Estribaciones del Parque Natural de Saja-Besaya: Obios y Navajos desde Pujayo por el barranco de Vaocerezo
near Pujayo, Cantabria (España)
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Itinerary description
Descripción
Situado en la zona centro-occidental de Cantabria, es el parque de mayor extensión de dicha Comunidad Autónoma, ocupando una superficie de 24.500ha abarca territorios de seis municipios: Ruente, Cieza, Arenas de Iguña, Cabuérniga, Los Tojos y Campoo de Suso. En lo que a la climatología respecta, tiene un régimen regular de lluvias durante todo el año, con una precipitación media de 1.500 mm y una temperatura fresca sin cambios bruscos, siendo la diferencia entre el invierno y el verano de unos 10 grados. La mayor fuente de atracción de Saja-Besaya viene dada por ser una de las mayores conjunciones de masas boscosas continuas de toda la cordillera cantábrica.
Una cuarta parte del parque está cubierta por especies como el haya y el roble. Cuenta con una superficie de robledal de más de 6.000 ha. de tres tipos: el roble común, el más abundante, pero también encontramos rebollo y albar. A medida que aumenta la altitud aparece en escena el haya. A partir de los 1.300 m. de altitud el haya experimenta su declive, y los acebos y abedules toman el relevo. Llega un momento que estas especies no pueden soportar los ataques del clima y nos encontramos con los brezos y escajos como las especies dominantes en las zonas más elevadas.
Entre los mamíferos destacan el ciervo o venado, el corzo, el zorro, el jabalí, la nutria y el lobo. El grupo de vertebrados mejor representado dentro del parque es, sin duda, el de las aves. Una relación de más de 120 especies, de las que un centenar son nidificantes. Cabe señalar la presencia de especies migratorias, como la becada; en los ambientes fluviales destaca la presencia de la garza real o el martín pescador. En los barrancos habita la mayor de los rapaces nocturnos ibéricos, el búho real. Se puede observar al águila real en las zonas altas de la mitad meridional y al pito negro ocupando bosques maduros. Es frecuente también la presencia del buitre leonado y del halcón peregrino.
Entre los peces la trucha común es la especie dominante, aunque se cuenta también con una importante población de piscardos.
El recorrido es sencillo con caminos bien claros, salvo el descenso a partir de la cota 800 (waypoint "Ojo: Dejar pista"). A partir de ahí se realiza sin camino definido cruzando al menos tres alambradas por zonas de ganado. No es difícil pero conviene tenerlo en cuenta, quizá realizándola a la inversa sea mas sencillo pero el desnivel se las trae.
Itinerario
El punto de inicio es el pueblo de Pujayo, una pequeña localidad del municipio de Bárcena de Pie de Concha situada a unos 400 metros de altitud sobre el nivel del mar, y a 3 kilómetros de la capital municipal. Salgo del pueblo en dirección Este por la larga pista que asciende en revueltas hasta el collado de Jelecheo. Por el camino se disfrutan de unas bonitas vistas del Barranco de Vaocerezo, siempre sin desviarse de la pista. Tras un buen rato algo monótono se llega al citado collado, desde donde se ve el Obios, ahora tapado por la niebla.
Sigo la pista un corto tramo y en seguida la abandono para subir a derecho sin dificultades hasta la cima de Obios. Se ubica en una pequeña sierra denominada Bárcena Mayor, al igual que el pueblo, constituyendo la divisoria hidrográfica de los ríos Saja y Besaya asomada sobre el valle de Iguña. El vértice está junto a una antigua garita de vigilancia de incendios con unas vistas espectaculares, de las que hoy ni he podido disfrutar por culpa de la niebla. No me detengo mucho en la cima y vuelvo al collado por el mismo camino.
Me encuentro un rebaño de vacas Tudancas que me miran sorprendidas. Siguiendo la pista de la izquierda continuo por la zona alta del cordal hasta el lejano Navajos. En cuanto puedo abandono la pista y progreso por la hierba. Llego a la cima exactamente 1h después de haber salido de Obios, pero aquí las vistas si que son buenas, por lo que me detengo a descansar y disfrutar del día. La niebla se ha ido, está completamente despejado y hace un buena temperatura. El descenso se hace tirándonos directamente hacia la derecha según llegamos al vértice por la ladera herbosa, no hay senda pero se anda sin problemas. El objetivo es la pista que se ve abajo a la derecha, previo paso por un bosquete, que enlaza con un claro y de ahí a la citada pista.
Sobre la cota 800 la pista gira bruscamente a la izquierda, en ese punto hay que dejarla y tirar sin un camino definido hacia Pujayo. De lo contrario aparecemos en Molledo. No existe ninguna señalización ni hito ni nada, así que habrá que ir descendiendo (por terreno sencillo) atravesando al menos 3 alambras entre los pastizales donde seguramente encontremos mucho vacuno. Lo bueno es que según me dijo un lugareño, no hay mastines por esta zona, así que se puede ir tranquilo hasta alcanzar el pueblo.
