lleva enseguida hacia el otro pueblo de la ruta, Villamediana de San Román (km 1,5).
Curiosamente, la distancia lineal de una punta a otra de Quintanilla (868 m) es mayor que entre Quintanilla y Villamediana (593 m). Y no es que Quintanilla sea un pueblo grande (6 habitantes, según el INE de 2020). Simplemente, está estiradíiisimo.
Saliendo de Villamediana, entramos en los límites del bosque. Dejamos el camino en el km 2,2 y atravesamos una zona muy tupida de hierba alta, helechos y matorral; sin sendero; hasta el km 2,5. Es el único tramo incómodo de la ruta.
El trayecto entre el km 2,5 y el 4,2 está generalmente bien definido y con buen terreno para caminar. En él se encuentran dos eremitorios: el de la Tía Isidora (km 3,1) y el del Horno (km 4,1).
En el km 4,2, una pista nos sube hasta el espinazo rocoso. En uno de sus extremos se ubica Peña Nava (km 6,4). Cogemos un atajo en el km 5,2, girando a la izquierda, monte a través (fácil) y algo de pista.
Es ese un tramo, tanto a la ida como a la vuelta de Peña Nava, para detenerse y contemplar el amplio y magnífico paisaje en muchos km alrededor.
Tras dejar Peña Nava, caminamos por la dorsal hasta el km 10,6. Mayormente es pista o camino, con un tramo de sendero en la parte final. Podemos, no obstante, dejarlos al lado y movernos cerca de la cornisa.
Desde que entramos en el hayedo (km 10,6) hasta el km 14,1, de vuelta en Quintanilla de San Román por su extremo sureste, vamos inmersos en el bosque. Lo atraviesa un camino, pero podemos salirnos de él a voluntad.
Posibles Dificultades:
No hay dificultades merecedoras de tal nombre. Casi siempre vamos por buen terreno. La única excepción sin senda es la mencionada entre los km 2,2 y 2,5. Hay algunos tramos más de ese tipo, cortos y sin mucha densidad vegetal.
Están, además, las pequeñas incomodidades que tú quieras buscarte, dejando el camino (ej., en el lomo del cordal de Peña Nava, o dentro del hayedo). Siempre a cambio de recompensas: mejores vistas, mayor variedad de sensaciones, etc.
Se podría decir que la ruta es un paseo. Si acaso, como excepciones, hay un repecho de subida del km 4,2 al 5; y luego un pronunciado descenso inicial en el hayedo (km 10,6 al 11,1; sin problema, si está seco).
DESTACADO
(1) La Cultura:
Sobresalen los dos eremitorios con cuevas excavadas en la roca: el de Tía Isidora y el del Horno. Está, además, la bonita iglesia románica de Quintanilla de San Román.
Los eremitorios tienen cada uno dos oquedades. Una servía como habitáculo para algún ermitaño; la otra tenía una función religiosa. Su cronología es controvertida: Pudieron tener origen en época visigótica o quizá a principios del siglo IX.
La puerta con verja del eremitorio de Tía Isidora estaba abierta y se podía entrar. Para acceder a la cueva principal en el del Horno, hay un estrecho pasadizo aéreo en la misma roca. Éste requiere precaución.
En la iglesia de Quintanilla destacan su ábside semicircular de sillería (un primor en un templo modesto), su espadaña con campanas, y su curiosa escalera exterior al campanario. Conserva su aire románico. Una oración de piedra.
En Quintanilla, además, repartidos aquí y allá, hay al menos una decena de maceteros con preciosos conjuntos de flores. Certifican el esmero de sus gentes.
En Villamediana sólo nos acercamos a su periferia. Junto a su iglesia (sin un estilo definido, pero con buena presencia) destacan una casona típica y su patio con aperos de labranza.
(2) El Cordal de Peña Nava y las Vistas:
Durante gran parte del trayecto, pero sobre todo desde Peña Nava hasta el hayedo de Carrales, puede uno gozar de espectaculares perspectivas, con muy diversos accidentes geográficos:
Alrededor tenemos el Valle de Valdebezana; al sur, el Alfoz de Bricia, y más allá los páramos hasta La Lora; al oeste, el Monte Hijedo; al noroeste, el embalse del Ebro y el Alto Campoo; al norte, las montañas cantábricas entre Burgos y Cantabria.
El tramo entre los km 9 y 10,5 resulta especialmente atractivo. No extraña que una pequeña manada de vacas se hubiera aposentado allí, en lo más alto. ¡’No saben nada’! A disfrutar del paisaje mientras pacían y rumiaban.
En ese tramo, caminamos por una extensa loma de brezo florido (de temporada). Allí se nos aparecen hacia el sureste los imponentes cerros de El Castro y La Muela, elevándose sobre valle.
