Estación del tren de Los Corrales de Buelna - Apeadero de Viérnoles

La sierra del Dobra, como la subsiguiente a este río, la sierra del Ibio, pueden considerarse como subsistemas de la Sierra del Escudo de Cabuérniga. Esta área montañosa también es conocida como Sierra de los hombres y constituye un macizo kárstico extendido en dirección E-O, desde Puente Viesgo y el río Pisueña por el oriente hasta la finalización por el lado occidental en el corte que le produce por ese lado el río Besaya. Cruzarlo de Sur a Norte es una experiencia bonita y nos ofrece el encanto de pasar de la zona sur, seca, descarnada y calcárea; a la zona norte, verde y húmeda. Dos núcleos, antaño más industriales que hogaño, también quedan separados por esta sierra. Por el sur, en la Comarca de Buelna, tenemos la ciudad de Los Corrales y por el norte, la ciudad de Torrelavega, por cuyo lado observamos el horizonte hasta el próximo mar Cantábrico.

El recorrido se hace primero por carretera CA-170a desde la Estación. Tras el paso por el puente sobre el Besaya seguimos una recta llana de un kilómetro y medio. Luego se inicia una pequeña subida de unos 130 metros con leve desvío a la izquierda. Precisamente allí, tomamos una vía local que se aparta de la carretera por la izquierda. Llegamos a Llano y pasando por delante de su Iglesia seguimos hasta Sovilla y dentro de este pueblo alcanzamos un lugar desde donde se inicia la ruta de los Castros, que es el que tomaremos. Llegamos al Castro de Pico de Toro, pasamos por la fuente de Tul, donde refrescamos con su pura agua. Fotografiamos el paisaje, y luego intentamos alcanzar el Castro de Peña Mantilla. No la identificamos, a pesar de seguir un mapa de wikiloc, (quizá lo fuera un amontonamiento de piedras sueltas que no damos importancia) y acabamos en la cima de la Peña Mantilla (531 m.a.) Bajar y coger otra vez el camino nos cuesta por la conjunción de piedra y lapiaz, con tojo y zarzas. Reintegrados en la ruta nos despistamos varias veces viéndonos parados por argoma cerrada que nos obligaba a cambiar nuestra ruta. Lo peor del camino fue en el entorno de la mina o cantera, que tras mucho esfuerzo pudimos resolver. A partir de llegar a una fuente que reparte su agua en tres cilindros unidos, la marcha ya es por amplios caminos que nos permiten llegar sin esfuerzo, llegando a una zona de simulación de poblado cántabro. Llegamos a él una señal nos señala una cuesta para acceder al cerro de Jarramaya. Subimos por tener idea de posible castro en él pero no vemos mas que un cerro de verde cesped y volvemos a bajar. Conozco como salir de la zona de la recreación del poblado cántabro. Subimos hasta ver la pista de descenso a Viernoles. Bajamos cómodamente y ya por las calles del pueblo llegamos al apeadero del tren. Una ruta difícil por el terreno, vegetación y lapiaz. Las vistas de altura muy bonitas.