Escaleruhelas de Fondales y Panjuila- Mecina- Mecinilla- Fondales- Ferreirola. Taha de Pitres. Alpujarra.
near Mecina Fondales, Andalucía (España)
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Itinerary description
Las cuatro fantásticas de la Taha
La Taha de Pítres es una división administrativa de herencia nazarí. En este caso se compone de 7 pueblos que comparten ayuntamiento y servicios públicos, y que, en total suman una población de 800 habitantes.Está formada por los municipios de: Pitres Mecina, Ferreirola, Fondales, Capilerilla, Atalbéitar y Mecinilla. El municipio de La Taha se ubica en la alta Alpujarra granadina, en la ladera Sur de Sierra Nevada entre los barrancos Bermejko y de la Sangre, su cota más alta se encuentra entorno a los 2400 m. y la más baja apenas a 500 m.
El grueso de la población se concentra en Pítres. La fisonomía de estos pequeños núcleos urbanos es la del típico pueblo alpujarreño, con preciosas calles tortuosas y empinadas adaptadas al terreno irregular y de bastante desnivel, y casas encaladas con terraos y tinaos, y rodeadas de tierras de labranza y montañas.
Hay multitud de senderos y caminos bien señalizados que comunican unas poblaciones con otras con lo cual es posible conocer a pie toda la zona disfrutando de la naturaleza, el ejercicio, el descubrimiento de lugares y rincones realmente pintorescos y, por supuesto, la sencillez y la cercanía de la gente.
Parece que está habitada desde la época de los romanos y siguió estándolo con los visigodos, las distintas invasiones islámicas y después por los cristianos, aunque tuvo que ser repoblada en buena medida tras la expulsión de los moriscos. En un principio fue La Taha de Ferreira, pero se desvirtuó su composición al ser entregada en Señorío a El Gran Capitán. El nacimiento de algunos de sus actuales núcleos se produce ya en pleno siglo XVI, y a lo largo de los siguientes siglos va alcanzando notable protagonismo Pitres, hasta el punto de que se cambia el nombre por el de La Taha de Pitres, aunque más modernamente se quedaría sólo en La Taha, sin apellidos, para evitar rivalidades.
Una de las peculiaridades de la Taha es su riqueza cultural debido a las diferentes procedencias (nacionales e internacionales) que posee su población: al ser lugar de asentamiento de numerosos artistas, músicos, escritores, y otras personas que buscan la tranquilidad y el sosiego, huyendo de las ciudades y del turismo bullicioso.
Todos los pueblos de La Taha conservan sus antiguos lavaderos públicos; y hoy se muestran celosos guardianes de los rumores que les dejaron nuestras antepasadas.
La ventaja que tiene La Taha, con respecto a sus monumentos, es que aquí no existen horarios de visita, ni guías de viaje; no habrá que esperar largas colas. Aquí los monumentos son de muchos tipos: castaños milenarios, veredas casi silvestres, fuentes encantadas, viejas leyendas, flores desconocidas, arroyos anaranjados.
Con esta ruta nosotros vamos a presentar dos de las cuatro rutas tradicionales de acceso a la Taha. Se entraba a través de las cuatro principales escarihuelas.
El interés de estas rutas reside en encontrarse en la Alpujarra, una zona cuya belleza e interés es universalmente conocida.
Escarihuela o carihuela son voces dialectales que se utilizan en al antiguo Reino de Granada y de la Región de Murcia, para designar caminos o veredas muy estrechos y pendientes, construidos en zigzag en laderas de montañas escarpadas, a veces tallando la piedra. En Jaén, hay un término parecido: Escaleruela.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:
Comenzaremos nuestra andanza en Mecina, núcleo principal del antiguo municipio de Mecina-Fondales, que se componía de tres pequeños pueblos: Mecina Mecinilla y Fondales. Es el segundo pueblo en extensión y población del municipio de la Taha. Mecina está construida en torno a una era común, y sus calles se extienden desde aquí hacia abajo. Al igual que Mecinilla y Fondales, conservan un grado de autenticidad arquitectónica muy grande.
En Mecina podremos ver el lavadero, junto al aparcamiento, la Fuente del Barranquillo o del Trance, la iglesia de San Marcos y el centro de Estudios de Sierra Nevada y la Alpujarra. En la plaza vimos la llegada, en furgoneta, del panadero de Pórtugos, y la reunión diaria de vecin@s junto al panadero contando los últimos acontecimientos y chismes del día.
Casi al lado se encuentra Mecinilla, barrio colindante a Mecina, pero con carácter independiente. Aparece en la Edad Moderna como una agrupación de 15 o 20 casas. Muy cuidado, coqueto y totalmente respetuoso con la arquitectura tradicional. En la parada del bus charlamos con dos simpáticas vecinas que esperaban la llegada del panadero. En mecinilla podremos beber la fresca agua de la Fuente de Mecinilla.
