Eskoriatza-Aitzorrotz-Cueva de Aitzorrotz-Cueva de Uxar-Santuario de Dorleta-Leintz Gatzaga/Salinas de Léniz
near Eskoriatza, País Vasco (España)
Viewed 969 times, downloaded 36 times
Trail photos
Itinerary description
Vuelta al País Vasco desde Ermua. Etapa 86:
Comenzamos en la parada de bus de la localidad guipuzcoana de Eskoriatza. Recorremos parcialmente el pueblo y luego, a la afueras, antes de entrar al barrio de Elorreta, giramos a la derecha para subir por un par de pistas asfaltadas y después por senda natural. Aquí iniciaremos oficialmente el ascenso hacia la única cumbre del recorrido, el Aitzorrotz y su ermita.
Todo el ascenso es muy cómodo y llevadero. Hay varias maneras de llegar arriba, unas más directas aunque empinadas, y otras más suaves y sencillas. Nosotros hemos optado por ir a lo fácil, por la vía mas larga. Total, la ruta en sí misma es muy corta, no había necesidad de acortar ni de ir deprisa.
A lo largo de la subida, disfrutamos de preciosas vistas como los montes de Anboto, Orixol, Udalatx, Murugain, Oiz y Kurutzeberri, entre otros. También hemos podido observar algun que otro pequeño carámbano entre los arbustos de los laterales del sendero, claro indicador de la intensa helada que ha habido por la noche.
Al final del ascenso, llegamos a una especie de collado o campa donde hay un merendero. La cima se encuentra en un peñasco rocoso por el lado derecho, teniendo que subir un pequeño y sencillo repecho entre las rocas.
Finalmente, alcanzamos la ermita y la cima del monte Aitzorrotz (736m).
Aqui se observan los restos de un antiguo castillo del siglo XII que perteneció al Reino de Navarra, aunque situado en el territorio histórico de Guipúzcoa. La primera referencia al castillo de Aitzorrotz es en 1181, cuando Sancho VI de Navarra establece la tenencia con nombre Alava-Guipúzcoa para dirigir el territorio guipuzcoano. Este esquema se mantiene hasta 1199, año en el que se crea la de San Sebastián, dividiendo Guipúzcoa en dos tenencias del Reino de Navarra.
En 1199, Alfonso VIII de Castilla ocupa el castillo dentro de la campaña que terminará con la anexión de Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado por parte de Castilla. Es entonces cuando la importancia del enclave va decreciendo hasta su abandono en el siglo XV.
La supresión de su carácter de tenencia y la consecuente ausencia de la autoridad real en el territorio fortalecieron el poder nobiliario de la zona, dando lugar a episodios cruentos entre oñacinos y gamboínos en el marco de las guerras de bandos.
Es más que probable que el lugar se volviese a utilizar en conflictos posteriores como la Primera Guerra Carlista.
En cuanto a la ermita, la referencia más antigua data de 1594. Es una edificación simple carente de cualquier tipo de adorno. Fue restaurada en 1952 por el deterioro sufrido por el impacto de las guerras carlistas y de la guerra civil. Más adelante fue seriamente dañada por una violenta tormenta en 1963. La ermita posee una auténtica reliquia de la santa cruz con la cual se bendice desde la cumbre todo el valle de Léniz.
Tremendas también las vistas cimeras, añadiendo a lo nombrado anteriormente, el Gorbea, Erlo, Elgea, el valle de Leniz, el embalse de Urkulu, y los pueblos de Eskoriatza, Aretxabaleta y parte de Arrasate.
Volvemos al merendero, y antes de dirigirnos hacia nuestro destino, la localidad de Leintz Gatzaga, decidimos visitar 2 lugares que tenemos al alcance de la mano: la cueva de Aitzorrotz y subir a lo alto de otro peñasco, donde se sitúa la propia cueva.
La cueva como tal no tiene nada, o al menos lo que yo podido explorar, ya que soy demasiado grande como para poder pasar unos metros más allá de la entrada, en cambio, los niños podrían hacer una buena investigación del lugar.
