Circular por el Gollizno del río Velillos y Tajos de la Hoz, entre Moclín y Olivares

Se trata de un precioso paseo circular de algo más de 8 kilómetros que disfruté en compañía de mis amigos y compañeros de andanzas Juan y Chelo, y la perrita Lluvia, que transcurre a través de la espectacular garganta o gollizno que configura el río Velillos entre las poblaciones de Moclín y Olivares, ambos situados a poco más de 30 kilómetros de Granada en dirección a Córdoba. La ruta se puede considerar sencilla y puede realizarse en familia, si bien debemos tener en cuenta que conlleva ascensos y descensos importantes al tener que asumir un desnivel de algo más de 500 metros.



Fuente: https://www.youtube.com/@marcateunviaje

Podemos considerar que en la ruta hay dos etapas una de descenso y otra de ascenso, la una transcurre a través de fuentes y miradores y por el interior de la garganta y entre saltos y cascadas, a través de bonitas pasarelas y un espectacular puente colgante, mientras que la otra se desarrolla a través de una pista serpenteante con espectaculares vistas a Sierra Nevada y Olivares. Al tratarse de una ruta circular podemos iniciarla en un sentido u otro, es decir, bajando a Olivares por la pista y subiendo a Moclín desde el río, que es lo más usual, o bajar más directamente hacia el río y terminar ascendiendo a Moclín por la pista. Nosotros seguimos las indicaciones de mi amigo Alfonso (algobar en Wikiloc) y comenzamos por la parte que nos parecía más atractiva, la que transcurre junto al río, si bien hemos de reconocer que, a la vuelta, el ascenso intenso por la pista se nos hizo un poco cansado y pesado por el calor, a pesar de haberlo hecho en diciembre.

Partimos del centro de Moclín, concretamente desde su plaza, y ascendimos unos centenares de metros en dirección a su fortaleza, un castillo de origen nazarí, centro en otro tiempo de una red defensiva que se completaba con una serie de torres ópticas de las que aún quedan seis en pie. Muy cerca del castillo nos encontramos con la Ermita de San Antón, desde la que podemos disfrutar de excelentes vistas de la fortaleza, del pueblo y de los alrededores. Más tarde descendemos por el Collado de las Veredas y ya vislumbramos algunos ejemplares de cabra montés en las cumbres. Nos desviamos unos metros del camino para acercarnos a las pinturas rupestres neolíticas de la Corcuela, ubicadas en el abrigo del mismo nombre. Volvimos al sendero y enseguida llegamos a la popular Fuente de la Corcuela, de la que aún se conserva la teja de la que manaba el agua en la antigüedad. En la actualidad se encuentra notablemente reformada y el agua cae desde una pila y recorre una original espiral doble antes de alimentar un abrevadero. Unos centenares de metros más adelante llegamos al Mirador de Tozar, desde el que se puede disfrutar de espectaculares vistas del río y de la garganta por la que transcurre. Seguimos descendiendo hasta el nivel del agua y continuamos la ruta literalmente por las paredes de los Tajos de la Hoz a través de unas magníficas pasarelas que las franquean hasta llegar a un espectacular puente colgante. Más tarde llegamos a la Fuente de la Buenaventura y divisamos una espectacular cascada que baja directamente al río. Más adelante cruzamos el Puente Velillos por el que se accede a una pequeña central Hidroeléctrica. Enseguida llegamos a la barriada de Cerro Alto y, desde allí, ya en las cercanías de Olivares, emprendemos el camino de regreso a Moclín ascendiendo a través de una pista amplia con miradores como el de Olivares y la Ermita de las Angustias, desde los que se puede disfrutar de excelentes vistas de Sierra Nevada y Olivares. En esta última etapa también nos encontramos con algunos ejemplares de cabra montés a pocos metros de distancia.