Saldremos de Mecinilla por el empinado sendero local de Pitres a Ferreirola, que en descenso y entre almendros en flor, y tras pasar por un Taller de Arte y el Bancal de la Cuesta nos hará llegar a la carretera. La cruzaremos siguiendo con el intrincado sendero que en poco tiempo nos conducirá a Fondales. Es el pueblo que está más e lo “hodo” (de ahí su nombre), quizás el menos accesible. Su arquitectura apenas a sufrido cambios, en él hay infinidad de tinaos o porches tradicionales y una pureza de rasgos que lo hacenser uno de los más visitados.
Callejeando pasaremos por la Ermita del Rosario, patrona de la localidad, por la Plaza de Gerald Brenan, que fijó aquí su residencia de verano, por la pintoresca y artística entrada de la casa de Juana Osorio y Hugo Quirós y su graciosos cartel “no tengo timbre, Grite y de paso se desahoga”, y algo más abajo por el lavadero de Fondales donde encontraremos indicaciones del GR-142 en dirección Órgiva. Tambie´n se puede ver la Antigua prensa de aceite, fabricada en metal. Se encuentra flanqueada por dos piedras de moler. El conjunto forma en la actualidad un elemento ornamental y se ubica sobre un muro de mampostería cubierto por lajas con el fin de mantenerlo a resguardo y poder ser contemplado.
Abandonaremos Fondales por la descendiente vereda de la Peña del Ángel a la Loma del Secano y, no muy lejos y entre grandes castaños, llegaremos al magnífico Puente Medieval, conocido como Romano. También junto al Puente de Fondales aparece uno de los muchos molinos harineros que hay esparcidos por todo el municipio. La mayoría de los molinos están a la vera del río Bermejo, con nombres tan sonoros como el molino del Sol, el de los Berros, la Molineta, o el Molino del Puente, de la carretera, o del camino de Pórtugos, el Centrón, etc.
¿Por qué será que los puentes atraen la atención del visitante? Quizá su ojo sea la metáfora, no solo del paso de las aguas, sino del paso del tiempo bajo su piedra. El llamado Puente romano de Fondales, que cruza el río Trévelez, ha visto pasar la historia desde el siglo XII o XIII, cuando se cree que fue construido. En aquel momento eran los árabes quienes dominaban el terreno y hay aún numerosos vestigios de su presencia en la arquitectura local. Era un momento de pujanza en lo económico y aquel lugar de paso requirió la construcción de un molino de harina, cuyos restos todavía podemos admirar al lado de este monumento. Este puente formó parte de Camino Real que llevaba hasta Almería. Construido en mampostería a piedra vista de material metamórfico, con un solo arco de medio punto. Es conocido como Puente Romano, aunque puede que su construcción sea de época posterior porque solo se tiene constatación de su existencia desde la Edad Media.
Tras cruzar el puente continuaremos a media ladera por la otra vertiente del Valle de Río Trevélez con unas impresionantes panorámicas. Aproximadamente un kilómetro después y en el conocido paraje del Aguadero comienza una de las cuatro fantásticas; la ESCALERUHELA DE FONDALES. Las escarelueras son caminos reales a modo de caminos de herradura, que zigzaguean entre las montañas salvando grandes desniveles del terreno, donde a veces se tallaban incluso escalones. El precioso y espectacular ascenso hay que afrontarlo con calma, disfrutando de las panorámicas. Veredas excavadas y labradas en la roca de la vertiente septentrional de La Solana de Almegíjar. Presenta numerosas quebradas. Caminos reales de 1,5 a 3 m de anchura que van desde La Taha de Ferreirola hasta la Sierra Contraviesa.
En este duro ascenso veremos unas enormes y oxidadas poleas y una gran estructura de cemento que era el soporte de una torreta de hierro. Estos restos pertenecen al antiguo teleférico que se construyó para transportar el mineral de hierro que se extraía en las minas del Conjuro y que mediante este ingenioso método se transportaba hasta Rules; después en camiones se llevaba hasta Motril donde se embarcaban hacia América. El caso es que toda esta instalación solo se utilizó por 13 años y medio. Desde julio de 1955 que empezaron, hasta finales del 68 que ya paralizaron la extracción del mineral.
Tras el precioso ascenso llegaremos a una zona de pinar de reforestación con variados ejemplares de pinos y donde encontraremos un gran corral de ganado. Aquí termina la escaleruhela y comienza una amplia pista forestal. Algo después tomaremos un desvío a la izquierda señalizado con poste de GR-142 y que bajo el Pico del Cotillo y en ascenso mucho más suave nos hará llegar hasta la Pista del cerro Corona. A la derecha gusta ver los enebros con ese porte tan considerable, junto a la repoblación de pinos.