Situado en la zona centro-occidental de Cantabria, es el parque de mayor extensión de dicha Comunidad Autónoma, ocupando una superficie de 24.500ha abarca territorios de seis municipios: Ruente, Cieza, Arenas de Iguña, Cabuérniga, Los Tojos y Campoo de Suso. En lo que a la climatología respecta, tiene un régimen regular de lluvias durante todo el año, con una precipitación media de 1.500 mm y una temperatura fresca sin cambios bruscos, siendo la diferencia entre el invierno y el verano de unos 10 grados. La mayor fuente de atracción de Saja-Besaya viene dada por ser una de las mayores conjunciones de masas boscosas continuas de toda la cordillera cantábrica.
Una cuarta parte del parque está cubierta por especies como el haya y el roble. Cuenta con una superficie de robledal de más de 6.000 ha. de tres tipos: el roble común, el más abundante, pero también encontramos rebollo y albar. A medida que aumenta la altitud aparece en escena el haya. A partir de los 1.300 m. de altitud el haya experimenta su declive, y los acebos y abedules toman el relevo. Llega un momento que estas especies no pueden soportar los ataques del clima y nos encontramos con los brezos y escajos como las especies dominantes en las zonas más elevadas.
Entre los mamíferos destacan el ciervo o venado, el corzo, el zorro, el jabalí, la nutria y el lobo. El grupo de vertebrados mejor representado dentro del parque es, sin duda, el de las aves. Una relación de más de 120 especies, de las que un centenar son nidificantes. Cabe señalar la presencia de especies migratorias, como la becada; en los ambientes fluviales destaca la presencia de la garza real o el martín pescador. En los barrancos habita la mayor de los rapaces nocturnos ibéricos, el búho real. Se puede observar al águila real en las zonas altas de la mitad meridional y al pito negro ocupando bosques maduros. Es frecuente también la presencia del buitre leonado y del halcón peregrino.
Entre los peces la trucha común es la especie dominante, aunque se cuenta también con una importante población de piscardos.
El recorrido es sencillo con caminos bien claros, salvo el descenso a partir de la cota 800 (waypoint "Ojo: Dejar pista"). A partir de ahí se realiza sin camino definido cruzando al menos tres alambradas por zonas de ganado. No es difícil pero conviene tenerlo en cuenta, quizá realizándola a la inversa sea mas sencillo pero el desnivel se las trae.
Itinerario
El punto de inicio es el pueblo de Pujayo, una pequeña localidad del municipio de Bárcena de Pie de Concha situada a unos 400 metros de altitud sobre el nivel del mar, y a 3 kilómetros de la capital municipal. Salgo del pueblo en dirección Este por la larga pista que asciende en revueltas hasta el collado de Jelecheo. Por el camino se disfrutan de unas bonitas vistas del Barranco de Vaocerezo, siempre sin desviarse de la pista. Tras un buen rato algo monótono se llega al citado collado, desde donde se ve el Obios, ahora tapado por la niebla.
Sigo la pista un corto tramo y en seguida la abandono para subir a derecho sin dificultades hasta la cima de Obios. Se ubica en una pequeña sierra denominada Bárcena Mayor, al igual que el pueblo, constituyendo la divisoria hidrográfica de los ríos Saja y Besaya asomada sobre el valle de Iguña. El vértice está junto a una antigua garita de vigilancia de incendios con unas vistas espectaculares, de las que hoy ni he podido disfrutar por culpa de la niebla. No me detengo mucho en la cima y vuelvo al collado por el mismo camino.
Me encuentro un rebaño de vacas Tudancas que me miran sorprendidas. Siguiendo la pista de la izquierda continuo por la zona alta del cordal hasta el lejano Navajos. En cuanto puedo abandono la pista y progreso por la hierba. Llego a la cima exactamente 1h después de haber salido de Obios, pero aquí las vistas si que son buenas, por lo que me detengo a descansar y disfrutar del día. La niebla se ha ido, está completamente despejado y hace un buena temperatura. El descenso se hace tirándonos directamente hacia la derecha según llegamos al vértice por la ladera herbosa, no hay senda pero se anda sin problemas. El objetivo es la pista que se ve abajo a la derecha, previo paso por un bosquete, que enlaza con un claro y de ahí a la citada pista.
Sobre la cota 800 la pista gira bruscamente a la izquierda, en ese punto hay que dejarla y tirar sin un camino definido hacia Pujayo. De lo contrario aparecemos en Molledo. No existe ninguna señalización ni hito ni nada, así que habrá que ir descendiendo (por terreno sencillo) atravesando al menos 3 alambras entre los pastizales donde seguramente encontremos mucho vacuno. Lo bueno es que según me dijo un lugareño, no hay mastines por esta zona, así que se puede ir tranquilo hasta alcanzar el pueblo.
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