Fabero - Braña del lechero

Ruta recuperada a la Braña del lechero. Así llamada porque la braña fue comprada por el lechero de Fabero para pastorear sus animales.

Parte de Fabero, de la plaza del Ayuntamiento. Tras caminar hacia el Instituto Beatriz Osorio, hay que seguir por el camino que lleva al río Cua, descendiendo hasta el puente que lo cruza. Y, una vez que se pasa al otro lado, iniciar la subida por el arroyo el Mourin (que en los mapas aparece como Maurin).

Se continua la senda de subida por una pista ancha y bien cuidada, que nos acerca al inicio de la pista, señalizada por una piedra con una flecha. Ahí es donde tenemos que abandonar la pista ancha, para adentrarnos en el sendero que da inicio a la subida a la braña del lechero. Se puede ver en la primera foto de esta ruta.

Continuamos caminando entre matorrales, escobas y piornos en un sendero recién limpiado por componentes del Club Laurisilva, que han conseguido recuperar una ruta que hace treinta años era utilizada para subir, incluso en Land Rover (vehículo de aquellos tiempos, semejante a lo que hoy sería un 4x4).

Nos encontramos con un árbol seco cuya silueta parece una cierva. Identificado en esta ruta por la fotografía La cierva ( escultura natural en madera). Poco después pasamos un arroyo, hasta la primera cascada del Mourín, el río por el que vamos a caminar todo el tiempo, por su margen izquierda según se sube, hasta las grandes cascadas más allá de la braña del lechero.

Pasamos por una cabaña en restauración, donde iban habitantes de Fabero a pasar las tardes, que tiene una fuente magnífica en un pequeño barranco a sus pies.

Más adelante nos topamos con la Fuente La Salgueira y el Roblón (un roble inmenso que marca el camino de subida).

Seguimos caminando hasta llegar al cruce de caminos, donde nos encontramos con un sendero por el que a la izquierda se va hacia el pueblo de Lumeras y a la derecha hacia Bárcena (aunque en época de crecida es complicado pasar el río Mourín un poco más adelante, porque ha desparecido el puente). Aquí se inicia la parte de la ruta que transcurre entre un bosque de madroños, por el que se camina a su sombra, entre un boscaje bien tupido con madroños inmensos.

En mitad del bosque de madroños está el "Árbol del Amor" en el que se puede hacer un pequeño descanso para recrearse en este hermoso árbol sensual y exuberante que transpira poesía y romanticismo.

Avanzamos hasta llegar al arroyo "Las Virtudes" y, más adelante, pasar el arroyo del Mourín por un tramo tipo aventuras de Indiana Jones, en donde veremos un precioso paso del río.

A pocos metros ya nos encontramos con la majada de abajo del pastor, en plena braña del lechero ya. Esta era la "casa pobre" de quienes servían. Seguiremos subiendo por un paísaje idílico, hasta llegar a las gradas del Mourín (que recuerdan a las gradas de Soaso en Monte Perdido, allá por Ordesa). Y tras apreciar las cascadas que se multiplican por la zona llegaremos a la cabaña del pastor de arriba, la "casa rica" de la braña del lechero, que tenía incluso a su alrededor un pequeño predio delimitado con piedras para el ganado y una construcción de pizarra impresionante para la zona.

Tras dejar allí, con toda confianza, las mochilas y demás enseres, es imprescindible acercarse a la Gran Cascada. La más alta y con mayor caída del Bierzo. Impresionante cascada dividida en tres tramos, con unas vistas espectaculares, que hacen que haya merecido la pena el viaje y el esfuerzo.

La vuelta, tras el merecido descanso y refrigerio, se hace en estado de ensoñación y de experiencia extracorporal sintiendo que hemos visitado uno de los paraje más extraordinarios del Bierzo y que ya podemos pasar a mejor vida.