Y por otra parte, el peñasco. No tengo constancia de que esté identificado de ninguna manera, no es una cima oficial, aunque viendo que otros lugares con mucha menos prominencia que éste, están catalogados como cima, el peñasco también debería de serlo.
Decidimos encarar una breve pero exigente subida. Exigente en el aspecto técnico, ya que hay trepar en todo momento. Subir es fácil, bajar es algo más complejo, hay que ir más atento, aunque realmente es sencillo de realizar.
Llegamos a lo alto y nos llevamos una grata sorpresa, menuda panorámica, vaya pedazo de vistas, más bonitas que las del Aitzorrotz, a pesar de que realmente el alcance es menor.
Tras hacer las fotos de rigor, descendemos con cuidado, y ahora si, nos dirigimos a un sendero, rumbo a Leintz Gatzaga.
Por el camino pasamos por distintos cruces, aunque en la mayoría de ellos tenemos que seguir las marcas amarillas y blancas de un PR.
Más adelante, nos desviamos brevemente para visitar una segunda cueva, el de Uxar. Mismo problema, tiene una entrada tan pequeña y estrecha que apenas podemos avanzar unos metros, aunque aquí sí que se ve más claro que la abertura continúa.
Descendemos por un sendero situado en medio de un bosque, hasta llegar a una puerta metálica, y salimos a cielo abierto. Aquí hay un caserío custodiado por un mastín, aunque por fortuna estaba atado.
No obstante, más allá de ladrar y de acercarse un poco a nosotros, tampoco parecía que fuese a dar problemas en caso de estar suelto, no es muy agresivo.
Ahora, avanzamos por una pista asfaltada, hasta dar con una carretera. Caminamos en el unos 200m para luego desviarnos por la derecha.
Descendemos por un empinado sendero natural a través de una bonita arboleda, hasta llegar al Santuario de Dorleta, patrona universal de los ciclistas.
Seguimos cuesta abajo por otro estrecho sendero natural hasta llegar a la ermita de Santa Columba. Aquí cerca se encuentra también el museo de la sal.
Por último, ascendemos suavemente por una carretera hasta llegar a nuestro destino, el pequeño pero bonito pueblo de Leintz Gatzaga, o Salinas de Léniz, finalizando así esta corta pero preciosa ruta.
Comenzamos en la parada de bus de la localidad guipuzcoana de Eskoriatza. Recorremos parcialmente el pueblo y luego, a la afueras, antes de entrar al barrio de Elorreta, giramos a la derecha para subir por un par de pistas asfaltadas y después por senda natural. Aquí iniciaremos oficialmente el ascenso hacia la única cumbre del recorrido, el Aitzorrotz y su ermita.
Todo el ascenso es muy cómodo y llevadero. Hay varias maneras de llegar arriba, unas más directas aunque empinadas, y otras más suaves y sencillas. Nosotros hemos optado por ir a lo fácil, por la vía mas larga. Total, la ruta en sí misma es muy corta, no había necesidad de acortar ni de ir deprisa.
A lo largo de la subida, disfrutamos de preciosas vistas como los montes de Anboto, Orixol, Udalatx, Murugain, Oiz y Kurutzeberri, entre otros. También hemos podido observar algun que otro pequeño carámbano entre los arbustos de los laterales del sendero, claro indicador de la intensa helada que ha habido por la noche.
Al final del ascenso, llegamos a una especie de collado o campa donde hay un merendero. La cima se encuentra en un peñasco rocoso por el lado derecho, teniendo que subir un pequeño y sencillo repecho entre las rocas.
Finalmente, alcanzamos la ermita y la cima del monte Aitzorrotz (736m).
Aqui se observan los restos de un antiguo castillo del siglo XII que perteneció al Reino de Navarra, aunque situado en el territorio histórico de Guipúzcoa. La primera referencia al castillo de Aitzorrotz es en 1181, cuando Sancho VI de Navarra establece la tenencia con nombre Alava-Guipúzcoa para dirigir el territorio guipuzcoano. Este esquema se mantiene hasta 1199, año en el que se crea la de San Sebastián, dividiendo Guipúzcoa en dos tenencias del Reino de Navarra.
