Etnografía y recursos hídricos de la Rambla de la Murta. Anthercas

Accedo desde la autovía Murcia-Cartagena RM-19, tomo la salida 155 dirección Corvera RM-601, pasada la población, en la rotonda sigo por la RM-E5, cruzando la Plaza Mayor de La Murta aparco en la explanada delante del Centro de Mayores.

La Rambla de la Murta resultó decisiva para el asentamiento de los habitantes de la aldea y la explotación agraria del entorno, gracias a la riqueza hídrica proporcionada tanto por la Fuente de la Murta, como por las aguas subálveas del lecho ramblero; recursos explotados desde época histórica, cuyo aprovechamiento se refleja en las obras de captación y canalización de aguas, tanto en la propia rambla como en su entorno adyacente.

Vuelvo a pie a la Plaza Mayor y su bonita fuente, enfilando en ascenso por el centro del pueblo a la salida Noreste, pista abajo que me pone en el curso de la Rambla de la Murta.

En esta parte del recorrido se concentran los restos de la red hídrica; a poco menos de 1 km caminando por el cauce, aparece el Caño de La Murta, una presa subálvea donde tenía lugar la captación por filtración de las aguas, derivadas a una acequia que las conducía hasta un molino hidráulico de cubo situado en la margen izquierda de la Rambla de la Murta (la fuerza motriz de los molinos harineros del Campo de Cartagena donde se ubica geográficamente esta comarca ha sido tradicionalmente la eólica, no la hidráulica) y finalmente a una balsa donde se abastecían los lugareños.



En la segunda mitad del s. XV, se inició la concesión de tierras en la zona de la Murta, por parte del Concejo de Murcia con fines agropecuarios, no sería hasta el s. XVI cuando se da un importante crecimiento poblacional, aunque no existen núcleos de población, la mayoría de sus habitantes residen en los innumerables caseríos dispersos del campo y la serranía.

En aproximadamente 3 km de rambleo, comienza una zona encharcada; volverán a aparecer en el 4,5 km un tramo de encharcamientos y pasados los 5 km desde la salida, la rambla deja de estar humanizada, toca salirse en subida por pista hacia el Cortijo de los James; Carrascoy tiene como único núcleo de población la pequeña villa de La Murta, el topónimo de La Murta deriva del arbusto conocido como arrayán (mirto); antiguamente en estos territorios pastaba el ganado, se instalaban colmenas, se recogía leña y producía carbón, se extraía piedra, se fabricaba cal y se cazaba.
En su gastronomía destacan las migas con tropezones y "los nuevos", dulce típico elaborado con huevo y harina, que se fríen formando bolas y posteriormente se bañan en almíbar.

La actividad predominante en la zona es la agricultura de secano (debido a la aridez y escasa profundidad del suelo agrícola) principalmente el almendro, también el olivo y el algarrobo en menor medida.
Camino disfrutando de los parcelados cultivos de almendros en flor, con el zumbido constante de las afanadas abejas libando el polen de sus flores.

Cruzamos por delante de una casa con un cochambroso Seat 1.500; después de las Casas del Barranco, inicio una ascensión al collado y a la derecha, subo por sendero de cazadores; arriba de la loma se inicia una pista rompepiernas, va en de loma en loma, pero con buenas vistas de la Sierra de Carrascoy; en el descenso final, tuerzo a la derecha en un cruce con muestras de las actividades cinegéticas propias de los cotos de caza.

Para evitar dar un rodeo, abandono la pista por el ramblizo subsidiario de la Rambla de la Murta, por la que regreso coincidiendo con el track de la ida hasta la cerrada; sin descender, continuo por la izquierda arriba de la rambla; pasado este tramo angosto, el sendero retoma el cauce y solo queda ir atento a la salida ramblera de vuelta a La Murta.

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