ERMITA DE SANTA BÁRBARA (570) (Collada)-PICO MULLEIROSO (1.261) (Tineo)

ERMITA DE SANTA BÁRBARA (570) (Collada)-PICO MULLEIROSO (1.261) (Tineo)

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 13,76 kmts.
ALTURA MÁXIMA: 1.261 m.
ALTURA MÍNIMA: 469 m.
ASCENSO TOTAL: 902 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 3,30 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Marzo de 2012.

La ERMITA DE SANTA BÁRBARA -Parroquia de Collada, concejo de Tineo, capital de la que dista 21 kilómetros- se halla en la carretera comarcal (San Martín de Forcallao-Cebedal), que parte de la AS-219 (Pola de Allande-Luarca), a la altura del kilómetro 32. COORDENADAS: N 43º - 21,593´ - O 06º - 33,862´. Está emplazada en un otero rodeado por tierras de labor, donde se producía trigo, escanda, patatas, maíz, fabes y frutas. En sus praderías pastaba el ganado vacuno, caballar, lanar y de cerda, abundando en caza mayor y menor.

La conocida como “Capilla de Santa Bárbara de el Chano” es una pequeña ermita restaurada, adosada al cementerio, que fue erigida en su día bajo la advocación de la Santa “Conjuradora del rayo”, pues con un rayo en la mano derecha se representa la imagen, atribuida al taller de Antonio Palomino, S. XVIII-XIX (Villatresmil, Tineo), que preside el interior del templo. No es de extrañar que los vecinos levantaran esa capilla, acogiéndose a la protección de santa Bárbara, auxiliadora en situaciones difíciles como las tormentas y los temporales, fenómenos meteorológicos muy frecuentes en el entorno.

Por su parte, el PICO MULLEIROSO (1.261) forma parte de la SIERRA DE ABLANIEGO, siendo su cima más destacada por delante del PICO ABRANIEGO (1.075). Su estructura geológica se remonta al cámbrico superior (570-500 millones de años), con pequeños afloramientos de cuarcitas blancas, lo que proporciona a su suelo una marcada acidez, que explicaría la abundancia de ericáceas, como el típico brezal junto al tojo, entre los cuales brotan las gramíneas para consumo del ganado lanar.

Tomamos la carretera dirección oeste, no sin antes dirigir la mirada hacia LA REBOLLOSA (620), aldea de la parroquia citada, donde hay plantados tejos dispersos por el lugar, alguno de considerable envergadura. Al cabo de dos kilómetros llegaremos a un repetidor de teléfono, junto a una curva, donde abandonamos dicha carretera. Cruzaremos la valla de una majada por el lugar más apropiado y, rumbo sur, a campo traviesa sin notables dificultades, continuamos la marcha en pendiente sostenida hasta la collada, que se extiende por el poniente en la braña EL RABOIRO (974).

En el ascenso aparece próxima a nuestra derecha la cara norte del modesto CORDAL DE LA SOLANA, con las PEÑAS DE CUBIELLA (987) y MOSCA (1.081), cubiertas de matorral y con las suaves curvas características del occidente asturiano. Asimismo a nuestra espalda quedaba el profundo valle del ARROYO DE YERBO, afluente del Navelgas, y emergiendo al otro lado del cauce las serranías tinetenses con caseríos dispersos, surcadas por multitud de pistas forestales.

En la collada y su vertiente sur pasta ganado vacuno y caballar, divisándose al fondo el valle del RÍO BÁRCENA y algunas poblaciones con atractivo, como RECORBA (520), a orillas del mismo, en cuyas riberas funcionó tiempo atrás un mazo y herrería, y SANTIAGO CERREDO (663), con tejos en el propio campo de la iglesia, en cuyos alrededores se conservan restos de túmulos funerarios y vestigios de antiguas explotaciones mineras. Al sureste, la silueta alargada de PEÑA MANTECA (1.528), al fondo en tierras belmontinas.

Dirección poniente, seguimos la pista que bordea el cordal citado, ahora por su base meridional, hasta desembocar en CHANA FONTÓN (1.045), depresión que enlazará la vertiente occidental de PEÑA MOSCA (1.081) con el MULLEIROSO, visible al fondo. Nuevamente reaparece el valle del RÍO YERBO al norte, con LA CEBEDAL –topónimo procedente de la abundancia de acebos- en sus riberas, aldea encajonada en lo más profundo, cuyas edificaciones dispersas se asientan sobre la vertiente noroeste de Peña Mosca.

Continuamos la senda bien marcada por terreno llano, que conduce a una extensa campera, con lagunas para abrevar el ganado. Se impone ya más próxima la figura simétrica y armoniosa del pico, objetivo de esta excursión, cubierto de monte bajo y coronado de pedregales, algo no inhabitual en cumbres de la comarca del Narcea. Estamos viendo, a la izquierda del pico, una réplica en pequeño y antesala del mismo. Es la CHANA MULLEIROSO (1.106), adonde nos dirigimos siguiendo la pista, que en suave ascenso nos deja en su parte superior, una meseta llana sin pretensiones.

Cruzando la vaguada que se interpone entre ambos, en la base misma del gran cono, iniciamos la subida pausadamente, ahora sí con pronunciado desnivel, tratando de sortear la vegetación de brezo, piornos y matorral diverso, pero que no suponen un obstáculo especialmente relevante.

Nos espera arriba un extenso peñascal, cumbre convulsa, con vértice geodésico, buzón de cumbre, cruz de la victoria, múltiples hitos de piedras cuidadosamente apiladas y muros, tal vez restos de la guerra civil. Las densas nubes y brumas nos impiden observar la amplia panorámica que se extiende desde la cumbre, turbulencias atmosféricas muy frecuentes en su cima, que la observación popular ha traducido: “Cuando el Mulleiroso se pone la montera / llueve, quiera Dios o no quiera”.

Pero intuimos -estamos familiarizados con la zona- el CARONDIO (1.222) y AGUDO (1.143) al oeste; el PANCHÓN (1.411), techo de Allande, al suroeste; el MANCEBÓN (1.035) al noroeste y ABRANIEGO (1.075) al norte, más coquetos valles jalonados de pequeños núcleos rurales solitarios, algunos abandonados, perdidos en medio de una atormentada orografía castigada por la erosión de estrechos cauces fluviales.

Esa carencia de imágenes del entorno quedó compensada por la visión espectral, que presentaba la cima con los variopintos elementos que la integran, envueltos en la niebla, adquiriendo el conjunto un halo mágico, que resultó sugestivo. Nos imaginamos el efecto perturbador de ese cuadro, realzado con otras turbulencias atmosféricas, rayos y truenos, a las que parece ser proclive el mítico MULLEIROSO.

Ruta sencilla, de recorrido y desnivel asequibles, que requiere cierto esfuerzo en los tramos de ascenso a la braña del Raboiro y al Mulleiroso, pero no presenta dificultades técnicas. El recorrido resulta muy atractivo y el pico, por las connotaciones ya apuntadas, es digno de ser visitado. Por las huellas dejadas en la cumbre, otros muchos ya lo hicieron antes. ¡Con toda justicia forma parte de nuestro paraíso natural el paisaje del occidente asturiano!