Estany de Juclà (Canillo - Andorra)

Ruta maravillosa y muy recomendable que parte del final del valle de Inclés y finaliza con la llegada al precioso lago de origen glaciar de Juclà, el mayor de Andorra.
Se llega en coche por una pequeña carretera que discurre por el valle de Inclès. Ya sólo transitar por esta carretera merece la pena. El valle es una maravilla y la carretera invita a circular muy poco a poco para poder disfrutar de ella.
Al final de esta carretera está el aparcamiento que marca el inicio de la ruta. Está toda ella perfectamente señalizada, por lo que no hay ningún problema en este sentido.
Desde el inicio, la subida es casi constante hasta llegar a los lagos. Hay algún momento en el que hay algo más de pendiente, pero en general no hay subidas fuertes de longitud mencionable. Al contrario, en la zona de la pleta se aplana un poco, Es decir, la subida es relativamente fácil.

Al salir del aparcamiento, nada más cruzar el pequeño puente, hay que tirar hacia la izquierda y nos adentraremos por el camino. A partir de ahí, sólo hay que seguir los letreros y las marcas amarillas. Al principio, el paisaje es suave y va discurriendo entre árboles de montaña (pino negro,...) y bordeando el río. A medida que vemos subiendo, como es lógico, va aminorando la presencia de árboles y aumentando la vegetación baja habitual en la alta montaña. También va apareciendo alguna bella cascada junto al sendero.

A la hora y cuarto de camino (a paso tranquilo), llegamos a una pleta desde donde las vistas al valle son espectaculares. Luego se sigue subiendo un poco y por fin se llega al lago. Es precioso!! Respira su origen glaciárico por todos los poros… El sentarse a comer el bocata de rigor a orillas del lago contagia paz y total sosiego. No te dan ni ganas de hablar para disfrutar del silencio… Ah! Vimos a gente se quedaba en el refugio y luego regresaba. Hay que seguir un poco más para ver el segundo lago y la isla que hay al final del primero… Está al lado y merece la pena!

Un detalle IMPORTANTE a tener en cuenta: en esta ruta hay abundancia de rocas en el camino. En numerosas ocasiones hay que ir caminando sobre ellas. Y si a las rocas le unimos la presencia constante de agua (el camino va siguiendo el curso de un riachuelo), hace muy recomendable un buen calzado con suela que agarre bien en superficies deslizantes. Por este detalle la pongo como "moderada".

Pero, de verdad, merece la pena…