Espectaculares cuevas de Moratalla: Zaén, Esquilo, Murciguillos, lglesia y Bajil. Petroglifos/Dolmen de Bajil y bosque encantado

Ruta circular desde Caserío de Bajil pasando por:
- Cuevas de Zaen
- Petroglifos y Dolmen de Bajil
- Cerro de las Víboras y su yacimiento
- Cueva del Esquilo y su pintura de la Nao
- Lavadero de Bajil
- Encina Centenaria
- Antiguas Destilerías Espigo de La
Kuadra
- Casa de los Picapiedras
- Bosque Encantado
- Espectacular Cueva Murciguillos
- Espectacular Cueva de la Iglesia
- Cuevas de Bajil.

La visita a las cuevas de Zaén, habitadas desde épocas prehistóricas y que hoy día todavía se utilizan para resguardar ganado, es un espectáculo único. Desde ellas se observa el fabuloso paisaje de todo el Campo de San Juan, un ejemplo magnífico para ver la simbiosis entre la evolución geológica y la propia historia del ser humano.
Las rocas que forman el abanico deltaico de las Cuevas de Zaén se formaron hace unos 11 millones de años. Es un lugar de gran interés geológico.
Los depósitos marinos y de transición, deltas y playas, de las cuencas sedimentarias del Mioceno medio afloran con unas sucesiones estratigráficas extraordinarias en el norte de Moratalla. Esta zona forma parte de la antigua conexión entre el Atlántico y el Mediterráneo, el denominado Estrecho Norbético.
Los petroglifos son registros de actividad humana, diseños simbólicos, en forma de grabados esculpidos en roca realizados desgastando su capa superficial. La mayoría de los petroglifos encontrados datan del período Neolítico (10.000 - 3000 a. C.)
La cueva del Esquilo tiene un gran número de representaciones rupestres; pero al contrario de la mayoría de las documentadas en la Región, no son de época prehistórica, sino del siglo XVI. Hay dibujos de la cruz de Caravaca, de un escudo heráldico, de una nao, etc. Fueron descubiertas por D. Marcial García
La magia en el Dolmen de Bajil, está en una piedra. En una piedra tan antigua como el hombre que ha visto pasar sobre ella todos los cielos de la Historia. Se trata de un enterramiento megalítico que desafía el paso del tiempo.
Pasaremos por las curiosas formas rocosas del Chaparral de Bajil, para ir hacia una casa peculiar, la de los Picapiedras.
Pocos kilómetros después llegaremos hasta las cuevas de los Morciguillos y de la Iglesia, empleadas hasta hace unas décadas como abrigos para el ganado. En ellas, observaremos los fenómenos típicos de formación de estalactitas y estalagmitas. Tras este descubrimiento, nos adentraremos en la densidad del encinar de Toril, un bosque casi mágico, lleno de seres maravillosos. Al finalizar el paseo por el bosque, llegaremos nuevamente a una zona donde el hombre ha dejado huella, campos de cultivo, algunos abandonados, donde tendremos la ocasión de ver nuevos abrigos empleados aprovechando las repisas que la roca en la montaña