Errezil-Hernio/Ernio-Aizpel-Ubeltz-Herniozabal-Hernialde-Anoeta-Tolosa
near Errezil, País Vasco (España)
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Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 53:
Comienzo la ruta en la plaza del pequeño pero bonito pueblo guipuzcoano de Errezil. Desde aquí tengo en el punto de mira la cumbre más elevada del macizo de Hernio, y no puede ser otro que el propio Hernio o Ernio. A primeras horas de la mañana resulta casi imposible poder fotografiarlo en condiciones, ya que el sol golpea justo de frente.
Ahora mi primer objetivo es dar con una pista asfaltada que asciende directo al collado de Zelatun. Para eso, subo a la parte alta del pueblo, primero por camino de cemento y luego por sendero de tierra y hierba. Este sendero, y prácticamente los restantes hasta dar con la mencionada pista, estaban llenas de agua. No porque hubiera charcos, sino porque el sendero estaba repleto de hierba y arbustos, y estaban cargadas de humedad y agua. Total, que al andar con zapas de monte, me entraba agua por dentro. Apenas ha llovido en los últimos días, pero si que habrá habido niebla (hoy mismo había), y supongo que será la causante de que la zona esté tan mojada.
El sendero es bastante empinado, y tiene tramos que está bastante cerrado por la vegetación, pero en general se puede caminar sin mayores problemas.
Lo ideal sería realizar la ruta con botas, no solo para esta parte del ascenso, sino también para buena parte del descenso, que luego comentaré.
Otra opción que evitaría meterse por el sendero de hierba sería ir por la carretera que va hacia Tolosa, y una vez se alcance la pista, desviarse a la izquierda. Pero yo quería hacer el ascenso lo más bonito y natural posible, así que evité el asfalto.
Luego, continúo por la pista asfaltada, al principio en suave pendiente aunque luego se acentúa un poco. A medida que gano altitud, disfruto de unas excelentes vistas del propio Hernio y de las sierras de Aralar, Aratz, Aizkorri, Udalatx, Gorbea, Anboto, Oiz e Izarraitz entre otros, junto con varias localidades como Errezil, Azkoitia y Azpeitia.
Al final de la pista, alcanzo un punto clave del recorrido, el collado de Zelatun y su conjunto de cabañas, que se encuentra en medio de las cumbres de los montes Gazume (a la izquierda) y Hernio (a la derecha). Decir que lo primero que se observa desde el collado no es la cumbre del Hernio, sino una cima secundaria llamada Portumatza, el cual se puede acceder de manera directa subiendo una empinadísima canal, y después habría que crestear un poco hasta llegar a la verdadera cima del Hernio. Yo hoy no estaba por la labor de complicarme la vida, así que me fui por el lado derecho, por la vía normal.
Ahora comienza la verdadera subida, la parte más exigente pero a la vez la más bonita. De primeras las rampas son llevaderas y el sendero es cómodo, es bastante liso y tiene la anchura suficiente como para pasar varias personas a la vez. Pero mas adelante, el terreno va complicándose, ya que el camino es mas estrecho, empinado, algo rocoso e irregular. En algunos tramos patinaba un poco, pero subiendo no es un problema, bajando habría que ir con cuidado.
En la parte final de la subida llego a un refugio, y al lado hay una cruz con unos aros, el cual dicen que si metes los brazos en ellas, tienen el poder de sanar...
Solo me queda hacer un último repecho más y alcanzo al fin la cima del monte Hernio (1075m), rodeado de numerosas cruces, pero claramente hay una que domina sobre las demás. Hoy la zona estaba llena de gente, y no era de extrañar, por el fantástico día que estaba haciendo y porque este monte lo merece.
Que decir de las vistas, sin palabras. Lo dije en su día, hace ya unos 2 años y medio, cuando ascendí este monte con nieve junto con un compañero, y lo vuelvo a decir ahora. En mi opinión, el monte Hernio es el mejor mirador de todo Euskadi. Se pueden ver todos los montes de mayor renombre, el mar Cantábrico, multitud de localidades, y lo más raro o difícil, en un día claro como hoy se observa nítidamente los picos del Pirineo Occidental.
Podría mencionar todos los montes y pueblos que se ven desde lo alto, pero para eso lo primero que tenéis que hacer es venir hasta aquí, y luego, si no identificáis ciertas cumbres o lugares, podéis echar un vistazo a la mesa de orientación que se encuentra junto a la gran cruz.
