Costa Cantábrica de Galicia. Etapa 3: Espasante ~ Loiba.

La belleza que encierran estos pocos kilómetros, con sus playas, sus impresionantes acantilados, su verdor y su azul de mar, hacen de esta tercera etapa por la costa Cantábrica una ruta espectacular que merece la pena realizar.
Una vez más intentamos ceñirnos lo máximo posible a la costa. En este trayecto como también en los próximos, lo haremos siguiendo algunos tramos del "Camino Natural de la Ruta del Cantábrico", un recorrido que discurre por la franja costera de las provincias de A Coruña y Lugo a lo largo de 150 Kms, desde Ortigueira a Ribadeo.

Luego de acercarnos a la plaza de Espasante para ir a conocer a Antón, que como nos dijo un vecino "é o porco con máis sona do municipio", comenzamos esta andaina en la praia da Concha, uno de los arenales más frecuentados de la zona en el que se puede observar un tenue cordón dunar y restos de antiguas fábricas de salazón. Luego cruzamos el pequeño puerto de Espasante, centro neurálgico de la actividad pesquera y finalmente la pequeña praia de Orbeiro.
Desde aquí subimos unas escaleras de madera que nos acercaran a un par de lugares de interés histórico ubicados entre la Ensenada de Espasante y la San Antón, hablamos del Castro marítimo de Punta dos Prados y de la Garita da Vela, construcción de vigilancia del siglo XVIII.
Disfrutando la hermosa panorámica y siguiendo la carretera nos acercamos a San Antón, otra frecuentada praia de Espasante que consta de dos arenales separados por un saliente. Al otro lado de dicho saliente se encuentra la Praia de Eirón, hay un camino en fuerte descenso que cuenta con cuerdas para poder bajar. No es difícil, con mucho cuidado y algo de técnica se baja perfectamente. Con marea baja se podría rodear este saliente y evitar la bajada.
En la siguiente Praia, la de Mazorgan tomamos un camino que va hasta la Punta Bandexa, desvío que no hicimos ya que se encontraba bastante cerrado. Continuamos camino, acompañados de un frondoso piñeiral, pronto alcanzamos una altura desde la que podemos disfrutar la panorámica de los maravillosos acantilados que tenemos por delante.
Llegamos al inicio del gran arenal del Sarridal. Según nos comentó una pareja veraneante del lugar, existía una bajada bastante empinada por la cual se llegaba a la playa y con la marea muy baja se podía avanzar desde aquí hasta O Coitelo, pasando de una playa a otra cruzando, con el peligro que eso conlleva, las rocas de los alcantilados.
La marea estaba algo baja, pero la altura y la fuerza del mar sumadas a que no encontramos dicha bajada, nos hizo desistir y seguir el camino más sensato y sin riesgos. Nos desviamos y continuamos nuestra ruta por los lugares de Mazorgán y Casanova hasta alcanzar el mirador de Pena Furada.
Desde aquí se puede ver la enorme roca erosionada por el mar y cuyo nombre se debe a los dos arcos visibles que hay en su base. El día está bastante despejado y las vistas son impresionantes, a un lado la Praia do Sarridal y al otro lado las calas y acantilados de la Ribeira do Carro, todo un espectáculo de la naturaleza.
Continuamos hacia el lugar de Ladeiro y nos acercamos al Mirador do Cadaval, que cuenta con un pequeño espacio con mesas y bancos, donde también se han colocado paneles que explican las características de estos extraordinarios acantilados. Según leí, Loiba tiene once playas y solo a dos, Picón y Ribeira do Carro, se puede bajar sin cuerdas; un inconveniente que permite que se sigan conservando en estado natural y salvaje.
Todo este enclave fue declarado Zona de Especial Protección de los Valores Naturales y Lugar de Importancia Comunitaria. Desde hace unos años tiene su fama ganada gracias al espacio más emblemático de Loiba, el que ocupa su sencillo banco de madera ubicado en el Miradoiro do Coitelo y que es conocido como "el mejor o más bonito banco del mundo". No sabemos si es el "más", pero aseguramos que las vistas que atesora son un regalo para los sentidos.
Poco más adelante, un segundo banco mira hacia otro acantilado en cuya base se encuentra un embarcadero rehabilitado. Este pequeño puerto de la Costa de Xuncos es un lugar muy curioso y nos permite intuir lo que pudo ser antaño el duro trabajo de la gente marinera de esta costa. Pero los tiempos cambiaron, ahora lo que predomina por aquí es la infinidad de turistas que, atraídos por las vistas desde el famoso banco, vienen a conocer el lugar.
Es diciembre y tuvimos la suerte de que el día fuera inesperadamente cálido, ello nos permitió despedirnos de esta hermosa etapa con tranquilidad, sentándonos a intuir, imaginar y disfrutar del camino recorrido y de la hermosa panorámica que nos rodea.
Continuará...

La calificamos como fácil por los pocos kilómetros y porque la única dificultad sería la bajada algo técnica hacia la praia de Eirón, que como aclaré anteriormente se podría evitar si la marea estuviera baja de todo. Este sería el único punto para el que habría que tener en cuenta el estado de las mareas.
Por lo demás, es una ruta muy recomendable y que estamos seguros nadie se arrepentirá de realizar, si es posible en un día despejado :)