Posteriormente llegaremos a la cota máxima de la ruta con unas vistas majestuosas de todas las poblaciones de la Taha como un mosaico de pueblos adornando la ladera de la gran montaña., el profundo Valle del Río Trevélez y las blancas cumbres de Sierra Nevada. Aquí nos encontramos con una pareja de escoceses que realizaban la misma ruta que nosotros y que estaban sorprendidos por la belleza del lugar y la climatología. Tras un ratillo de charla comenzamos con el descenso por la Colada de la Corona hasta el Cortijo de Panjuila.
En el Cortijo o cortijada de Panjuila nos paramos a conversar con su dueño que nos explicó los pormenores de la vida en la zona; comentándonos la nueva introducción de cultivos de pistachos injertados sobre cornicabras y lentiscos y de su particular amor por la naturaleza que lo llevaba a reforestar zonas con robles melojos y que el mismo hacia germinar las bellotas en arena…
Algo más abajo, según los vecinos del lugar hay una fuente, que no vimos, que el agua nace allí mismo, no se seca nunca y siempre tiene un buen caudal. Esta agua alimentaba los Baños de Panjuila, de los cuales solo queda una casa en ruinas.
Existen unas instalaciones junto a la fuente para subir el agua a un depósito a cota más alta, usado por los cortijos cercanos para abastecerse y riego de los huertos. Se trata de una fuente de aguas medicinales que tal vez fueron utilizadas por los mozárabes entre los siglos VIII y X. Estos baños están reseñados en el Diccionario de Madoz del siglo XIX. Actualmente solo quedan restos de muros de mampostería a piedra vista.
Poco después comienza la ESCARIHUELA DE PANJUILA DE O DE FERREIROLA, un serpenteante y precioso sendero de piedras esculpido sobre la roca que nos hará realizar un vertiginoso descenso por la vertiente del valle del Río Trevélez hasta el puente. Estas impresionantes obras del "ingenio" rural que supusieron una increíble inversión de trabajo comunitario desde la Edad Media, al menos hasta mediar la centuria del XIX.
Junto al Puente de Ferreirola de origen natural, encontramos un ruinoso pero interesante molino de cereales y la antigua Fábrica de la luz.
Comenzaremos un suave ascenso que nos conducirá hasta el puente de Paula. Aquí el río Bermejo nos ofrece dos momentos especiales entre bosque de ribera, primero abandonaremos temporalmente el camino para subir por un escarpado sendero que nos conduce hasta el Salto o Cascada de Paula; una espectacular caída de agua con tonos ocres debido a las aguas ferruginosas que recomendamos no perderse. Después y de vuelta en la Ruta Medieval pasaremos por la cercana Fuente de Paula con un agua buenísima.
Seguidamente llegaremos a la antigua Era del Trance donde se encuentra un enorme castaño centenario. Generalmente, las ERAS son superficies circulares y empedradas que se sitúan en zonas expuestas al viento. En ellas los agricultores realizaban dos tareas fundamentales: la “trilla” y el “aventado” mediante las cuales, conseguían separar el grano de su envoltura para su posterior aprovechamiento. El declive de la agricultura en la Alpujarra, ha determinado que muchas de estas eras hayan quedado en desuso y presenten un mal estado de conservación. Esta era se ha recuperado como mirador para aquellos que quieran disfrutar de las maravillosas vistas de la Alpujarra y su paisaje que desde aquí se le brindan.
Esta bella y encajonada panorámica del valle del río Trevélez encierra gran cantidad de curiosidades que indudablemente le sorprenderán.
Si mira hacia el frente, seguro que podrá identificar la escarihuela de Panjuila. Las escarihuelas son caminos sinuosos y muy verticales que salvan en poco recorrido grandes desniveles con pendientes superiores al 20%. Por estos caminos se traían mercancías, como el pescado de la costa, transportado por burros en alforjas y que se distribuía por los pueblos de la comarca.
En este barranco tan abrupto, las “chorreras” o cauces intermitentes y verticales de agua son muy comunes, como puede observar. Únicamente aportan agua al río Trevélez después de producirse precipitaciones intensas.
La vida cotidiana de los habitantes de La Alpujarra estaba muy ligada a estos pequeños detalles. En la cima de “Los Picachos” existe una zona de color claro, llamado “la cabrilla”, que se puede divisar desde el pueblo de Ferreirola. Esta zona era el referente horario para la población, dado que cuando empezaba a dar el sol justo en ese punto, eran las trece horas del horario de verano.
La zona donde nos encontramos es un punto estratégico de cruce de caminos. Desde nuestra posición podemos observar la ruta de gran recorrido GR-142, que viene desde Lanjarón, la de pequeño recorrido PR-299 o Ruta Medieval que llega hasta Juviles, y la escarihuela que sube a los baños de Panjuila y que desde allí conecta con la sierra de la Contraviesa.
La ruta nos depara otra sorpresa La Fuente de la Gaseosa Esta fuente se caracteriza, entre otras cosas, porque posee mayor concentración en gas que otras fuentes de La Alpujarra. La Fuente de la Gaseosa se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos del municipio de La Taha.