(3) El Hayedo de Carrales:
Vamos 3,5 km entre hayas. Como para quedar satisfecho, por mucha hambre que tengas de ellas. Probablemente, su parte más bonita es la parte inicial, el descenso desde el cordal hasta el camino que surca el hayedo.
Hacia la mitad del recorrido, merece la pena salirse del camino y adentrarse en el bosque. A los ojos se les añaden así las sensaciones auditivas y las tactiles, al notar bajo los pies el susurro y el temblor de la hojarasca.
Los hayedos y las hayas me privan. Tanto como los bosques de robles retorcidos y fantasmales. ¡Que ya es! Sin embargo, no diré que éste sea el hayedo más espléndido que haya visto:
Quizá algo abigarrado en varias zonas. Quizá un tanto homogéneo. Quizá.... Quizá son sólo vagas sensaciones (las mías)…. Quizá mis expectativas eran hoy demasiado elevadas. O, simplemente, ¿quizá lo mucho es demasiado?
Sea como fuere, me encantó; pero no lo que más de la ruta.
ANÉCDOTA
De la noche (anterior) a la mañana (de hoy) vimos que las predicciones meteorológicas habían cambiado. Se mantendría la temperatura fresca, pero ya no habría niebla, sino pleno sol en las primeras horas.
Efectivamente, cuando llegamos al inicio de la ruta, vimos un resplandeciente cielo azul.
--“Vaya, qué 'contrariedad'. ¿Y ahora qué hacemos?”. ¿Se nos habían chafado los planes del o para el ‘mal tiempo’?
La cosa estaba clara: --“El hayedo para el final. No hay otra”. …--“A ver si ‘con suerte’ el cielo se nubla para entonces, cuando lleguemos allá…. Vamos a hacer tiempo”. ¡Anda que...!
Empezamos, pues, con sol. Los espacios visibles en el primer tercio de la ruta eran vastos, mayormente. El sol aún estaba bajo, dando relieve al entorno. ¡Óptima combinación para apreciar el paisaje!
Subimos a la parte alta (Peña Nava y su largo brazo). Dilatadas panorámicas en todo ese segundo tercio. Las nubes cirrosas y deshilachadas apenas velaban los confines en la lejanía. ¡Perfecto el sol también!
Entrábamos finalmente en el hayedo y el gran astro luminoso 'se apagaba' por momentos. Nubes más gruesas y oscuras ocultaban o amortiguaban sus rayos sobre la tierra. ¡Redondo!
Al salir del hayedo, volvió a despejarse el cielo. ¡Parecía cronometrado! Para satisfacer nuestros deseos (sin que lo supiéramos). Para mejorar nuestros planes, en realidad:
Si hubiera estado nublado siempre (como habíamos planeado/deseado), no habríamos podido apreciar la belleza paisajista de los dos primeros tercios.
Nos sorprendieron esas coincidencias muy positivamente. De ahí lo anecdótico:
Parecía como si la naturaleza (la meteorológica) se hubiera puesto a nuestro servicio. Como si conociera mejor que nosotros mismos lo que nos convenía.
Siendo pejigueros, puntillosos, (y desagradecidos), podríamos aún decir que “mira, faltó la niebla en el hayedo”. ...Pero, visto lo visto, seguro que no nos convenía….
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 450 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Hoy queríamos ‘mal tiempo’ para la ruta. (¡¿ϟǗϞꙬﯷﻢ?!).
Entiéndase. Normalmente, el ‘buen tiempo’ para una ruta montañera conlleva una temperatura fresca. Resulta especialmente bienvenida en época veraniega.
Quizá más típico aún de la bonanza en el tiempo es el cielo despejado: luminosidad y perspectivas nítidas. Cuando sales al monte es para ver; para apreciar los colores y las formas.
Pues esta vez nos habíamos emperrado en que ‘No’. Bueno, en que ‘Sí’ para lo de la temperatura fresca, obviamente; pero ‘No’ para el sol y la luminosidad. Y esto último, ¿por qué?
Habíamos leído que la ruta era bastante boscosa y que tenía un hayedo de varios km. Nos quedamos atascados (mentalmente) ahí: ‘boscosa’; como si no hubiera en ella también muchos espacios abiertos, zonas altas y con amplios horizontes.
Nuestro argumento era: Dentro del bosque, el sol crea contrastes fuertes de luz y sombra; demasiado. Impiden sumergirse en la magia interior del arbolado. Se lo impiden al propio cerebro y, más aun, a la cámara de fotos.
