CAMINO MOZÁRABE ALMERÍA-CÓRDOBA ETAPA 15: Espejo-Córdoba

Larga etapa la de hoy para llegar a Córdoba, en un recorrido que en condiciones normales, más allá de la distancia, no presentaría dificultades, pero que sin embargo, se complica algo si como fue el caso, la noche anterior había estado lloviendo, encontrando largos tramos de caminos embarrados con más de una bajada donde llevar los palos evitó que acabásemos en el suelo. Por suerte, acabado el primer tercio de la etapa nos encontramos con la población de Santa Cruz, lugar ideal para hacer la pausa larga del día.
Comenzamos el recorrido dejando atrás el bonito albergue de Espejo, y desde allí, por terreno ya conocido, nos dirigimos a la plaza de la Constitución, concretamente a la comisaría e la policía local, que ya nos habían comentado que abría a las 7:30 h y donde nos pusieron un bonito sello de color rojo en la credencial. Mientras dejando a la derecha el edificio del ayuntamiento por la calle Ramón y Cajal, fotografiábamos la Casa de la Cadena, edificio barroco del s.XVIII, un vecino se nos acercó a explicarnos como muchos paisanos desconocían la historia y la importancia de Espejo, antigua Ucubi romana y en la que tuvo su origen familiar ni más ni menos que el emperador Marco Aurelio. Por la Calle Amaro y luego por la Calle de la Cuesta de la Harina, salimos de la población para tomar a la izquierda la pista asfaltada donde confluimos con el recorrido en el caso de no haber entrado a la población de Espejo. La pista desciende y si echamos la vista atrás, tendremos bonitas vistas de la población. Pasamos por el Puente de la Pontanilla de origen romano y poco más adelante comenzamos a subir hasta un punto donde en la lejanía ya podemos distinguir la población de Santa Cruz hacia la que nos dirigimos, donde destaca un gran silo blanco. Estamos en el camino conocido como la Vereda de Espejo, que desciende hasta llegar a un señalizado cruce donde cambiamos de dirección yendo hacia la izquierda por otra pista. Un kilómetro más adelante, volvemos a girar, esta vez a la derecha, llaneando para acercarnos una vez más al Río Guadajoz. Ahora vamos a la izquierda pasando unos metros más adelante por lo que parece un pequeño acueducto que dejamos a la derecha. Pasado el Cortijo del Alcaparro, salimos a la carretera N-432 otro día más, siguiendo hacia la derecha y pasando por el puente sobre el Río Guadajoz. Si seguimos por el arcén de la nacional, llegaríamos igual a SANTA CRUZ, sin embargo, la señalización, pasado el puente, nos saca por un sendero a la derecho para entre olivares, salir a una pista que nos deja después de una corta subida en la población y delante nuestro, justo uno de los habituales alojamientos peregrinos utilizados por los que deciden alojarse en Santa Cruz para el día siguiente llegar a Córdoba, el Hostal Casa Jose, donde en nuestro caso, hacemos la pausa larga del día para almorzar, y donde nos vamos con un nuevo sello en la credencial. Veremos que tanto en este hostal como en el que hay al otro lado de la nacional, el Hostal la Bartola, aparecen unos galgos. Y es que esta población ha destacado siempre por la cría y adiestramiento de galgos, afición que se hace patente en los nombres y la decoración de varios establecimientos; varios lebreles santacruceños han sido campeones de España, tanto en pista como en campo. Otra singularidad de la población, que pertenece al término municipal de Córdoba a pesar de distar algo más de 25 kilómetros de la misma, es que en vez de naranjos amargos en sus calles, tienen limoneros cuyos limones son aptos para el consumo. Nos esperan ahora algo más de 26 kilómetros sin poblaciones ni servicios en el horizonte hasta llegar a Córdoba. Salimos de Santa Cruz por el Camino del Jaco, pasando ante otro de los hitos metálicos del Camino Mozárabe, donde esta vez nos indica que estamos a 1024 km de Santiago de Compostela. Unos metros más adelante dejamos a la izquierda un curioso ancla en un parterre. Este solitario tramo asfaltado, que coincide con la carretera CO-3109 también es conocido como la Carretera de los Cansinos, y discurre entre olivos y campos de cereal. Llegamos a un cruce donde hacemos un cambio de dirección brusco a la izquierda dejando el asfalto. En este punto, entramos en la Vereda de Granada o Cordel de la Campiña, también marcado como GR-43 y también en este punto confluye la variante directa que viene desde Castro del Río. Y es que, desde Castro del Río, existe una variante no oficial del Camino Mozárabe, solitaria y sin servicios, que pasando por el yacimiento de Ategua, en unos 40 kilómetros nos lleva también a Córdoba. De hecho, a unos 5 kilómetros de donde estamos, si fuésemos a la derecha, llegaríamos al yacimiento arqueológico de Ategua, oppidum fundado en la Edad del Bronce que albergó una ciudad íbera y romana, y que estuvo habitado hasta el siglo XIV, cuando fue abandonado tras una epidemia de peste. Por aquí pasaba la calzada que unía Corduba e Iliberris (Granada), y ante sus murallas tuvo lugar en el año 45 a.C. una batalla decisiva entre las tropas de Pompeyo el