La Fuente de la Gaseosa –según un vecino de Ferreirola, Ramón Jiménez Iglesias- «estuvo ubicada hace décadas en un terreno más apartado del pueblo propiedad de la familia Mendoza. Y como se encontraba algo alejada, las autoridades y los vecinos de Ferreirola decidieron ubicarla en un lugar más cómodo y más cercano al pueblo junto a un viejo camino de herradura. Algunos habitantes aconsejaron instalar la conducción del agua y la Fuente de la Gaseosa en el mismo casco urbano, en la zona de las Cuatro Esquinas, pero esa propuesta no prosperó por diversos motivos», manifestó este alpujarreño.
Las aguas carbogaseosas –según los expertos- contienen una concentración mayor de 250 mg/l. de carbónico libre. Los baños gaseosos tienen múltiples beneficios: producen estímulos respiratorios, dilatan los vasculares, aumentan la contracción fibra miocárdica y funcionan de sedantes del sistema nervioso vegetativo. Por vía oral son estimulantes de la secreción gástrica y del peristaltismo intestinal. Aplicadas en baños a temperatura 33-35º C mejoran las enfermedades cardiacas crónicas, las enfermedades vasculares y los reumatismos.
Pronto llegaremos a Ferreirola. . Semioculta entre barrancos, de lejos solo la torre de la iglesia nos da una pista de su presencia. Los orígenes de Ferreirola se remontan a la época romana y en él se encuentran numerosos restos arqueológicos que demuestran su importancia durante la ocupación árabe. Su nombre significa 'pequeña mina de hierro' y es un diminutivo de Ferreira. Históricamente Ferreirola era cabeza de municipio con el anejo de Atalbéitar.
Ferreirola es uno de los pueblecitos de La Alpujarra con más encanto, y tiene su trama urbana y entorno protegidos como Bien de Interés Cultural. Este pueblo ha sabido salvaguardar sus costumbres, cultura y arquitectura tradicional. Encontraremos muchos encantos que nos aparecerán a cada esquina: preciosos rincones con tinaos, placitas insospechadas, todo rodeado de vegetación porque en el entramado urbano se alternan casas con zonas de huerta y de labor de cuyos muros sobresalen limoneros, caquis y jazmines. Y así llegamos a su lavadero público y fuente adosada, situados junto a su Iglesia de la Santa Cruz. Sobre la fuente decir que está construida en mampostería enfoscada y blanqueada. Presenta un pilar abrevadero, sobre el que descansa el frente donde se alojan sus cuatro caños. Este se encuentra rematado por pequeños frontones de forma semicircular, siendo el central el de mayor tamaño. Todo el conjunto está enmarcado por dos pilares, ubicándose en un segundo plano un nuevo muro enfoscado y blanqueado también de forma semicircular. Y sobre su iglesia parroquial del siglo XVI, que anexo a ella está el antiguo cementerio (hoy en día en desuso) y cómo no, destacando, su alta torre, símbolo de referencia del pueblo. También destacaremos la esquina del agua, con una casa tradicional con más de 300 años sobre sus vigas de castaño.
Saldremos de Ferreirola siguiendo nuevamente la ruta medieval hasta llegar al Río Bermejo, que evidentemente debe su nombre al color rojizo que le confieren sus aguas. Seguremos el serpenteante sendero que nos conducirá de nuevo hasta Fondales. Justo en la entrada encontramos Fuente Agrilla y después, ya en el pueblo la de Fondales. Unos metros más y llegaremos a l Ermita del Rosario; desde aquí desandaremos el camino de ida hasta el punto de inicio y final de esta muy recomendable ruta.
La Taha de Pítres es una división administrativa de herencia nazarí. En este caso se compone de 7 pueblos que comparten ayuntamiento y servicios públicos, y que, en total suman una población de 800 habitantes.Está formada por los municipios de: Pitres Mecina, Ferreirola, Fondales, Capilerilla, Atalbéitar y Mecinilla. El municipio de La Taha se ubica en la alta Alpujarra granadina, en la ladera Sur de Sierra Nevada entre los barrancos Bermejko y de la Sangre, su cota más alta se encuentra entorno a los 2400 m. y la más baja apenas a 500 m.
El grueso de la población se concentra en Pítres. La fisonomía de estos pequeños núcleos urbanos es la del típico pueblo alpujarreño, con preciosas calles tortuosas y empinadas adaptadas al terreno irregular y de bastante desnivel, y casas encaladas con terraos y tinaos, y rodeadas de tierras de labranza y montañas.
Hay multitud de senderos y caminos bien señalizados que comunican unas poblaciones con otras con lo cual es posible conocer a pie toda la zona disfrutando de la naturaleza, el ejercicio, el descubrimiento de lugares y rincones realmente pintorescos y, por supuesto, la sencillez y la cercanía de la gente.