En 1199, Alfonso VIII de Castilla ocupa el castillo dentro de la campaña que terminará con la anexión de Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado por parte de Castilla. Es entonces cuando la importancia del enclave va decreciendo hasta su abandono en el siglo XV.
La supresión de su carácter de tenencia y la consecuente ausencia de la autoridad real en el territorio fortalecieron el poder nobiliario de la zona, dando lugar a episodios cruentos entre oñacinos y gamboínos en el marco de las guerras de bandos.
Es más que probable que el lugar se volviese a utilizar en conflictos posteriores como la Primera Guerra Carlista.
En cuanto a la ermita, la referencia más antigua data de 1594. Es una edificación simple carente de cualquier tipo de adorno. Fue restaurada en 1952 por el deterioro sufrido por el impacto de las guerras carlistas y de la guerra civil. Más adelante fue seriamente dañada por una violenta tormenta en 1963. La ermita posee una auténtica reliquia de la santa cruz con la cual se bendice desde la cumbre todo el valle de Léniz.
Tremendas también las vistas cimeras, añadiendo a lo nombrado anteriormente, el Gorbea, Erlo, Elgea, el valle de Leniz, el embalse de Urkulu, y los pueblos de Eskoriatza, Aretxabaleta y parte de Arrasate.
Volvemos al merendero, y antes de dirigirnos hacia nuestro destino, la localidad de Leintz Gatzaga, decidimos visitar 2 lugares que tenemos al alcance de la mano: la cueva de Aitzorrotz y subir a lo alto de otro peñasco, donde se sitúa la propia cueva.
La cueva como tal no tiene nada, o al menos lo que yo podido explorar, ya que soy demasiado grande como para poder pasar unos metros más allá de la entrada, en cambio, los niños podrían hacer una buena investigación del lugar.
Y por otra parte, el peñasco. No tengo constancia de que esté identificado de ninguna manera, no es una cima oficial, aunque viendo que otros lugares con mucha menos prominencia que éste, están catalogados como cima, el peñasco también debería de serlo.
Decidimos encarar una breve pero exigente subida. Exigente en el aspecto técnico, ya que hay trepar en todo momento. Subir es fácil, bajar es algo más complejo, hay que ir más atento, aunque realmente es sencillo de realizar.
Llegamos a lo alto y nos llevamos una grata sorpresa, menuda panorámica, vaya pedazo de vistas, más bonitas que las del Aitzorrotz, a pesar de que realmente el alcance es menor.
Tras hacer las fotos de rigor, descendemos con cuidado, y ahora si, nos dirigimos a un sendero, rumbo a Leintz Gatzaga.
Por el camino pasamos por distintos cruces, aunque en la mayoría de ellos tenemos que seguir las marcas amarillas y blancas de un PR.
Más adelante, nos desviamos brevemente para visitar una segunda cueva, el de Uxar. Mismo problema, tiene una entrada tan pequeña y estrecha que apenas podemos avanzar unos metros, aunque aquí sí que se ve más claro que la abertura continúa.
Descendemos por un sendero situado en medio de un bosque, hasta llegar a una puerta metálica, y salimos a cielo abierto. Aquí hay un caserío custodiado por un mastín, aunque por fortuna estaba atado.
No obstante, más allá de ladrar y de acercarse un poco a nosotros, tampoco parecía que fuese a dar problemas en caso de estar suelto, no es muy agresivo.
Ahora, avanzamos por una pista asfaltada, hasta dar con una carretera. Caminamos en el unos 200m para luego desviarnos por la derecha.
Descendemos por un empinado sendero natural a través de una bonita arboleda, hasta llegar al Santuario de Dorleta, patrona universal de los ciclistas.
Seguimos cuesta abajo por otro estrecho sendero natural hasta llegar a la ermita de Santa Columba. Aquí cerca se encuentra también el museo de la sal.
Por último, ascendemos suavemente por una carretera hasta llegar a nuestro destino, el pequeño pero bonito pueblo de Leintz Gatzaga, o Salinas de Léniz, finalizando así esta corta pero preciosa ruta.
Waypoints
You can add a comment or review this trail
Comments