Esperua - Fuente Uloba - Alto de Cabezas

La Red Secundaria de Senderos del Parque Natural es una serie de sendas y caminos de menor entidad pero de marcado interés natural y paisajístico. No serán, en principio, sujeto de apertura, marcaje o mantenimiento. Caso de recibir alguna señalización, las sendas secundarias se identificarán con dos bandas moradas paralelas, o cruzadas en caso de dirección equivocada.

Esta es una senda cortita pero llena de contrastes y de pequeños objetivos que ir cumpliendo a medida que la atravesamos. Ideal para una excursión un día en que no dispongamos de tanto tiempo.

Para llegar al punto de comienzo de la senda, debamos acercarnos al antiguo caserío de Esperua (Espérgua, Espéruga, y habrá aún más modos de llamarlo) por la calzada (hoy asfaltada) que une los pueblos de Encío y Cubilla. Podemos dejar los vehículos en algún apartadero cercano de dicha calzada y bajar hasta el inicio de la senda a pie.

Pasamos las ruinas de lo que fue un asentamiento fundamentalmente ganadero para llegar a un cruce. A la izquierda sale una pista que nos conduciría a lo que fue el pueblo de Obarenes, también abandonado, aunque la visita a las ruinas del Monasterio de Santa María la Imperial, es obligada después de la ruta.

Nosotros vamos, por lo tanto, hacia la derecha, aunque para girar enseguida a la izquierda. El camino que dejamos será el de regreso.

Nos encontramos en el municipio de Encío, y por él va a transcurrir la mayor parte del recorrido. Enseguida nos internamos en el conocido como Hayal del Fraile, nombre que evoca un pasado en el que el monte del término de Obarenes pertenecía al Monasterio antes citado. Es este un hayedo en muy buen estado de conservación, y como siempre en este tipo de bosque, agradeceremos los contrastes de luz y el frescor, sobre todo en verano.

Caminaremos por el hayal alrededor de un kilómetro de ascensión tendida. Dejaremos para otro día de exploración algún cruce a la derecha que se atraviesa el bosque de un lado a otro, y continuamos subiendo. Al acabar las hayas hay que tener un poco de cuidado y tomar una pista que sigue ascendiendo pero que, al haber sufrido bastante la erosión no parecería un buena opción en principio. Sin embargo, enseguida llegamos a una zona más llana donde mejora el camino.

Aunque el piso va a estar en mejores condiciones, se trata de una pista utilizada en su día para las plantaciones de pino silvestre que encontraremos más arriba, y que no ha sido apenas vuelta a utilizar desde entonces, por lo que está muy vegetada, aunque se avanza sin problemas.

Pasaremos por el resto de un antiguo cierre ganadero y, unos 500 metros más adelante, entraremos en la zona de pinar en el término conocido como Uloba. Seguiremos otros 300 m por la pista, encontrando algún pino caído sobre ella, pero en el que hemos procurado que se pase sin dificultad, hasta llegar a una charca excavada al margen del camino para que el ganado pudiera beber.

Veremos que la charca se llena con el agua proveniente de un arroyo que baja del monte entre los pinos. Tenemos que seguir el curso del arroyo aguas arriba, hasta llegar a su nacimiento: la Fuente Uloba.

Esta fuente destaca por sus dimensiones y su situación en pleno monte. Consiste en una amplia lámina de agua embalsada que, hoy en día, sirve de refresco y refugio para una gran variedad de fauna silvestre. Debido a la ausencia de ganado en este término durante años, la fuente estaba totalmente cubierta por la vegetación, pero le hemos dado un buen meneo y merece la pena pasarse por allí.

Tras deleitarnos de la placidez del lugar, toca seguir camino. Para ello subimos por encima de la fuente hacia el Alto de Cabezas. Conviene ir tendiendo hacia izquierda (oeste), ya que encontraremos a esa altura el mejor paso.

Para coronar el Alto de Cabezas tendremos que pasar a Pancorbo, cuyo término delimita una alambrada. Para cruzar esta, el mejor paso está al comienzo de las peñas, ya que la distancia entre alambres se ensancha, dejándonos pasar cómodamente.

Prácticamente estamos ya en la cumbre, que es bastante llana. No debemos dejarnos confundir por el buzón montañero, que está más al Este en una segunda prominencia caliza menos elevada de este monte. Haremos lo posible para que el buzón sea trasladado a donde corresponde. Desde aquí podemos contemplar casi todas las cumbres de la zona Este del Parque Natural, y más aún…

Nos acercamos al buzón actual, pegado a la alambrada, y, sin cruzar esta, comenzamos el descenso sin perder de vista el vallado. Iremos bajando pegados en lo posible a este unos 550 metros, hasta una zona más llana donde al otro lado del alambre vemos con claridad que el hayal forma un hoyo.

Volvemos a cruzar la alambrada (el hilo de abajo está muy suelto y no hay dificultad) y nos dejamos caer entre las hayas por el mencionado hoyo en busca de una pista para descender hacia Esperua.

De nuevo el frescor del hayedo nos acoge y bajamos disfrutando de su sombra y su característico paisaje. De camino, desviándonos muy poco, podemos encontrar otra fuente, cuyo nombre se perdió con el tiempo y la falta de uso del monte, y los restos de una antigua tejera o calera, que esperamos poder poner en valor próximamente.

Finalmente regresamos a nuestro punto de partida. Hemos visto diferentes bosques, buenos paisajes desde la cumbre, y alguna que otra curiosidad. Sin olvidar que ahora toca acercarse a Obarenes a ver lo que queda del Monasterio, que, lamentablemente, no es demasiado.