Ermita la victoria - talaia d´alcudia- Penya rotja

Dejamos el coche en el aparcamiento del Santuario de Nuestra Señora de la Victoria. Se trata de un edificio de planta rectangular, de 15 m de largo por 6 m de ancha. La parte baja está dedicada a iglesia y la parte alta en hospedería. El aspecto actual data de la segunda mitad del s XVII.

Iniciamos la subida hacia la talaia d´ Alcudia donde en un cartel se nos indica las especies terrestres que encontraremos, sobre todo cabras, ya en una curva, a la izquierda veremos las Tres Creus, se trata de tres cruces -dos de madera y una de piedra. El lugar se llama el Calvario, donde según la tradición un pastor llamado Juan Boi, cuando se retiraba un sábado encontró, en torno al año 1300, la madre de dios.

A partir de ahora todo es subida hasta la talaia, nos esperan las cabras salvajes que parecen mascotas y que nada más te vean irán hacia a ti, básicamente para que les des de comer. En la cumbre encontramos los restos de Sa Talaia de La Victòria, la construcción que formaba parte del conjunto de torres y atalayas dispuestas en puntos estratégicos del litoral para vigilar la costa y transmitir los avisos de peligro mediante señales de humo durante el día y de fuego por la noche, se sitúa a 446m.
Esta ruta está bien señalizada. Se trata de la atalaia más alta de Mallorca y su construcción data del año 1.567. Desde la atalaia podemos contemplar una impresionante panorámica de la bahía de Pollença y del cabo de Formentor, el cabo Pinar y la bahía d´Alcúdia llegando a avistar la isla de Menorca en los días en los que la visibilidad es óptima, que fue nuestro caso.

Una vez que hemos merendado, retomamos el camino por el que hemos venido para ir hacia la Penya rotja, nuestro destino final, recorrido de unos 5km hasta llegar.

Vamos por caminos con vistas a los acantilados hasta llegar a un paso construido artificialmente sobre la roca natural en forma de pequeño túnel, NO APTO para personas con vértigo ni aconsejable para niños pequeños, una estrecha escalera de unos seis o siete escalones nos sitúan a la entrada de dicho paso, este paso constituye la entrada al mundo cerrado de la atalaya de Sa Penya Roja, una auténtica fortificación basada en la protección que ofrecía su inexpugnable situación natural, al estilo de las construcciones medievales. Una vez que hemos cruzado este paso hay que extremar la precaución ya que nos adentramos en un pequeño tramo asomado al abismo, aunque cuenta con la ayuda de una cadena clavada en la roca en su parte derecha.

Superado este tramo vemos un aljibe, un horno para calentar balas y una barraca empleada como habitáculo, se acordó construir la obligada casa-habitación por los artilleros allí destacados, Visto todo, nos queda el último tramo de subida para llegar a la cima de la Penya Rotja, se trata de un camino de rocas que deberemos escalar.

La cima de la Penya Rotja cuenta con una pequeña explanada en la que se encuentra un cañón que data de 1630 y una placa que detalla sus datos, es una pieza de artillería llamada cañón des Morolas, encontraremos vistas espectaculares, vale la pena subir.

De aquí ya volvemos hacia el coche, hemos tardado cerca de 5 horas pero con varias paradas, entre ellas dos para merendar y más adelante, recorriendo en total unos 9 km.