Parece que está habitada desde la época de los romanos y siguió estándolo con los visigodos, las distintas invasiones islámicas y después por los cristianos, aunque tuvo que ser repoblada en buena medida tras la expulsión de los moriscos. En un principio fue La Taha de Ferreira, pero se desvirtuó su composición al ser entregada en Señorío a El Gran Capitán. El nacimiento de algunos de sus actuales núcleos se produce ya en pleno siglo XVI, y a lo largo de los siguientes siglos va alcanzando notable protagonismo Pitres, hasta el punto de que se cambia el nombre por el de La Taha de Pitres, aunque más modernamente se quedaría sólo en La Taha, sin apellidos, para evitar rivalidades.
Una de las peculiaridades de la Taha es su riqueza cultural debido a las diferentes procedencias (nacionales e internacionales) que posee su población: al ser lugar de asentamiento de numerosos artistas, músicos, escritores, y otras personas que buscan la tranquilidad y el sosiego, huyendo de las ciudades y del turismo bullicioso.
Todos los pueblos de La Taha conservan sus antiguos lavaderos públicos; y hoy se muestran celosos guardianes de los rumores que les dejaron nuestras antepasadas.
La ventaja que tiene La Taha, con respecto a sus monumentos, es que aquí no existen horarios de visita, ni guías de viaje; no habrá que esperar largas colas. Aquí los monumentos son de muchos tipos: castaños milenarios, veredas casi silvestres, fuentes encantadas, viejas leyendas, flores desconocidas, arroyos anaranjados.
Con esta ruta nosotros vamos a presentar dos de las cuatro rutas tradicionales de acceso a la Taha. Se entraba a través de las cuatro principales escarihuelas.
El interés de estas rutas reside en encontrarse en la Alpujarra, una zona cuya belleza e interés es universalmente conocida.
Escarihuela o carihuela son voces dialectales que se utilizan en al antiguo Reino de Granada y de la Región de Murcia, para designar caminos o veredas muy estrechos y pendientes, construidos en zigzag en laderas de montañas escarpadas, a veces tallando la piedra. En Jaén, hay un término parecido: Escaleruela.
DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO:
Comenzaremos nuestra andanza en Mecina, núcleo principal del antiguo municipio de Mecina-Fondales, que se componía de tres pequeños pueblos: Mecina Mecinilla y Fondales. Es el segundo pueblo en extensión y población del municipio de la Taha. Mecina está construida en torno a una era común, y sus calles se extienden desde aquí hacia abajo. Al igual que Mecinilla y Fondales, conservan un grado de autenticidad arquitectónica muy grande.
En Mecina podremos ver el lavadero, junto al aparcamiento, la Fuente del Barranquillo o del Trance, la iglesia de San Marcos y el centro de Estudios de Sierra Nevada y la Alpujarra. En la plaza vimos la llegada, en furgoneta, del panadero de Pórtugos, y la reunión diaria de vecin@s junto al panadero contando los últimos acontecimientos y chismes del día.
Casi al lado se encuentra Mecinilla, barrio colindante a Mecina, pero con carácter independiente. Aparece en la Edad Moderna como una agrupación de 15 o 20 casas. Muy cuidado, coqueto y totalmente respetuoso con la arquitectura tradicional. En la parada del bus charlamos con dos simpáticas vecinas que esperaban la llegada del panadero. En mecinilla podremos beber la fresca agua de la Fuente de Mecinilla.
Saldremos de Mecinilla por el empinado sendero local de Pitres a Ferreirola, que en descenso y entre almendros en flor, y tras pasar por un Taller de Arte y el Bancal de la Cuesta nos hará llegar a la carretera. La cruzaremos siguiendo con el intrincado sendero que en poco tiempo nos conducirá a Fondales. Es el pueblo que está más e lo “hodo” (de ahí su nombre), quizás el menos accesible. Su arquitectura apenas a sufrido cambios, en él hay infinidad de tinaos o porches tradicionales y una pureza de rasgos que lo hacenser uno de los más visitados.
Callejeando pasaremos por la Ermita del Rosario, patrona de la localidad, por la Plaza de Gerald Brenan, que fijó aquí su residencia de verano, por la pintoresca y artística entrada de la casa de Juana Osorio y Hugo Quirós y su graciosos cartel “no tengo timbre, Grite y de paso se desahoga”, y algo más abajo por el lavadero de Fondales donde encontraremos indicaciones del GR-142 en dirección Órgiva. Tambie´n se puede ver la Antigua prensa de aceite, fabricada en metal. Se encuentra flanqueada por dos piedras de moler. El conjunto forma en la actualidad un elemento ornamental y se ubica sobre un muro de mampostería cubierto por lajas con el fin de mantenerlo a resguardo y poder ser contemplado.
