CL ZA Almaraz de Duero Ruta 2 y parte de la 1. Ermita de San Pelayo y senda de Duero

CL ZA Almaraz de Duero Ruta 2 y parte de la 1. Ermita de San Pelayo senda de Duero

Ruta de 9 km y 181m de ascenso acumulado que desde la plaza del pueblo de Almaraz de Duero, se dirige, por una amplia pista, hasta la ermita de San Pelayo, desciende a la orilla del Duero, la recorre hasta la aceña de Saceo y retorna, por una aburrida pista, al punto de origen.

Es un recorrido de interés paisajístico y patrimonial, en general muy sencillo, pero el descenso a la ribera del río es complicado, muy pendiente, sin senda marcada y en caso de lluvia o suelo mojado no recomendable.

Almarza de Duero que pertenece a la comarca de la Tierra del Pan ha estado poblados desde la antigüedad, como lo atestigua el santuario rupestre de San Pelayo. Así mismo, parece ser que hubo un poblado prerromano en el paraje denominado El Castillo, probablemente vacceo. Este castro fue romanizado con posterioridad, ya que también se han hallado algunos vestigios romanos, entre los que se encuentran algunas estelas, monedas y cerámicas. Los romanos fueron los primeros en explotar ampliamente los diversos yacimientos de estaño presentes en la localidad, de los que aún perduran testimonios visibles.

Existen 4 rutas preparadas, de ellas la más conocida es la de las Pilas, que ya realizamos hace algún tiempo. En esta ocasión recorreremos la ruta 2 “la ermita de San Pelayo” y parte de la ruta 1 “Por la ribera del Duero”

Toda la información la hemos tomado de la web de Terra Duero
https://terraduero.info/descubre/Almaraz-de-Duero

Descripción de la ruta

Iniciamos la ruta en la plaza del pueblo, junto a la imponente iglesia de San Lorenzo, que destaca sobre el caserío del entorno. Fue construida sobre una anterior románica, cuyos restos se pueden apreciar en el muro norte, con numerosas marcas de cantero, canecillos y una saetera, es de estilo renacentista y data de mediados del siglo XVI, aunque comenzó a construirse en el siglo XV y se modificaron algunas de sus partes en siglos posteriores.

Nos encaminamos hacia la fuente romana. Esta fuente es el monumento más antiguo de la localidad. Algunos atribuyen su construcción a los romanos (siglo II), sin embargo, podría tratarse de una fuente de época románica (siglos XII o XIII). Es de grandes dimensiones, construida a base de sillares de piedra, en forma de caseta, con un arco de medio punto en la entrada, tejado a dos aguas e interior abovedado con una cúpula de piedra. Cuenta con un pilón en la parte delantera, donde abrevaban los ganados locales, y está asentada sobre un excelente manantial del que apenas ha faltado nunca el agua.

Desde este punto, y entre calles, salimos del pueblo y comenzamos a caminar por una amplia pista que discurre entre campos de cultivo. Las vistas son abiertas, tras 2,3 km llegamos a los restos de un antiguo poblado. Caminamos entre las ruinas, dirigiéndonos a continuación a la cercana ermita de San Pelayo de la que no se conservan más que algunas de sus paredes.

En su entorno se se observan numerosas zonas excavadas en la roca (pilas, cenotes, cubetas y cazoletas), que han sido interpretadas como lugares de culto. Según parece se trataba de un Santuario rupestres

El lugar destaca por su singular belleza, ya que está considerado como del inicio natural de los Arribes del Duero y sus vistas al río son impresionantes. Precisamente, desde lo alto del promontorio, se divisan las últimas llanuras del Duero y cómo este se adentra en plenos Arribes para continuar así su camino hacia el vecino Portugal.

Justo en frente del promontorio, se encuentra el famoso salto zamorano de El Porvenir, la primera planta hidroeléctrica construida en el río Duero (1902), siendo una de las dos primeras centrales en España en producir energía junto al Molino de San Carlos en Zaragoza.

Con mucho cuidado descendemos hacia el río por una ladera bastante pendiente, sin senda marcada que con rapidez salva los 80 m de desnivel que nos separan del agua. No recomendamos hacerlo en días de lluvia o con el suelo mojado.

A medida que descendemos la imagen de la central del Porvenir se va haciendo cada vez más nítida.

Cerca de la orilla tomamos una pequeña senda no muy evidente que avanza entre los álamos que bordean la ribera. La seguimos durante 2 km hasta la aceña de Saceo. En el camino tendremos que cruzar algún pequeño arroyo. El terreno se encuentra muy pisado por las vacas que suelen pastar por los alrededores, lo que hace que en las zonas húmedas el terreno se torne resbaladizo.
El río, en este tramo, discurre con poco agua, ya que la presa situada aguas arriba, en San Román, capta el agua que luego por medio de grandes tuberías cruza el meandro para mover la central del mismo nombre.

Llegamos a la aceña de Saceo y nos encontramos el camino cortado por un gran grupo de vacas y su inseparable toro. Los bordeamos y entramos en la aceña, un antiguo molino, construido entre los siglos XVII y XVIII. Se encuentra situado en un paraje a orillas del río, entre alamedas donde se disfruta del discurrir del agua.

La pista, que arranca de la Aceña, asciende de forma continuada durante unos 3 km, flanqueada a nuestra derecha por una vegetación densa que apenas deja intuir un arroyo al otro lado y el escarpe abierto para realizar la pista. La mayor parte de este recorrido por la pista discurre sin vistas de nuestro entorno. Esta parte resulta realmente aburrida y sin alicientes.

A unos 500 m del pueblo llegamos al punto más elevado y ya divisamos el núcleo urbano. No resta más que descender y acercarnos a la plaza para dar por terminada la ruta