Tras un buen rato de parón para gozar de las panorámicas y sacar fotos, vuelvo sobre mis pasos hasta el refugio. Ahora sigo mi camino por la izquierda, haciendo caso a varias marcas tricolor (blanco, rojo y amarillo) pintadas en las rocas, rumbo a la segunda cumbre de la sierra, el Aizpel. No tiene ninguna complicación, solo hay que hacer un par de subidas y bajadas por camino de tierra y hierba (preferentemente por el lado izquierdo, siguiendo la línea del precipicio, aunque momentáneamente fui por la derecha) y luego por hierba y roca, hasta llegar a la cima del monte Aizpel (1068m), donde se haya una caseta con una antena en forma de cruz.
Las vistas no son tan amplias como las del Hernio por culpa de la arboleda que tapa uno de los lados, pero siguen siendo interesantes (la panorámica apenas cambia, solo varía ligeramente el punto de visión).
Prosigo la marcha, descendiendo en diagonal por una loma herbosa hasta dar con un sendero herboso señalizado con marcas GR roja y blanca. Luego me toca volver a subir un repecho, y seguido vuelvo a bajar y a subir otro más pequeño. De nuevo, sin dificultades, alcanzo la cima del monte Ubeltz (1016m).
A partir de aquí iban a surgir las complicaciones. El peor tramo de todos sin duda es el que me tocaba hacer ahora, desde el Ubeltz hasta la cuarta y última cima, el Herniozabal. El camino se encuentra en su mayoría tapado por la arboleda, eso sumado a que sigue siendo muy estrecho, sucio, irregular y resbaladizo, me obliga a ir muy despacio, y mirando en todo momento por donde piso para no resbalar y pegarme un buen ostión. Al igual que en el primer tramo desde Errezil, aquí también sería de más ayuda ir con botas y no con zapatillas.
Haciendo caso siempre a las marcas GR y yendo mayormente por el lado izquierdo, alcanzo la despejada y bonita cumbre del Herniozabal (1011m). Las vistas aquí recuperan el interés que tenía en el Hernio, ya que son bastante amplias. Añadir como novedad que se observa el pueblo donde finalizaré la ruta, Tolosa.
Pero antes, tengo que descender unos 900m de desnivel, y los primeros kilómetros de bajada tampoco iban a ser fáciles.
Al principio avanzo cómodamente por un estrecho sendero de tierra en óptimas condiciones, pero luego, al hacer un giro hacia la derecha, la senda se cierra repentinamente por la vegetación, y la pendiente se inclina muchísimo. Al estar cubierto de arbustos y arboleda, el firme está resbaladizo, hay que bajar con mucha precaución.
Apenas son 300m de bajada, pero que pueden dar algún que otro quebradero de cabeza.
Por fortuna, al llegar a una especie de collado donde se sitúa una borda y una valla metálica, el terreno vuelve a abrirse y la pendiente se suaviza.
Giro a la izquierda, y sigo descendiendo por un sendero muy estrecho, aunque sencillo al inicio, ahora señalizada con marcas PR amarilla y blanca. Después, una vez más, me adentro en otra arboleda y aquí el camino vuelve a ser resbaladizo e incómodo, en parte por la presencia de numerosas rocas incrustadas en el suelo. Está claro, allá donde el sol no golpea, no hay forma de que los senderos se lleguen a secar por completo.
Tras varios minutos de lento descenso, el camino vuelve a abrirse y a ganar en calidad. Además hay una preciosa panorámica de la sierra de Aralar y de los montes próximos a la localidad de Tolosa, y del propio pueblo.
A partir de aquí lo que resta de bajada ya es coser y cantar. A ratos vuelvo a ir en medio de arboledas, en otros momentos por zonas despejadas, pero ya los senderos son de buena calidad y no dan ningún problema.
Tras un buen rato de cómoda bajada, alcanzo la segunda de las localidades de esta ruta, Hernialde. Lo recorro un poco y sigo cuesta abajo por una carretera que conecta con el próximo pueblo, Anoeta.
Por último, camino ya en llano por un largo bidegorri de unos 2,5km hasta llegar a mi destino, la localidad de Tolosa, el cual recorro parcialmente hasta llegar a la estación del cercanías de Tolosa, donde pongo punto y final a esta exigente pero preciosa ruta.
