Erretes Tudela / Retes de Tudela,Monte Negro pasando por Artziniega

Salimos del pequeño pueblo de Retes Tudela donde dejamos el coche bien aparcado.
Bajamos por la carretera por la que hemos llegado durante un tramo.
Llegamos hasta Gordeliz,donde cruzamos una puerta y nos internamos en una pista de tierra por la que vamos bajando hasta llegar a la ermita de San Antonio, donde enlazamos con la carretera otro tramo y visitamos de paso La Teja, que es un salto, una pequeña presa muy bonita, aunque debido a las escasas lluvias tenía muy poca agua y el agua estaba un poco verde pero tiene que ser muy bonito cuando esté al natural.
Seguimos camino, cruzamos carretera y enfilamos una subida de pista hormigonada.
Así llegamos hasta Artziniega.
Cruzamos el pueblo y llegamos hasta la carretera donde cogemos dirección izquierda y seguimos subiendo hasta llegar al parque de la encina.
Vemos de paso el santuario de nuestra señora de la encina y el museo de arte sacro.
Una construcción muy bonita con unas encinas impresionantes.
Seguimos camino y aquí nos metimos por un sendero pequeño que hay eh al lado de el indicador mojón del kilómetro 57, pero nos dimos cuenta después que es mejor no meterse por aquí y seguir un tramito más hacia adelante por la carretera y enlazamos con la pista mucho más fácil como se puede ver en el track.
Una vez cogida esta pista iniciamos una subida constante atravesando prados pero sin ninguna dificultad.
Seguimos subiendo y cruzamos una carretera.
La subida alterna pistas de tierra y partes de hormigón y sin llegar a ser dura en ningún momento sí que es constante y larga. Por el camino vamos dejando atrás multitud de arbolados madroñeras que en esta época están cargadas,endrinas, Robles, hayas, pinos y unos preciosos encinares.
Seguimos subiendo y nos desviamos para hacer cima esta vez entre nieblas, para llegar hasta arriba, el buzón y y el punto gedésico, peñalba Montenegro.
También hay unos repetidores de telefonía y demás, que afean un poco la zona pero las vistas son bastante buenas, aunque con las nieblas no podemos disfrutar del todo,pero también tienen su encanto.
Tomamos un pequeño tentempié, nos hidratamos un poquito por el esfuerzo de la subida y emprendemos la bajada.
Pista de tierra y barro atravesando también arbolado y praderas que se hace bastante ameno, entre ganado y alguna que otra granja y pasando por la ermita de San Roque que está en un estado un poco ruinoso, hasta llegar de nuevo a Erretes.
Una vez en el pueblo y aunque no está grabado, visitamos también la iglesia donde hay un pequeño parque detrás para comer un bocata o pasar un rato descansando.
Es una ruta circular sin demasiada dificultad,aunque en época de lluvias las pistas pueden estar embarradas pues hay mucho ganado.