Abandonaremos Fondales por la descendiente vereda de la Peña del Ángel a la Loma del Secano y, no muy lejos y entre grandes castaños, llegaremos al magnífico Puente Medieval, conocido como Romano. También junto al Puente de Fondales aparece uno de los muchos molinos harineros que hay esparcidos por todo el municipio. La mayoría de los molinos están a la vera del río Bermejo, con nombres tan sonoros como el molino del Sol, el de los Berros, la Molineta, o el Molino del Puente, de la carretera, o del camino de Pórtugos, el Centrón, etc.
¿Por qué será que los puentes atraen la atención del visitante? Quizá su ojo sea la metáfora, no solo del paso de las aguas, sino del paso del tiempo bajo su piedra. El llamado Puente romano de Fondales, que cruza el río Trévelez, ha visto pasar la historia desde el siglo XII o XIII, cuando se cree que fue construido. En aquel momento eran los árabes quienes dominaban el terreno y hay aún numerosos vestigios de su presencia en la arquitectura local. Era un momento de pujanza en lo económico y aquel lugar de paso requirió la construcción de un molino de harina, cuyos restos todavía podemos admirar al lado de este monumento. Este puente formó parte de Camino Real que llevaba hasta Almería. Construido en mampostería a piedra vista de material metamórfico, con un solo arco de medio punto. Es conocido como Puente Romano, aunque puede que su construcción sea de época posterior porque solo se tiene constatación de su existencia desde la Edad Media.
Tras cruzar el puente continuaremos a media ladera por la otra vertiente del Valle de Río Trevélez con unas impresionantes panorámicas. Aproximadamente un kilómetro después y en el conocido paraje del Aguadero comienza una de las cuatro fantásticas; la ESCALERUHELA DE FONDALES. Las escarelueras son caminos reales a modo de caminos de herradura, que zigzaguean entre las montañas salvando grandes desniveles del terreno, donde a veces se tallaban incluso escalones. El precioso y espectacular ascenso hay que afrontarlo con calma, disfrutando de las panorámicas. Veredas excavadas y labradas en la roca de la vertiente septentrional de La Solana de Almegíjar. Presenta numerosas quebradas. Caminos reales de 1,5 a 3 m de anchura que van desde La Taha de Ferreirola hasta la Sierra Contraviesa.
En este duro ascenso veremos unas enormes y oxidadas poleas y una gran estructura de cemento que era el soporte de una torreta de hierro. Estos restos pertenecen al antiguo teleférico que se construyó para transportar el mineral de hierro que se extraía en las minas del Conjuro y que mediante este ingenioso método se transportaba hasta Rules; después en camiones se llevaba hasta Motril donde se embarcaban hacia América. El caso es que toda esta instalación solo se utilizó por 13 años y medio. Desde julio de 1955 que empezaron, hasta finales del 68 que ya paralizaron la extracción del mineral.
Tras el precioso ascenso llegaremos a una zona de pinar de reforestación con variados ejemplares de pinos y donde encontraremos un gran corral de ganado. Aquí termina la escaleruhela y comienza una amplia pista forestal. Algo después tomaremos un desvío a la izquierda señalizado con poste de GR-142 y que bajo el Pico del Cotillo y en ascenso mucho más suave nos hará llegar hasta la Pista del cerro Corona. A la derecha gusta ver los enebros con ese porte tan considerable, junto a la repoblación de pinos.
Posteriormente llegaremos a la cota máxima de la ruta con unas vistas majestuosas de todas las poblaciones de la Taha como un mosaico de pueblos adornando la ladera de la gran montaña., el profundo Valle del Río Trevélez y las blancas cumbres de Sierra Nevada. Aquí nos encontramos con una pareja de escoceses que realizaban la misma ruta que nosotros y que estaban sorprendidos por la belleza del lugar y la climatología. Tras un ratillo de charla comenzamos con el descenso por la Colada de la Corona hasta el Cortijo de Panjuila.
En el Cortijo o cortijada de Panjuila nos paramos a conversar con su dueño que nos explicó los pormenores de la vida en la zona; comentándonos la nueva introducción de cultivos de pistachos injertados sobre cornicabras y lentiscos y de su particular amor por la naturaleza que lo llevaba a reforestar zonas con robles melojos y que el mismo hacia germinar las bellotas en arena…
Algo más abajo, según los vecinos del lugar hay una fuente, que no vimos, que el agua nace allí mismo, no se seca nunca y siempre tiene un buen caudal. Esta agua alimentaba los Baños de Panjuila, de los cuales solo queda una casa en ruinas.
Existen unas instalaciones junto a la fuente para subir el agua a un depósito a cota más alta, usado por los cortijos cercanos para abastecerse y riego de los huertos. Se trata de una fuente de aguas medicinales que tal vez fueron utilizadas por los mozárabes entre los siglos VIII y X. Estos baños están reseñados en el Diccionario de Madoz del siglo XIX. Actualmente solo quedan restos de muros de mampostería a piedra vista.