Comienzo la ruta en la plaza del pequeño pero bonito pueblo guipuzcoano de Errezil. Desde aquí tengo en el punto de mira la cumbre más elevada del macizo de Hernio, y no puede ser otro que el propio Hernio o Ernio. A primeras horas de la mañana resulta casi imposible poder fotografiarlo en condiciones, ya que el sol golpea justo de frente.
Ahora mi primer objetivo es dar con una pista asfaltada que asciende directo al collado de Zelatun. Para eso, subo a la parte alta del pueblo, primero por camino de cemento y luego por sendero de tierra y hierba. Este sendero, y prácticamente los restantes hasta dar con la mencionada pista, estaban llenas de agua. No porque hubiera charcos, sino porque el sendero estaba repleto de hierba y arbustos, y estaban cargadas de humedad y agua. Total, que al andar con zapas de monte, me entraba agua por dentro. Apenas ha llovido en los últimos días, pero si que habrá habido niebla (hoy mismo había), y supongo que será la causante de que la zona esté tan mojada.
El sendero es bastante empinado, y tiene tramos que está bastante cerrado por la vegetación, pero en general se puede caminar sin mayores problemas.
Lo ideal sería realizar la ruta con botas, no solo para esta parte del ascenso, sino también para buena parte del descenso, que luego comentaré.
Otra opción que evitaría meterse por el sendero de hierba sería ir por la carretera que va hacia Tolosa, y una vez se alcance la pista, desviarse a la izquierda. Pero yo quería hacer el ascenso lo más bonito y natural posible, así que evité el asfalto.
Luego, continúo por la pista asfaltada, al principio en suave pendiente aunque luego se acentúa un poco. A medida que gano altitud, disfruto de unas excelentes vistas del propio Hernio y de las sierras de Aralar, Aratz, Aizkorri, Udalatx, Gorbea, Anboto, Oiz e Izarraitz entre otros, junto con varias localidades como Errezil, Azkoitia y Azpeitia.
Al final de la pista, alcanzo un punto clave del recorrido, el collado de Zelatun y su conjunto de cabañas, que se encuentra en medio de las cumbres de los montes Gazume (a la izquierda) y Hernio (a la derecha). Decir que lo primero que se observa desde el collado no es la cumbre del Hernio, sino una cima secundaria llamada Portumatza, el cual se puede acceder de manera directa subiendo una empinadísima canal, y después habría que crestear un poco hasta llegar a la verdadera cima del Hernio. Yo hoy no estaba por la labor de complicarme la vida, así que me fui por el lado derecho, por la vía normal.
Ahora comienza la verdadera subida, la parte más exigente pero a la vez la más bonita. De primeras las rampas son llevaderas y el sendero es cómodo, es bastante liso y tiene la anchura suficiente como para pasar varias personas a la vez. Pero mas adelante, el terreno va complicándose, ya que el camino es mas estrecho, empinado, algo rocoso e irregular. En algunos tramos patinaba un poco, pero subiendo no es un problema, bajando habría que ir con cuidado.
En la parte final de la subida llego a un refugio, y al lado hay una cruz con unos aros, el cual dicen que si metes los brazos en ellas, tienen el poder de sanar...
Solo me queda hacer un último repecho más y alcanzo al fin la cima del monte Hernio (1075m), rodeado de numerosas cruces, pero claramente hay una que domina sobre las demás. Hoy la zona estaba llena de gente, y no era de extrañar, por el fantástico día que estaba haciendo y porque este monte lo merece.
Que decir de las vistas, sin palabras. Lo dije en su día, hace ya unos 2 años y medio, cuando ascendí este monte con nieve junto con un compañero, y lo vuelvo a decir ahora. En mi opinión, el monte Hernio es el mejor mirador de todo Euskadi. Se pueden ver todos los montes de mayor renombre, el mar Cantábrico, multitud de localidades, y lo más raro o difícil, en un día claro como hoy se observa nítidamente los picos del Pirineo Occidental.
Podría mencionar todos los montes y pueblos que se ven desde lo alto, pero para eso lo primero que tenéis que hacer es venir hasta aquí, y luego, si no identificáis ciertas cumbres o lugares, podéis echar un vistazo a la mesa de orientación que se encuentra junto a la gran cruz.
