ERMITA HONTANARES-COLLADOS DE LA FUENTE, MERINO Y CERRO GORDO-CERROS MERINO, GORDO Y PEÑOTA-RIOFRÍO DE RIAZA

Marcha realizada el sábado 29 de mayo de 2021
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Hoy nos hemos acercado hasta una zona, que por lo distante no solemos frecuentar, pero que como se puede apreciar en los aportes gráficos, además de tener una gran belleza también mantiene un buen estado de conservación; y por ello no es de extrañar la presencia tanto física como en sus topónimos de algunos seres vivos tan entrañables y legendarios como los lobos. Nosotros nos hemos llegado a asomar desde el cerro de la Peñota al “Portillo de los Lobos”, que a modo de collado y paso natural, en el pasado ya les permitía y aún hoy en día les sigue permitiendo el acceso más rápido y directo desde una parte de la llanura segoviana a otros enclaves como el Pico del Lobo o el Tres Provincias, que como es sabido se encuentran lindando con alguna de las otras dos comunidades autónomas, como son Madrid y Castilla la Mancha.

Es por ello que la ruta de hoy partirá desde el aparcamiento que hay junto a la Ermita de Hontanares, que con más de cuatro siglos de antigüedad aún conserva en su interior una talla románica que preside su retablo mayor. Destacar, por cierto, que son varios los caminos que pasan por aquí, siendo uno de los más transitados el que partiendo desde Riaza llega hasta aquí, para volver al punto de partida tras nueve kilómetros de recorrido. Nosotros hemos preferido disfrutar de este buen momento de la floración primaveral, y por ello hemos partido desde los mil cuatrocientos cincuenta metros en los que se ubica la ermita, para llegar hasta la cota máxima del Cerro Gordo, a poco más de los mil novecientos metros que tiene dicha cumbre. Son poco más de las diez y media, cuando partimos desde dicho aparcamiento, y según pasamos por delante de la ermita podemos comprobar que tanto ésta como el bar-restaurante que se encuentra enfrente están abiertos. Rápidamente los vamos dejando atrás para coger un sendero que entre pinar y algunos robles recorre el próximo kilómetro con ligera pendiente hasta llegar al Collado de la Fuente.

Desde aquí el rumbo este que hemos traído hasta el collado pega un brusco giro a la derecha para dirigirse hacia el sur a lo largo del siguiente tramo de cuerda que haremos por esta parte de la Sierra de Ayllón, y que un poco más adelante hace de límite natural entre los hayedos de la Tejera Negra y de la Pedrosa. Trescientos cincuenta metros después y tras haber superado los primeros canchales y resaltes rocosos del primer macizo se llega hasta un magnífico mirador, junto a una gran cruz metálica. Un cuarto de kilómetro más adelante y siempre con rumbo sur llegamos al Collado Cimero.

A destacar que de los varios kilómetros que haremos a lo largo de la cuerda, este tramo es el más divertido, ya que el primer macizo rocoso en el que destacábamos la presencia de una gran cruz de hierro, y este segundo que viene tras unos trescientos metros desde el citado collado, exigen todo tiempo además de un esfuerzo físico, también poner atención ya que la orografía del terreno rocoso y algún que otro canchal y pequeños escalones verticales son retos fáciles de superar. Y así pues tras el último canchal se llega hasta un canal que señalizado con un hito ofrece una primera posibilidad de subir hasta el vértice geodésico del Cerro Merino, pero nosotros optamos por una segunda vía de acceso que conlleva bordear un resalte rocoso por la izquierda, para rápidamente salvar un corto tramo vertical y escalonado que sin mayor dificultad acaba saliendo en un par de minutos a la cumbre de un Cerro Merino, que ya sólo por sus vistas merece mucho la pena el esfuerzo de subir hasta él.

Una vez dejamos este cerro bastante rocoso, y siguiendo siempre con el mismo rumbo sur, a los doscientos ochenta metros ya estamos en el Collado del Cerro Gordo. Ochocientos metros después y tras un tramo de subida culminamos la segunda de las cumbres que conlleva esta cuerda, y cuyo topónimo corresponde con el último collado por el que hemos pasado hace unos pocos minutos. Aquí podemos ver como por la derecha hay una posible opción de bajada, que acaba saliendo a un tramo de la pista que cogeremos desde Riofrío de Riaza, y en el que podremos ver justo el punto donde conecta dicho camino de bajada. Aunque el rumbo desde este último cerro empieza a virar ligeramente hacia la izquierda o al sureste, aún continuamos por la misma cuerda durante un kilómetro y medio más, para acabar llegando hasta la parte más elevada de la ruta de hoy. Se trata del Cerro de la Peñota, que se encuentra a casi mil novecientos cuarenta metros de altitud. De haber seguido un cuarto de kilómetro más por la misma cuerda y con el citado rumbo, aunque ahora tras una fuerte bajada, habríamos llegado hasta el Portillo de los Lobos, que dejamos para la próxima vez.

Así pues, y tras un brusco cambio de rumbo desde la Peñota, giramos a la derecha para coger ahora un nuevo rumbo a suroeste, que con fuerte bajada nos lleva en poco más de un kilómetro hasta un buen mirador en la zona de Peribañez, con fabulosas vistas hacia el Pico del Lobo, el embalse de Riofrío y el pueblo de Riofrío de Riaza.

Dos kilómetros y tres cuartos después, tras haber bajado casi setecientos cincuenta metros desde la última cumbre, nos plantamos en la fuente que nos recibe, justo a la entrada del pueblo de Riofrío de Riaza. Cuatrocientos metros después hemos dejado atrás unas calles totalmente vacías, salvo por una pareja que nos pregunta por algún sitio donde poder tomar una cerveza. Así pues y rápidamente tomaremos la pista de la que ya hemos hablado, que en unos tres kilómetros y medio nos permite ver la conexión de una de las posibles opciones de bajada desde la cuerda; en concreto la que vimos que se tomaba desde el Cerro Gordo. Y un kilómetro y cuarto más adelante, sin dejar en ningún momento la citada pista, que desde el pueblo hemos llevado con rumbo norte, acabamos saliendo al área de recreo de una ermita que a diferencia de esta mañana, ahora se encuentra bastante concurrida.