Queríamos zambullirnos y ensimismarnos en el misterio del bosque. Mejor en la penumbra de la espesura que entre los chirriantes rayos y reflejos del sol. Así que vamos a una zona fresca ‘...Y sin sol’. ...Y, si es posible, con niebla.
Ahí la teníamos; en la recámara. Una ruta por el norte. El día anterior, las agencias meteorológicas pronosticaban (allí y para hoy) niebla en las primeras horas de la mañana; luego, nublado con alguna posible gota de lluvia; y tímidos claros sólo al final.
Ideal para el hayedo de Carrales.
Luego, sin embargo, las cosas fueron bastante distintas….
LA RUTA
Salimos de Quintanilla de San Román por un camino rectilíneo que nos lleva enseguida hacia el otro pueblo de la ruta, Villamediana de San Román (km 1,5).
Curiosamente, la distancia lineal de una punta a otra de Quintanilla (868 m) es mayor que entre Quintanilla y Villamediana (593 m). Y no es que Quintanilla sea un pueblo grande (6 habitantes, según el INE de 2020). Simplemente, está estiradíiisimo.
Saliendo de Villamediana, entramos en los límites del bosque. Dejamos el camino en el km 2,2 y atravesamos una zona muy tupida de hierba alta, helechos y matorral; sin sendero; hasta el km 2,5. Es el único tramo incómodo de la ruta.
El trayecto entre el km 2,5 y el 4,2 está generalmente bien definido y con buen terreno para caminar. En él se encuentran dos eremitorios: el de la Tía Isidora (km 3,1) y el del Horno (km 4,1).
En el km 4,2, una pista nos sube hasta el espinazo rocoso. En uno de sus extremos se ubica Peña Nava (km 6,4). Cogemos un atajo en el km 5,2, girando a la izquierda, monte a través (fácil) y algo de pista.
Es ese un tramo, tanto a la ida como a la vuelta de Peña Nava, para detenerse y contemplar el amplio y magnífico paisaje en muchos km alrededor.
Tras dejar Peña Nava, caminamos por la dorsal hasta el km 10,6. Mayormente es pista o camino, con un tramo de sendero en la parte final. Podemos, no obstante, dejarlos al lado y movernos cerca de la cornisa.
Desde que entramos en el hayedo (km 10,6) hasta el km 14,1, de vuelta en Quintanilla de San Román por su extremo sureste, vamos inmersos en el bosque. Lo atraviesa un camino, pero podemos salirnos de él a voluntad.
Posibles Dificultades:
No hay dificultades merecedoras de tal nombre. Casi siempre vamos por buen terreno. La única excepción sin senda es la mencionada entre los km 2,2 y 2,5. Hay algunos tramos más de ese tipo, cortos y sin mucha densidad vegetal.
Están, además, las pequeñas incomodidades que tú quieras buscarte, dejando el camino (ej., en el lomo del cordal de Peña Nava, o dentro del hayedo). Siempre a cambio de recompensas: mejores vistas, mayor variedad de sensaciones, etc.
Se podría decir que la ruta es un paseo. Si acaso, como excepciones, hay un repecho de subida del km 4,2 al 5; y luego un pronunciado descenso inicial en el hayedo (km 10,6 al 11,1; sin problema, si está seco).
DESTACADO
(1) La Cultura:
Sobresalen los dos eremitorios con cuevas excavadas en la roca: el de Tía Isidora y el del Horno. Está, además, la bonita iglesia románica de Quintanilla de San Román.
Los eremitorios tienen cada uno dos oquedades. Una servía como habitáculo para algún ermitaño; la otra tenía una función religiosa. Su cronología es controvertida: Pudieron tener origen en época visigótica o quizá a principios del siglo IX.
La puerta con verja del eremitorio de Tía Isidora estaba abierta y se podía entrar. Para acceder a la cueva principal en el del Horno, hay un estrecho pasadizo aéreo en la misma roca. Éste requiere precaución.
En la iglesia de Quintanilla destacan su ábside semicircular de sillería (un primor en un templo modesto), su espadaña con campanas, y su curiosa escalera exterior al campanario. Conserva su aire románico. Una oración de piedra.
En Quintanilla, además, repartidos aquí y allá, hay al menos una decena de maceteros con preciosos conjuntos de flores. Certifican el esmero de sus gentes.
En Villamediana sólo nos acercamos a su periferia. Junto a su iglesia (sin un estilo definido, pero con buena presencia) destacan una casona típica y su patio con aperos de labranza.
(2) El Cordal de Peña Nava y las Vistas:
Durante gran parte del trayecto, pero sobre todo desde Peña Nava hasta el hayedo de Carrales, puede uno gozar de espectaculares perspectivas, con muy diversos accidentes geográficos:
Alrededor tenemos el Valle de Valdebezana; al sur, el Alfoz de Bricia, y más allá los páramos hasta La Lora; al oeste, el Monte Hijedo; al noroeste, el embalse del Ebro y el Alto Campoo; al norte, las montañas cantábricas entre Burgos y Cantabria.