Tras un buen rato de parón para gozar de las panorámicas y sacar fotos, vuelvo sobre mis pasos hasta el refugio. Ahora sigo mi camino por la izquierda, haciendo caso a varias marcas tricolor (blanco, rojo y amarillo) pintadas en las rocas, rumbo a la segunda cumbre de la sierra, el Aizpel. No tiene ninguna complicación, solo hay que hacer un par de subidas y bajadas por camino de tierra y hierba (preferentemente por el lado izquierdo, siguiendo la línea del precipicio, aunque momentáneamente fui por la derecha) y luego por hierba y roca, hasta llegar a la cima del monte Aizpel (1068m), donde se haya una caseta con una antena en forma de cruz.
Las vistas no son tan amplias como las del Hernio por culpa de la arboleda que tapa uno de los lados, pero siguen siendo interesantes (la panorámica apenas cambia, solo varía ligeramente el punto de visión).
Prosigo la marcha, descendiendo en diagonal por una loma herbosa hasta dar con un sendero herboso señalizado con marcas GR roja y blanca. Luego me toca volver a subir un repecho, y seguido vuelvo a bajar y a subir otro más pequeño. De nuevo, sin dificultades, alcanzo la cima del monte Ubeltz (1016m).
A partir de aquí iban a surgir las complicaciones. El peor tramo de todos sin duda es el que me tocaba hacer ahora, desde el Ubeltz hasta la cuarta y última cima, el Herniozabal. El camino se encuentra en su mayoría tapado por la arboleda, eso sumado a que sigue siendo muy estrecho, sucio, irregular y resbaladizo, me obliga a ir muy despacio, y mirando en todo momento por donde piso para no resbalar y pegarme un buen ostión. Al igual que en el primer tramo desde Errezil, aquí también sería de más ayuda ir con botas y no con zapatillas.
Haciendo caso siempre a las marcas GR y yendo mayormente por el lado izquierdo, alcanzo la despejada y bonita cumbre del Herniozabal (1011m). Las vistas aquí recuperan el interés que tenía en el Hernio, ya que son bastante amplias. Añadir como novedad que se observa el pueblo donde finalizaré la ruta, Tolosa.
Pero antes, tengo que descender unos 900m de desnivel, y los primeros kilómetros de bajada tampoco iban a ser fáciles.
Al principio avanzo cómodamente por un estrecho sendero de tierra en óptimas condiciones, pero luego, al hacer un giro hacia la derecha, la senda se cierra repentinamente por la vegetación, y la pendiente se inclina muchísimo. Al estar cubierto de arbustos y arboleda, el firme está resbaladizo, hay que bajar con mucha precaución.
Apenas son 300m de bajada, pero que pueden dar algún que otro quebradero de cabeza.
Por fortuna, al llegar a una especie de collado donde se sitúa una borda y una valla metálica, el terreno vuelve a abrirse y la pendiente se suaviza.
Giro a la izquierda, y sigo descendiendo por un sendero muy estrecho, aunque sencillo al inicio, ahora señalizada con marcas PR amarilla y blanca. Después, una vez más, me adentro en otra arboleda y aquí el camino vuelve a ser resbaladizo e incómodo, en parte por la presencia de numerosas rocas incrustadas en el suelo. Está claro, allá donde el sol no golpea, no hay forma de que los senderos se lleguen a secar por completo.
Tras varios minutos de lento descenso, el camino vuelve a abrirse y a ganar en calidad. Además hay una preciosa panorámica de la sierra de Aralar y de los montes próximos a la localidad de Tolosa, y del propio pueblo.
A partir de aquí lo que resta de bajada ya es coser y cantar. A ratos vuelvo a ir en medio de arboledas, en otros momentos por zonas despejadas, pero ya los senderos son de buena calidad y no dan ningún problema.
Tras un buen rato de cómoda bajada, alcanzo la segunda de las localidades de esta ruta, Hernialde. Lo recorro un poco y sigo cuesta abajo por una carretera que conecta con el próximo pueblo, Anoeta.
Por último, camino ya en llano por un largo bidegorri de unos 2,5km hasta llegar a mi destino, la localidad de Tolosa, el cual recorro parcialmente hasta llegar a la estación del cercanías de Tolosa, donde pongo punto y final a esta exigente pero preciosa ruta.
Waypoints
Information point
1,375 ft
Cruzar verja metálica. Seguir marcas PR
Cruzar verja metálica. Seguir marcas PR
Information point
3,579 ft
Ahora, seguir por la izquierda del refugio
Ahora, seguir por la izquierda del refugio
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