Joven y las legiones comandadas por Julio César, pocos meses antes de morir asesinado en el senado de Roma. Nosotros seguimos la pista a la izquierda y como comentábamos al principio, será en todo el tramo sucesivo hasta llegar a Córdoba, donde el recorrido se hará más complicado de lo habitual, donde si le sumamos la lluvia de la noche interior, comenzó a llover haciendo el avanzar más lento de lo habitual debido al barro del suelo que se acumulaba en nuestras bambas y que resultaba bastante incómodo. Superados un par de repechos con las subsiguientes bajadas donde hay que prestar atención y donde los palos nos sirvieron de gran ayuda para no acabar en el suelo embarrado, se nos presenta el Cortijo de Torre Juan Gil Alto. Un cartel indicador un poco antes de pasar delante de él, nos indica que nos quedan 13,2 km para llegar a Córdoba. Cruzamos el Arroyo del Cañetejo de Torres de Juan Gil y aproximadamente un kilómetro más adelante, encontramos un socorrido techado con mesa, que cuando aprieta el sol debe ser ideal para tener un rato de sombra, pero que a nosotros nos vino genial para volver a ponernos la capa impermeable una vez más, ya que en ese punto empezaba a llover con más intensidad. Parece que desde el alto de algo más adelante, en condiciones de buena visibilidad, ya sería posible atisbar la ciudad de Córdoba. En nuestro caso, no pudimos ver más allá de la neblina que cubría la zona y la lluvia, que aunque fina, fue persistente. Desde las inmediaciones del cortijo, nos fijaremos que a la izquierda vamos encontrando unos hitos kilométricos, que comenzando desde el 10 van descendiendo paulatinamente hasta acabar en la carretera CO-3204 ya en las afueras de Córdoba. Durante estos diez kilómetros, vamos llaneando dejando algún cortijo a nuestra derecha, y en el tramo final, haciendo un descenso y una posterior subida en un punto donde parece que nos alejamos del objetivo de llegar a Córdoba, pero que tras una curva nos acaba dejando en la citada carretera. Por fin, en un día como hoy deseado más que nunca, volvemos al cómodo y agradable asfalto de la carretera que tomamos a la izquierda para acabar entrando al núcleo de Córdoba y pasar por un puente la autopista A-4. Entramos en la ciudad por el barrio de Fray Albino, recorriendo toda la Calle Acera del Río. La calle se convierte en Calle Diputación y salimos a una rotonda donde a la izquierda nos queda la Parroquia de San José Espíritu Santo. Otro hito metálico del Camino Mozárabe nos indica que ya estamos por debajo de los 1000 km a Santiago de Compostela, concretamente 998 km. Llegamos a la emblemática Torre de la Calahorra junto al Guadalquivir, y cruzamos el magnífico puente romano de la ciudad, pasando bajo la Puerta del Puente al otro lado, con el conjunto escultórico del Triunfo de San Rafael a la izquierda y la universalmente famosa Mezquita-Catedral delante nuestro. Por la Calle del Corregidor Luis de la Cerda seguimos a la derecha para adentrarnos a continuación en la Judería, donde en la Calle Osío, tenemos nuestro alojamiento, el Hostel Al-Katre, típico hostel de ambiente internacional ideal para una cómoda estancia en Córdoba, ciudad que huelga decir, merece mínimo un día entero para conocer sólo alguna de sus muchas atracciones. No podemos dejar de visitar la Mezquita, gran monumento de época califal levantada sobre un antiguo templo tardo-romano; el precioso bosque de columnas y arcos de herradura fue alterado en el siglo XVI, cuando en su interior se construyó una catedral en estilo renacentista y plateresco. Se puede visitar gratuitamente de 8:30 a 9:30, y pagando durante el resto del día (taquillas de entrada en el patio de los Naranjos) y si lleváis la credencial, como fue el caso, os ponen un bonito sello en la credencial. Otra de las atracciones obligatorias es callejear por la judería donde podremos visitar gratuitamente la sinagoga o el Museo Arqueológico y Etnológico de la ciudad, al que se accede simplemente presentando el DNI. También vale la pena visitar el Alcázar de los Reyes Cristianos, que al igual que otros lugares turísticos de la población, en horario de invierno, los jueves, a partir de las 18:00 h es de entrada gratuito. Conviene también, si se está más de un día en la ciudad, como hicimos nosotros, visitar la impresionante ciudad califal de Medina Azahara. Esta lujosa ciudad palatina, Madinat al-Zahrá, fue construida durante el siglo X por Abderramán III, primer califa de al-Ándalus; su existencia fue efímera, dado que albergó la corte califal durante apenas unas décadas, siendo destruida hacia el año 1010. Se halla a 8 km de Córdoba, pero hay autobuses específicos de ida y vuelta, todos ellos por la mañana. Las entradas se compran en el Centro de Recepción de visitantes, en la Plaza Canónigo Torres Mejía, que está entre la mezquita y el Guadalquivir justo pasado el puente a la derecha. Otras de las atracciones que visitamos durante nuestro paso por Córdoba fueron el Palacio Marqués de Viana, el famoso Cristo de los Faroles, el Monumento a Manolete, además de ir en búsqueda de la Estrella de los Deseos.