El tramo entre los km 9 y 10,5 resulta especialmente atractivo. No extraña que una pequeña manada de vacas se hubiera aposentado allí, en lo más alto. ¡’No saben nada’! A disfrutar del paisaje mientras pacían y rumiaban.
En ese tramo, caminamos por una extensa loma de brezo florido (de temporada). Allí se nos aparecen hacia el sureste los imponentes cerros de El Castro y La Muela, elevándose sobre valle.
(3) El Hayedo de Carrales:
Vamos 3,5 km entre hayas. Como para quedar satisfecho, por mucha hambre que tengas de ellas. Probablemente, su parte más bonita es la parte inicial, el descenso desde el cordal hasta el camino que surca el hayedo.
Hacia la mitad del recorrido, merece la pena salirse del camino y adentrarse en el bosque. A los ojos se les añaden así las sensaciones auditivas y las tactiles, al notar bajo los pies el susurro y el temblor de la hojarasca.
Los hayedos y las hayas me privan. Tanto como los bosques de robles retorcidos y fantasmales. ¡Que ya es! Sin embargo, no diré que éste sea el hayedo más espléndido que haya visto:
Quizá algo abigarrado en varias zonas. Quizá un tanto homogéneo. Quizá.... Quizá son sólo vagas sensaciones (las mías)…. Quizá mis expectativas eran hoy demasiado elevadas. O, simplemente, ¿quizá lo mucho es demasiado?
Sea como fuere, me encantó; pero no lo que más de la ruta.
ANÉCDOTA
De la noche (anterior) a la mañana (de hoy) vimos que las predicciones meteorológicas habían cambiado. Se mantendría la temperatura fresca, pero ya no habría niebla, sino pleno sol en las primeras horas.
Efectivamente, cuando llegamos al inicio de la ruta, vimos un resplandeciente cielo azul.
--“Vaya, qué 'contrariedad'. ¿Y ahora qué hacemos?”. ¿Se nos habían chafado los planes del o para el ‘mal tiempo’?
La cosa estaba clara: --“El hayedo para el final. No hay otra”. …--“A ver si ‘con suerte’ el cielo se nubla para entonces, cuando lleguemos allá…. Vamos a hacer tiempo”. ¡Anda que...!
Empezamos, pues, con sol. Los espacios visibles en el primer tercio de la ruta eran vastos, mayormente. El sol aún estaba bajo, dando relieve al entorno. ¡Óptima combinación para apreciar el paisaje!
Subimos a la parte alta (Peña Nava y su largo brazo). Dilatadas panorámicas en todo ese segundo tercio. Las nubes cirrosas y deshilachadas apenas velaban los confines en la lejanía. ¡Perfecto el sol también!
Entrábamos finalmente en el hayedo y el gran astro luminoso 'se apagaba' por momentos. Nubes más gruesas y oscuras ocultaban o amortiguaban sus rayos sobre la tierra. ¡Redondo!
Al salir del hayedo, volvió a despejarse el cielo. ¡Parecía cronometrado! Para satisfacer nuestros deseos (sin que lo supiéramos). Para mejorar nuestros planes, en realidad:
Si hubiera estado nublado siempre (como habíamos planeado/deseado), no habríamos podido apreciar la belleza paisajista de los dos primeros tercios.
Nos sorprendieron esas coincidencias muy positivamente. De ahí lo anecdótico:
Parecía como si la naturaleza (la meteorológica) se hubiera puesto a nuestro servicio. Como si conociera mejor que nosotros mismos lo que nos convenía.
Siendo pejigueros, puntillosos, (y desagradecidos), podríamos aún decir que “mira, faltó la niebla en el hayedo”. ...Pero, visto lo visto, seguro que no nos convenía….
Waypoints
Panorama
2,939 ft
5
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
HOLA MAISID
He usado tu ruta tu track y tus opiniones para mi ruta
GRACIAS!!!!!!!!!!!!!
Nos vemos en el monte
Gracias, MiraBurgos. He visto tu aventurera versión de la ruta. ¡'Tela'! Cuídate. Queremos seguir viendo tus hazañas....
Bueno he tenido un mes de Septiembre HORRIBLE (salud, trabajo, familia....) y el dia que sali al campo parecia una niño pequeño A LO BURRO.....Pero en todo momento llevaba vuestro track y habia visto vuestras fotos. Cuando salgo en familia mis rutas cambian. Un Saludo GRANDE