ETAPA 4-CANFRANC-CANAL ROYA-PLANO D’A RINCONADA-IBONES DE ANAYET-BARRANCO CULIBILLAS-CORRAL DE LAS MULAS-ESTACIÓN DE FORMIGAL

Marcha realizada el viernes 19 de julio de 2019
AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Nosotros, en lugar de proseguir desde Candanchú, donde finalizamos la etapa anterior, lo hacemos desde el mismo Hotel Santa Cristina que se encuentra en Canfranc, y que rápidamente nos permite tomar una senda que cruza la carretera a Francia y que se dirige a la entrada de la Canal Roya, con conexión con la variante GR 11.1 en las cercanías del parking de Anglasé. Se remonta este gran valle hasta el Plano d’a Rinconada y se supera una fuerte pendiente para llegar a los ibones de Anayet, desde donde se desciende hacia la estación de esquí de Formigal, siguiendo el barranco Culibillas. Así se alcanza el Corral de las Mulas y se cruza la carretera para bajar hasta el aparcamiento de la estación invernal de Formigal.

Hoy hemos iniciado la ruta casi una hora y media más tarde que ayer, y es que aunque el Hotel Santa Cristina, antiguo hospital del mismo nombre está bastante bien y es acogedor, sin embargo los horarios no cuentan tanto con la gente que no se limita a hacer turismo de placer, y por ello el retraso en relación a otros días. Cogemos rumbo norte, en este primer tramo, para a los seiscientos cincuenta metros llegar a un cruce importante, que por la izquierda volvería a Candanchú, pero que nosotros seguimos de frente con dirección al Ibon de Anayet.

Al poco de dejar atrás dicho cruce, salvamos el río Aragón y poco después el pequeño embalse del Canal Roya, que recibe el nombre del largo valle por el que os moveremos los próximos kilómetros de subida. En esta primera parte de la subida el GR 11 transcurre por el margen izquierdo del río Canal Roya, pero cuando llevamos algo más del kilómetro y medio tenemos que pasar por un puente de cemento hasta el otro lado de un margen derecho, según nuestra marcha, que ya no dejaremos más.

Cuando llevamos un kilómetro y medio, siempre por dicho margen derecho y ganando altitud de forma lenta y progresiva llegamos hasta el refugio del Canal Roya, pero el grupo al completo continúa con buen ánimo y ritmo hasta llegar un kilómetro después a un buen mirador, que se encuentra poco antes de hacer el giro a la derecha, y que nos permite ver todo el tramo recorrido a lo largo de esta vertiente del valle Canal Roya, que estamos a punto de abandonar. Y cuando se habla de abandonar, no nos referimos al valle en sí, sino a la distinta vertiente y rumbo, que de noreste hasta dicho mirador, al poco pasará a ser hacia el sureste.

Una vez rodeamos el mismo Canal Roya por el macizo de Las Negras aún tenemos por delante casi un par de kilómetros, hasta llegar al lateral o cabecera del Canal Roya, por donde tendremos que iniciar la subida hasta el Ibon de Anayet.

La subida, que parte de los mil novecientos metros y que en su medio kilómetro inicial se hace sin necesidad de dibujar ninguna zeta, a partir de esos quinientos metros es cuando más se empina, para pasar por rincones de una belleza singular, con rododendros en flor y muchas otras plantas y rocas tapizadas de musgo, que aprovechan el curso del agua para mostrar sus mejores galas y su buen estado de salud.

Tras unas cuantas zetas y algo más del kilómetro y medio desde el inicio de la subida, para salvar un desnivel de trescientos treinta metros, se llega a un concurrido Ibon de Anayet, que aparece justo detrás del último resalte rocoso de una subida que para nada ha sido más exigente que las que llevamos hasta la fecha.

La parte norte del ibon ha sido un buen lugar para recuperar las fuerzas y continuar la marcha, salvando la gran explanada que forma un ibon, que aunque venido a menos en capacidad hidríca, por la vegetación que lo rodea, nos muestra bien a las claras que no sólo vivió tiempos mejores, sino que el cambio climático es un hecho y una realidad en cualquier rincón del planeta, y por desgracia también éste que aunque de una belleza tan singular, por otro lado tan sensible a la que se avecina. Tras un cuarto de hora de recorrer y bordear por su margen derecho el citado ibon, llegamos hasta la parte alta del Barranco Culibillas, que de alguna manera supone la puerta de entrada a los primeros remontes, que de la estación de Formigal ya se pueden ver. Aunque este primer tramo de dicho barranco, por su parte alta en los dos primeros kilómetros, lleva siempre rumbo este, es justo a los ochocientos metros para llegar hasta el aparcamiento de dicha estación, cuando el rumbo gira ligeramente a noreste, para no sólo cruzar dicho aparcamiento, sino para coger el último tramo asfaltado. Este último tramo asfaltado de poco más de un par de kilómetros hasta el siguiente aparcamiento, que hay junto a la carretera A-136 no sólo es inevitable, por haber una cancela en dicho aparcamiento, sino que además desmerece un poco una marcha que ha tenido muchos tramos de gran belleza, pero que al llegar una vez se llega a la “civilización” es mejor no hacer más comentarios.