Poco después comienza la ESCARIHUELA DE PANJUILA DE O DE FERREIROLA, un serpenteante y precioso sendero de piedras esculpido sobre la roca que nos hará realizar un vertiginoso descenso por la vertiente del valle del Río Trevélez hasta el puente. Estas impresionantes obras del "ingenio" rural que supusieron una increíble inversión de trabajo comunitario desde la Edad Media, al menos hasta mediar la centuria del XIX.
Junto al Puente de Ferreirola de origen natural, encontramos un ruinoso pero interesante molino de cereales y la antigua Fábrica de la luz.
Comenzaremos un suave ascenso que nos conducirá hasta el puente de Paula. Aquí el río Bermejo nos ofrece dos momentos especiales entre bosque de ribera, primero abandonaremos temporalmente el camino para subir por un escarpado sendero que nos conduce hasta el Salto o Cascada de Paula; una espectacular caída de agua con tonos ocres debido a las aguas ferruginosas que recomendamos no perderse. Después y de vuelta en la Ruta Medieval pasaremos por la cercana Fuente de Paula con un agua buenísima.
Seguidamente llegaremos a la antigua Era del Trance donde se encuentra un enorme castaño centenario. Generalmente, las ERAS son superficies circulares y empedradas que se sitúan en zonas expuestas al viento. En ellas los agricultores realizaban dos tareas fundamentales: la “trilla” y el “aventado” mediante las cuales, conseguían separar el grano de su envoltura para su posterior aprovechamiento. El declive de la agricultura en la Alpujarra, ha determinado que muchas de estas eras hayan quedado en desuso y presenten un mal estado de conservación. Esta era se ha recuperado como mirador para aquellos que quieran disfrutar de las maravillosas vistas de la Alpujarra y su paisaje que desde aquí se le brindan.
Esta bella y encajonada panorámica del valle del río Trevélez encierra gran cantidad de curiosidades que indudablemente le sorprenderán.
Si mira hacia el frente, seguro que podrá identificar la escarihuela de Panjuila. Las escarihuelas son caminos sinuosos y muy verticales que salvan en poco recorrido grandes desniveles con pendientes superiores al 20%. Por estos caminos se traían mercancías, como el pescado de la costa, transportado por burros en alforjas y que se distribuía por los pueblos de la comarca.
En este barranco tan abrupto, las “chorreras” o cauces intermitentes y verticales de agua son muy comunes, como puede observar. Únicamente aportan agua al río Trevélez después de producirse precipitaciones intensas.
La vida cotidiana de los habitantes de La Alpujarra estaba muy ligada a estos pequeños detalles. En la cima de “Los Picachos” existe una zona de color claro, llamado “la cabrilla”, que se puede divisar desde el pueblo de Ferreirola. Esta zona era el referente horario para la población, dado que cuando empezaba a dar el sol justo en ese punto, eran las trece horas del horario de verano.
La zona donde nos encontramos es un punto estratégico de cruce de caminos. Desde nuestra posición podemos observar la ruta de gran recorrido GR-142, que viene desde Lanjarón, la de pequeño recorrido PR-299 o Ruta Medieval que llega hasta Juviles, y la escarihuela que sube a los baños de Panjuila y que desde allí conecta con la sierra de la Contraviesa.
La ruta nos depara otra sorpresa La Fuente de la Gaseosa Esta fuente se caracteriza, entre otras cosas, porque posee mayor concentración en gas que otras fuentes de La Alpujarra. La Fuente de la Gaseosa se ha convertido en uno de los principales reclamos turísticos del municipio de La Taha.
La Fuente de la Gaseosa –según un vecino de Ferreirola, Ramón Jiménez Iglesias- «estuvo ubicada hace décadas en un terreno más apartado del pueblo propiedad de la familia Mendoza. Y como se encontraba algo alejada, las autoridades y los vecinos de Ferreirola decidieron ubicarla en un lugar más cómodo y más cercano al pueblo junto a un viejo camino de herradura. Algunos habitantes aconsejaron instalar la conducción del agua y la Fuente de la Gaseosa en el mismo casco urbano, en la zona de las Cuatro Esquinas, pero esa propuesta no prosperó por diversos motivos», manifestó este alpujarreño.
Las aguas carbogaseosas –según los expertos- contienen una concentración mayor de 250 mg/l. de carbónico libre. Los baños gaseosos tienen múltiples beneficios: producen estímulos respiratorios, dilatan los vasculares, aumentan la contracción fibra miocárdica y funcionan de sedantes del sistema nervioso vegetativo. Por vía oral son estimulantes de la secreción gástrica y del peristaltismo intestinal. Aplicadas en baños a temperatura 33-35º C mejoran las enfermedades cardiacas crónicas, las enfermedades vasculares y los reumatismos.
Pronto llegaremos a Ferreirola. . Semioculta entre barrancos, de lejos solo la torre de la iglesia nos da una pista de su presencia. Los orígenes de Ferreirola se remontan a la época romana y en él se encuentran numerosos restos arqueológicos que demuestran su importancia durante la ocupación árabe. Su nombre significa 'pequeña mina de hierro' y es un diminutivo de Ferreira. Históricamente Ferreirola era cabeza de municipio con el anejo de Atalbéitar.
