Etapa 2. Negreira - Santa Mariña

Camino a Muxia y Finisterre
El Camino jacobeo de Fisterra y Muxía es la plasmación más fiel de ese histórico grito del peregrino, que exclama ¡Ultreia! (“¡Vamos más allá!”), mientras que otro le responde ¡Et suseia! (“¡Y vamos más arriba!”). Pues es efectivamente más allá de la meta en Compostela —después de haberse postrado ante los restos del apóstol Santiago— cuando muchos peregrinos deciden conocer este fin del mundo, y no dudan en superar los sacrificios de las duras jornadas pasadas para caminar ahora, al menos, cuatro o cinco días más. Son 89 los kilómetros que restan a Fisterra y 87 a Muxía.
La historia de esta ruta ha sido una mezcla de paganismo y posterior proceso de cristianización. A partir del siglo XII, el Códice Calixtino ya vincula este Camino con la tradición jacobea. Además, dos de las devociones religiosas más populares de Galicia tienen en Fisterra y Muxía su sede: el Santo Cristo de Fisterra —del que el licenciado Molina (s. XVI) afirma que “acuden a él los más romeros que vienen al Apóstol”— y el santuario de la Virxe da Barca de Muxía. (Xunta de Galicia)

Etapa 2. Negreira - Santa Mariña
Hemos salido de Negreira por el bello Pazo de Cotón. En la plaza, junto a la Capilla de San Mauro impacta el monumento al inmigrante que expresa el dolor del hombre que tiene que dejar su familia y sus raíces y marchar lejos de su tierra.
Abandonamos el pueblo cruzando el río Barcala. Ascendemos hasta Negreiroa, pequeña aldea que fue el núcleo original de Negreira, y donde la Iglesia de San Julian nos despide con una bella estampa para el recuerdo.
A partir de aquí, el día cambió y empezó a salir el sol entre las nubes por lo que empezó a sobrar toda el equipamiento de lluvia.
La primera parte de la etapa es una subida casi continua, escasean los núcleos de población y prácticamente no hay bares o tiendas donde poder tomar un refrigerio, por lo que se debe llevar provisión de agua.
En el km. 8 encontramos la primera fuente de la etapa, la Fonte do Rapote que nos da fuerzas para encarar el Alto de A Pena
Inmediatamente encontramos la Iglesia de San Mamede y el nuevo albergue rectoral que allí se ha abierto.
Seguimos subiendo hasta las inmediaciones de Vilaserio donde, por fin, podemos reponer fuerzas en el Restaurante O Rueiro.
Un buen menú del peregrino no permite afrontar la montaña rusa que constituye la segunda parte del día.
Después de un tramo de carretera, llegamos a O Cornado, la última población del municipio de Negreira, donde hay una fuente de agua potable.
Seguimos con el continuo sube y baja, típico de las etapas gallegas, con un verdor y una belleza de paisajes que hacen olvidar el esfuerzo.
Tras cruzar el rio de la localidad entramos en As Maroñas donde nos reciben sus dos preciosos hórreos.
Poco más de un kilómetro nos separan del final de etapa, Santa Mariña con su iglesia románica y su cruceiro.
El alojamiento en Casa Pepa, muy agradable en una especie de bungalós nuevos y con una terraza al sol fantástica para descansar después de la larga caminata.

Etapa anterior: Santiago - Negreira
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Etapa siguiente: Santa Mariña - Dumbria
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