Ermita del Buen Suceso - PR MU-11 (parcial) - Castillo y Torreón de la Atalaya (Cieza)

Dice Pepe Marcos: de interesante podemos catalogar esta travesía circular realizada el primer día (y domingo) de Diciembre. Aunque nuestra idea primitiva era realizar una ruta en la cercana Sierra del Oro, la imposibilidad de acceso al punto de origen por la intransitabilidad de las pistas, nos hizo plantear esta bonita alternativa. Por ello, “desviamos” nuestro destino, y, tras aparcar el coche en la Ermita de “Nuestra Señora del Buen Suceso” de Cieza, comenzamos nuestro sendereo en dirección oeste por el Camino de la Atalaya (asfalto) siguiendo el PR MU-11 (Sendero de Medina Siyâsa). Tras unos novecientos metros (observando el Cerro de la Atalaya por su cara sur), salimos del mismo y bajamos en dirección sur por pequeña zona de enlace hasta tomar senda que, de forma paralela al Barranco de Yarza y en ligero descenso, recorrimos durante cerca de dos kilómetros. A nuestra derecha y al sur dos amplias “graveras” deslucían algo el paisaje; no obstante, más allá de ellas pudimos observar el “Cabezo de la Carrasca” y el “Cerro de la Cañada de Bastida”, obstáculos previos a la más al sur y alta Sierra del Oro. Además, con el sol contrastando su visión, las no muy lejanas Sierra de la Pila, Lugar y Orihuela (entre otras) “mejoraban” el paisaje en nuestro tránsito. Tras ello, un descenso algo más pronunciado aunque no problemático de unos trescientos metros, nos llevó a terrenos muy cercanos a la margen derecha del Río Segura. Seguimos, ahora en dirección norte durante aproximadamente unos novecientos metros hasta llegar a nuestro primer “cruce” con la Acequia “Andelma” (ó “Landerma”). Desde allí, llegamos casi sin sentir al paseo ribereño del Segura, que “remontamos” en dirección oeste. El “Puente del Alambre” es cuasi lo primero que tuvimos a nuestra visión y, tras un kilómetro, llegamos al Molino de “Teodoro”. Allí y, repito, siguiendo el PR MU-11 (tras ver por segunda vez la anterior acequia), viramos en dirección suroeste para tomar la amplia pista denominada “Cuesta de las Cabras” transitándola durante unos novecientos metros (poco antes de su “desembocadura” en la RM-532). De esta manera, abandonamos el Sendero de Pequeño Recorrido. En el punto anteriormente citado, la amplia pista se deja y, virando en dirección este, y siguiendo el ascenso, tomamos una bonita senda en umbría y a la falda norte del Cerro de la Atalaya. Tras aproximadamente un kilómetro y setecientos metros, desembocamos en la Senda del “Zig-Zag” entrando, de nuevo, en el PR MU-11. Solo medio kilómetro de continuo (pero no complejo) ascenso nos separaba de nuestro punto de origen. Aquí pudimos dar (podéis dar) por terminada la travesía completando un recorrido de poco más de ocho kilómetros. Pero claro, nos picó el gusanillo de visitar el “Castillo y Torreón de la Atalaya” que no conocíamos. Por ello, tras descender de la Ermita (vista desde fuera ya que no estaba abierta), comenzamos un ascenso por la zona norte del Cerro. Primero por senda parcialmente definida, y luego “campo y piedra a través”, de manera intuitiva y en dirección oeste y luego norte completamos unos trescientos metros desnivelados en unos ochenta: cortico, algo intenso, pero con cuidadico pudimos hacerlo bien. Y aquí, desde una altura de 419 m.s.n.m, llegó, quizá, lo más bonito de nuestro devenir dominguero. “Esforzarse y subir para poder ver”; ese es nuestro fin y a fé, sin duda, que mereció la pena. Preciosa contemplación al sur, este y norte de las bonitas Sierras circundantes (incluidas las •”lejanas” Orihuela, Callosa, Carche…) así como el Valle de Ricote y Cieza “flanqueado” al sur por nuestro Río Segura. Muy bonito os lo aseguro. Tras estos estupendos minuticos tocó bajar. Con, todavía más cuidado al principio (y culeando en alguna que otra ocasión –más vale ésto que pegarse un buen morrazo-) salimos de este primer tramo hacia el sur para, posteriormente, virar (por zona diferente a la de ascenso) en dirección este y, tras unos cuantos hectómetros más, llegar al cochecico y completar la circular. Fueron un total de poco más de 9 kms. recorridos en poco menos de tres horas y con casi 300 mts. de desnivel positivo. La ruta la consideramos moderada ya que, aunque globalmente su recorrido es poco complejo, la subida y bajada final le meten una miajilla de picajosidad que aconseja otorgarle ese grado de dificultad. De corazón, os la recomiendo.