Ferreirola es uno de los pueblecitos de La Alpujarra con más encanto, y tiene su trama urbana y entorno protegidos como Bien de Interés Cultural. Este pueblo ha sabido salvaguardar sus costumbres, cultura y arquitectura tradicional. Encontraremos muchos encantos que nos aparecerán a cada esquina: preciosos rincones con tinaos, placitas insospechadas, todo rodeado de vegetación porque en el entramado urbano se alternan casas con zonas de huerta y de labor de cuyos muros sobresalen limoneros, caquis y jazmines. Y así llegamos a su lavadero público y fuente adosada, situados junto a su Iglesia de la Santa Cruz. Sobre la fuente decir que está construida en mampostería enfoscada y blanqueada. Presenta un pilar abrevadero, sobre el que descansa el frente donde se alojan sus cuatro caños. Este se encuentra rematado por pequeños frontones de forma semicircular, siendo el central el de mayor tamaño. Todo el conjunto está enmarcado por dos pilares, ubicándose en un segundo plano un nuevo muro enfoscado y blanqueado también de forma semicircular. Y sobre su iglesia parroquial del siglo XVI, que anexo a ella está el antiguo cementerio (hoy en día en desuso) y cómo no, destacando, su alta torre, símbolo de referencia del pueblo. También destacaremos la esquina del agua, con una casa tradicional con más de 300 años sobre sus vigas de castaño.
Saldremos de Ferreirola siguiendo nuevamente la ruta medieval hasta llegar al Río Bermejo, que evidentemente debe su nombre al color rojizo que le confieren sus aguas. Seguremos el serpenteante sendero que nos conducirá de nuevo hasta Fondales. Justo en la entrada encontramos Fuente Agrilla y después, ya en el pueblo la de Fondales. Unos metros más y llegaremos a l Ermita del Rosario; desde aquí desandaremos el camino de ida hasta el punto de inicio y final de esta muy recomendable ruta.
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Comments (12)
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Gracias por recomendarme esta ruta, es una maravilla.
Gracias a ti Narcotic por tu valoración y comentario.
Un saludo.
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Gracias por toda la información que aquí detallas. Es muy valiosa. He realizado la ruta hoy y es una maravilla pero tiene su complicación debido a la subida. No la recomiendo para gente que no esté acostumbrada a caminar. Luego en Ferreirola terminamos la ruta por la carretera hasta Mecina, a comer en Mora Luna las mejores pizzas que hacía tiempo no probaba (de masa gruesa)... pensamos que nos habíamos desviado de tu track pero no fue así, y con mucha hambre y con miedo de que nos cerraran los bares (restricción COVID 20hs) es por eso que tomamos ese par de km por la carretera ferreirola-mecina. Me sigue sorprendiendo esta parte Del Valle de la Alpujarra. Aahhhh y recomiendo a todo el mundo terminar el track en este bar, ambiente y comida excelentes!
Gracias por el track!!
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Great track to follow. You gonna have a nice view on the white villages. There is one part which is on the road which is bit less interesting but the rest is great and the villages are stunning !
Laritu, gracias por tus comentarios y valoración. La próxima vez que vallamos tendremos que probar esas pizzas de la Mora Luna.
Un saludo
l0owl0ow, gracias por tus comentarios y valoración.
Un saludo
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Muchas gracias amigo por la ruta y perfectamente documentada. Salud y montaña.
Chaboli de la Sierra, gracias a ti por tu valoración y por tu alentadores comentarios.
Salu2
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La descripción de la ruta muy elaborada y demás estamos de acuerdo pero lo que es la etapa en si deja mucho que desear. Al 80 por ciento es un secarral sin absolutamente nada . Este track está creado o bien para atraer gente al pueblo o por la pizzería del final porque si no no se explica. Si venís a las alpujarras hacer otra ruta mejor, está no merece la pena.
Abraham Gómez, esta ruta, como la mayoría de las rutas, cambia radicalmente dependiendo de la estación elegida para realizarla. Evidentemente, si la realizas en agosto y con lo caluroso que está siendo este año, la mayor parte del recorrido te parecerá un secarral. Ni somos de ningún pueblo de la zona, ni llevamos comisión en ninguna pizzería por atraerle público. Discrepo radicalmente contigo en que no merece la pena realizar esta ruta, en otoño, invierno y sobre todo en primavera esta ruta resulta espectacular; y asi lo atestiguan los comentarios de otros compañer@s que la han realizado.
Salu2
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Espectacular, me ha gustado muchísimo, gracias por compartir.
Marian S&T, gracias por tus alentadores comentarios y valoración. Sobre todo después de los críticos comentarios de algún tiquismiquis :):):)
Salu2