Ermita y Casa de Chuecos + vértice geodésico Talayón de Chuecos (Águilas)

Se trata de una ruta de ida y vuelta por unos parajes de gran aridez inmersos entre un auténtico mar de sierras. Es un paisaje bastante interesante y atractivo.

Dejamos el coche en una gran explanada bajo el Castillo de Tébar, junto al panel del PR-MU 112, que finaliza aquí su periplo desde Águilas. También vemos señalización del nuevo GR 257.

La ruta que vamos a realizar es bastante sencilla y no tiene pérdida ni dificultad técnica. Los primeros cuatro kilómetros consistirán en recorrer el camino que nos conduce a la Ermita y Casa de Chuecos, situada bajo el castillo del mismo nombre, al que se puede acceder por la escarpada ladera (yo no lo he hecho).

Este camino pasa primero junto a unas fincas privadas, en dos de las cuales hay caballos. Seguidamente llegamos a una barrera que impide el acceso de vehículos a motor. Se trata de una finca experimental gestionada por la Fundación Castillo de Chuecos, en la que parece se está cultivando aloe o algo similar.

Las vistas del Talayón de Chuecos a la izquierda son soberbias, mientras que la ladera de nuestra derecha es más verde. Transitaremos en paralelo al Barranco de Chuecos y a un tendido eléctrico, del que escucharemos el chirrido de la electricidad.

Avistamos al fin la Ermita y Casa de Chuecos y nos acercamos a ver el cortijo. Es todo un caserón, y la ermita lo dota de un encanto aún mayor. A pocos metros sobre él vemos las ruinas del Castillo de Chuecos.

Desandamos unos metros hasta un camino que sale a la derecha y que nos llevará a la base de la cima, así que lo tomamos y comenzamos, ahora sí, a ascender cada vez con más intensidad.

Esta otra vertiente de la sierra ofrece una cara bien distinta y mucho más poblada de vegetación. Estamos dentro del universo de la Sierra de Almenara, de la que El Talayón forma parte.

Al llegar a una bifurcación y una cadena optamos por el camino empinado de la izquierda, y tendremos que estar muy atentos para no pasarnos el sendero que, a la izquierda, nos sube a la cima. Hay un mojón de piedras que lo señala.

Su primer tramo va entre los pinos, pero después sale a campo abierto y caminaremos entre arbustos. Aunque la senda a veces es difusa no tiene pérdida.

Los metros finales son empinados, y cuando alcancemos el vértice geodésico nos sorprenderá que esté situado en una gran explanada, ya que por las vistas de la cumbre desde abajo parecía que iba a ser más escarpado.

Son espectaculares los paisajes que tenemos ante nosotros. Vale la pena sentarnos un rato, prismáticos en mano, y contemplar a nuestro alrededor.

Es momento de regresar, y lo haremos por el mismo itinerario de la ida. Es posible hacer la ruta circular, y me he quedado con ganas de hacerlo, pero he leído que pasa por fincas privadas, y aunque creo que los caminos son públicos, no me apetecía arriesgarme a que me llamasen la atención. Además, he oído disparos y seguramente habrá cazadores, así que decido volver por el itinerario de la ida.

Sólo hago una mínima variación, y es porque veo junto al barranco unas curiosas rocas rojas y me acerco para tratar de verlas mejor, aunque sin los resultados esperados.

Una ruta bastante interesante, cuyos puntos fuertes son la Ermita y Casa de Chuecos y la cumbre del Talayón de Chuecos.