Ermita de San Martín de la Bal d'Onsera

En este recorrido nos acercamos en coche hasta la localidad de San Julián de Banzo, tenemos la primera vista de la formación rocosa del Salto de Roldán.
Llevar botas, bastones, sobre todo agua y buena compañia.
Se encuentra en un lugar recóndito y singular. Y que no te importa volver.
El gps se vuelve un poco loco debe ser por la profundidad de los barrancos que pasamos.
No tiene perdida tanto la ida como la vuelta se puede hace por el mismo sitio, aunque nosotros la vuelta fuimos por la senda de los Burros por conocerla.
Es de agradecer que todo el camino esta bien señalizado y la parte más complicada de hacer este bien de sirgas quita miedos para ayudarte.
Llegando al pueblo tomaremos a la derecha una pista forestal que nos llevará al aparcamiento donde se sitúa el arranque del camino S-6 de San Martín de la Bal d'Onsera.
Nos adentramos por barrancos con el lecho cubierto de grava y senderos con sombras y luces, con boj, carracales, estában amenizados con los trinos de los pájaros que encontraban cobijo, con algunas higueras que les costará que maduren sus frutos, con preciosos jardines verticales aprovechando los agujeros en los paredones espectaculares de rocas que nos encontramos por el camino. Se ve como ha trabajado el agua con el transcurso del tiempo.
Punto curioso son dos rocas en oposición formando una puerta imaginaria la "puertas de cierzo" lugar con contínua corriente de aire, q más tarde notamos su falta.
Llegaremos a un punto de aventura un poco montañera del recorrido, unos escalones con barandillas y unas sirgas nos ayudarán a subir, a pesar de todo tendremos que trepar un poco con calma y precaución. Si no somos de emociones fuertes tendremos que subir por el viejo camino de los Burros que se ve que lo utilizan las caballerías en la antigüedad y en las romerias. Una vez llegamos al collado de San Salvador, la vista es expectacular con moles de rocas con agujeros que lo utilizan los buitres como reproducción. Aún nos queda bajada pronunciada al barranco que nos acercará a la ermita.
Llegamos hasta la ermita de San Martín con campanario, aprovechando un hueco en la roca esta la iglesia con la imagen y el pequeño valle rodeado de acantilados. Una pequeña pero espectacular cascada cae desde lo alto salvando el extraplomo de las paredes. Creando una sensación de paz y recogimiento, también para reponer fuerzas y descansar para la vuelta.

" El tiempo es pasado, presente y futuro, en cada instante para ser vividos. "