Etapa 14. Camino de Santiago. Tardajos - Castrojeriz
near Tardajos, Castilla y León (España)
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Etapa 14. Camino de Santiago. Tardajos - Castrojeriz
Salimos de Tardajos por la calle del Mediodía, la plaza Leandro Mayoral y la calle Real Poniente. Nos dirigimos por carretera a la cercana Rabé. En el corto trayecto pasamos el río Urbel. Este cauce, que recorre más de 50 kilómetros por la provincia de Burgos, tiene poco caudal pero es muy amigo de desbordarse y encharcar sus riberas. Llegamos a Rabé de las Calzadas, por la calle Santa Marina sobrepasamos la fuente - decorada con veneras - hasta la plaza Francisco Riberas y salimos por Baldomero Pampliega. Lo que nos espera de ahora en adelante es, simplemente, la meseta castellana, largas rectas a más de ochocientos metros de altura sin más compañía que nuestra propia sombra y grandes extensiones de tierras que serán de cereal, ahora esperando la hora de la siembra. La pista hasta Hornillos es pedragosa y el descenso es algo molestos. Después de cruzar una carretera y el cauce del río Hormazuela entramos en Hornillos del Camino, salimos de Hornillos, y el panorama es similar al precedente: una interminable pista de parcelaria que asciende por la meseta cerealista. Cinco kilómetros después de Hornillos nos encontramos con una cruz de Santiago y setecientos metros más adelante con el cruce hacia el albergue San Bol, situado a la vera del río del mismo nombre.
Tras una hora más de caminata llegamos, por fin, a Hontanas, agazapado y oculto hasta el último momento. El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en castellano. El sacerdote boloñés y asiduo peregrino (viajó a Compostela tres veces durante los años 1666 y 1673),Domenico Laffi, relató que en Hontanas los pastores rodeaban sus cabañas con un muro para defenderse de los lobos. La calle Real de Hontanas desemboca en la carretera BU-P-4013, que dejamos de inmediato para tomar un camino que parte a la derecha. Pasando junto a las ruinas de una torre, finalizamos al pie de la carretera. La vía carece de arcén y en su lugar se alza una hilera de portentosos fresnos. Pronto, al fondo, ya distinguimos las ruinas del convento de San Antón, cuyos arcos se elevan sobre la carretera. Fue fundado en 1146 por Fernando VII y, en él, los monjes antonianos trataban a los enfermos de una gangrena infecciosa conocida vulgarmente como 'fuego de San Antón'. El causante de este mal, hoy bien conocido, era un hongo que alteraba el grano del centeno.
Después de traspasar el arco de triunfo que semeja el esqueleto del convento, abordamos la recta de más de dos kilómetros que nos planta en Castrojeriz, última villa burgalesa en el Camino de Santiago. Se esparce en forma de media luna a las faldas de un cerro que domina un primitivo castillo. Lo primero que nos sale al paso es la ex colegiata gótica de la Virgen del Manzano. Más adelante se gira para tomar la calle Real de Oriente y descubrir un casco de casas blasonadas y arquitectura tradicional. Pronto pasamos, a mano derecha, la iglesia de Santo Domingo, gótica y con una elegante portada plateresca del XVI. Como curiosidad, en el lateral que asoma a la calle hay un par de calaveras esculpidas. El desnivel culmina en la plaza Mayor, dotada de soportales donde tomar un respiro.
Castrojeriz, de origen romano (dicen que fue fundada por Julio César) o visigodo, Castrojeriz es una antigua fortaleza emplazada a lo largo de un cerro que tuvo un importante papel en la historia de Castilla. Tras la conquista árabe fue repoblada por el capitán Nuro Núñez en el año 882 y en el 974 le fue otorgado el primero de los fueros castellanos. El casco viejo lo rodea una de las calles peatonales más llamativas del Camino (un kilómetro de longitud) en torno a la cual se levantaban iglesias, hospitales, mesones y comercios. Varias iglesias, como la Colegiata de Santa María del Manzano, la iglesia de Santo Domingo y la iglesia de San Juan, Castrojeriz es una de las poblaciones más dotadas del Camino de Santiago en Castilla. A la entrada sorprenden las dimensiones de la Colegiata de Santa María del Manzano, templo que comenzó a construirse en 1214 en transición del románico al gótico. En su interior se encuentra la talla policromada de la Virgen del Manzano.
Pasamos la noche en el albergue de Ultreia, muy correcto y hemos cenado en el Mesón de Castrojeriz.
Salimos de Tardajos por la calle del Mediodía, la plaza Leandro Mayoral y la calle Real Poniente. Nos dirigimos por carretera a la cercana Rabé. En el corto trayecto pasamos el río Urbel. Este cauce, que recorre más de 50 kilómetros por la provincia de Burgos, tiene poco caudal pero es muy amigo de desbordarse y encharcar sus riberas. Llegamos a Rabé de las Calzadas, por la calle Santa Marina sobrepasamos la fuente - decorada con veneras - hasta la plaza Francisco Riberas y salimos por Baldomero Pampliega. Lo que nos espera de ahora en adelante es, simplemente, la meseta castellana, largas rectas a más de ochocientos metros de altura sin más compañía que nuestra propia sombra y grandes extensiones de tierras que serán de cereal, ahora esperando la hora de la siembra. La pista hasta Hornillos es pedragosa y el descenso es algo molestos. Después de cruzar una carretera y el cauce del río Hormazuela entramos en Hornillos del Camino, salimos de Hornillos, y el panorama es similar al precedente: una interminable pista de parcelaria que asciende por la meseta cerealista. Cinco kilómetros después de Hornillos nos encontramos con una cruz de Santiago y setecientos metros más adelante con el cruce hacia el albergue San Bol, situado a la vera del río del mismo nombre.
Tras una hora más de caminata llegamos, por fin, a Hontanas, agazapado y oculto hasta el último momento. El nombre de la población procede del término latino fontana, fuente en castellano. El sacerdote boloñés y asiduo peregrino (viajó a Compostela tres veces durante los años 1666 y 1673),Domenico Laffi, relató que en Hontanas los pastores rodeaban sus cabañas con un muro para defenderse de los lobos. La calle Real de Hontanas desemboca en la carretera BU-P-4013, que dejamos de inmediato para tomar un camino que parte a la derecha. Pasando junto a las ruinas de una torre, finalizamos al pie de la carretera. La vía carece de arcén y en su lugar se alza una hilera de portentosos fresnos. Pronto, al fondo, ya distinguimos las ruinas del convento de San Antón, cuyos arcos se elevan sobre la carretera. Fue fundado en 1146 por Fernando VII y, en él, los monjes antonianos trataban a los enfermos de una gangrena infecciosa conocida vulgarmente como 'fuego de San Antón'. El causante de este mal, hoy bien conocido, era un hongo que alteraba el grano del centeno.
Después de traspasar el arco de triunfo que semeja el esqueleto del convento, abordamos la recta de más de dos kilómetros que nos planta en Castrojeriz, última villa burgalesa en el Camino de Santiago. Se esparce en forma de media luna a las faldas de un cerro que domina un primitivo castillo. Lo primero que nos sale al paso es la ex colegiata gótica de la Virgen del Manzano. Más adelante se gira para tomar la calle Real de Oriente y descubrir un casco de casas blasonadas y arquitectura tradicional. Pronto pasamos, a mano derecha, la iglesia de Santo Domingo, gótica y con una elegante portada plateresca del XVI. Como curiosidad, en el lateral que asoma a la calle hay un par de calaveras esculpidas. El desnivel culmina en la plaza Mayor, dotada de soportales donde tomar un respiro.
Castrojeriz, de origen romano (dicen que fue fundada por Julio César) o visigodo, Castrojeriz es una antigua fortaleza emplazada a lo largo de un cerro que tuvo un importante papel en la historia de Castilla. Tras la conquista árabe fue repoblada por el capitán Nuro Núñez en el año 882 y en el 974 le fue otorgado el primero de los fueros castellanos. El casco viejo lo rodea una de las calles peatonales más llamativas del Camino (un kilómetro de longitud) en torno a la cual se levantaban iglesias, hospitales, mesones y comercios. Varias iglesias, como la Colegiata de Santa María del Manzano, la iglesia de Santo Domingo y la iglesia de San Juan, Castrojeriz es una de las poblaciones más dotadas del Camino de Santiago en Castilla. A la entrada sorprenden las dimensiones de la Colegiata de Santa María del Manzano, templo que comenzó a construirse en 1214 en transición del románico al gótico. En su interior se encuentra la talla policromada de la Virgen del Manzano.
Pasamos la noche en el albergue de Ultreia, muy correcto y hemos cenado en el Mesón de Castrojeriz.
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Easy to follow
Scenery
Moderate
Rita con datos correctos.
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E realizado esta ruta. Gracias