Faro de Portmán, baterías de la Chapa, Negrete y Cenizas, Calzada Romana de Portmán (Portmán; Cartagena)
near Portman, Murcia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Una ruta preciosa donde las haya. La costa cartagenera nunca defrauda, y el Monte de las Cenizas es uno de sus mayores atractivos. He subido ya unas cuantas veces a la Batería de Cenizas, pero aún no conocía el Faro de Portmán y ese sector del Monte de las Cenizas, así que hoy me he quitado esa espinita.
Empiezo la ruta desde el aparcamiento del faro, junto al Restaurante El Cubano, entre la Playa del Lastre y un embarcadero coqueto y bien abrigado de los embates de la mar.
Desde el primer momento las vistas son magníficas, por ahora hacia el oeste. A nuestros pies, la Playa del Lastre, seguida de la Bahía de Portmán, el Cabezo de la Galera y, más allá, imponente, la Sierra de la Fausilla. En el faro se amplía nuestra panorámica del Mediterráneo. Esto mejora literalmente a cada paso.
Antes de pasar por la Batería de la Chapa bajo a la derecha para asomarme al Mirador de Tamara. No dejéis de acercaros aquí, vale la pena.
Avanzo y merodeo por la Batería de la Chapa. Como casi todas las baterías costeras de Cartagena, está abandonada y vandalizada, aunque estructuralmente los edificios resisten bien. Encontramos aquí algunos elementos ornamentales y un diseño de inspiración grecorromana. En la placeta, junto a un eucalipto, me sorprende encontrar enjaulada como una paloma a la Virgen del Buen Camino. Por las huellas de la pared, parece que en su día tuvo hornacina cubierta.
El sendero continúa en paralelo al acantilado, pero por interior. Salimos al borde, protegido convenientemente por una baranda de madera. De frente, hacia el oeste, emerge verticalmente el Cabo Negrete, que supongo que tendrá ese nombre por lo oscuro de sus cortados.
Ahora la senda hace un giro a la izquierda, tierra adentro, junto a un pozo con brocal, pero no cegado, así que cuidado al asomarse. Desde aquí y hasta que lleguemos a la Batería Antiaérea de Negrete nos despedimos del mar para adentrarnos por el frondoso bosque del Monte de las Cenizas. Veremos varias marcas de GR y PR (incluso SL), aunque a día de hoy ningún sendero homologado pasa ya por aquí.
Nuestro caminar sigue siendo amable, sin la menor exigencia física, pero nos toca afrontar una empinada ascensión de más de doscientos metros de desnivel. La senda es clara y entretenida, siendo en su último tercio donde nos apretará las tuercas con una fuerte pendiente, pero lo cierto es que decidí hacer la ruta en este sentido precisamente para darle mayor intensidad a la excursión.
Al fin llegamos a la Batería Antiaérea de Negrete. A la derecha hay un puesto que debía tener instalados dos cañones, pero hay un cartel que pide que no se pase por ahí al ser zona de nidificación de aves, así que descarto esta visita y giro a la izquierda para empezar a merodear por las instalaciones militares, que son de lo más interesantes, pero lo que a mí me entusiasman son las impresionantes vistas del mar, tanto al frente, mar adentro, como a la línea costera en ambas direcciones.
El esfuerzo (que tampoco ha sido para tanto) ha valido la pena, como ya sabía de antemano. No habría estado aquí ya diez veces si no me fascinara este lugar. La mañana es soleada, fresca y la atmósfera es nítida, y el resultado son unas panorámicas de ensueño.
Antes de emprender la bajada me acerco al vértice geodésico Cenizas, muy cerca del pórtico de entrada, pero algo escondido. La puerta de acceso a la Batería de Cenizas es ya de por sí lo suficientemente llamativa como para venir aquí. Es un pórtico inspirado en Templo de los Guerreros de Chichen-itzá, de la cultura maya - tolteca, tal como se explica en el panel informativo sobre la Batería de Cenizas que encontramos a la entrada.
Siguiendo el PR-MU 2 (lo haremos íntegramente) descendemos suavemente por el camino, atravesando el Monte de las Cenizas, con vistas ocasionales a la Bahía de Portmán y al Mar Menor.
Desembocamos en la carretera de Portmán a Los Belones y bajamos unos metros por el carril bici, pero enseguida lo abandonamos para bajar a la izquierda. Iniciamos aquí el paso por otro de los grandes alicientes de la ruta: la Calzada Romana de Portmán.
En su inicio vemos el panel del PR-MU 3. Un miliario de atrezo nos saluda unos metros más abajo. Esta calzada es la de mayor longitud que se conserva en la Región de Murcia, y aunque poco o nada se conserva de la original, tiene encanto recorrerla.
Al final de la misma saldremos a la carretera, el único tramo deslucido de la ruta, ya que es estrecha, con curvas y sin arcén. No está muy transitada, pero hay que ir con precaución.
En todo caso, no tardaremos más de quince minutos en llegar de nuevo al punto de partida, habiendo realizado una de las mejores rutas del año en la Región de Murcia.
RESUMEN:
- Faro de Portmán (0.2 km)
- Batería de la Chapa (1.0 km)
- Mirador de Cabo Negrete (1.6 km)
- Batería de Negrete (3.4 km)
- Batería de Cenizas (4.0 km)
- Túnel ciego (5.8 km)
- Ciprés de Cartagena (6.4 km)
- Calzada Romana de Portmán (7.3 km)
Empiezo la ruta desde el aparcamiento del faro, junto al Restaurante El Cubano, entre la Playa del Lastre y un embarcadero coqueto y bien abrigado de los embates de la mar.
Desde el primer momento las vistas son magníficas, por ahora hacia el oeste. A nuestros pies, la Playa del Lastre, seguida de la Bahía de Portmán, el Cabezo de la Galera y, más allá, imponente, la Sierra de la Fausilla. En el faro se amplía nuestra panorámica del Mediterráneo. Esto mejora literalmente a cada paso.
Antes de pasar por la Batería de la Chapa bajo a la derecha para asomarme al Mirador de Tamara. No dejéis de acercaros aquí, vale la pena.
Avanzo y merodeo por la Batería de la Chapa. Como casi todas las baterías costeras de Cartagena, está abandonada y vandalizada, aunque estructuralmente los edificios resisten bien. Encontramos aquí algunos elementos ornamentales y un diseño de inspiración grecorromana. En la placeta, junto a un eucalipto, me sorprende encontrar enjaulada como una paloma a la Virgen del Buen Camino. Por las huellas de la pared, parece que en su día tuvo hornacina cubierta.
El sendero continúa en paralelo al acantilado, pero por interior. Salimos al borde, protegido convenientemente por una baranda de madera. De frente, hacia el oeste, emerge verticalmente el Cabo Negrete, que supongo que tendrá ese nombre por lo oscuro de sus cortados.
Ahora la senda hace un giro a la izquierda, tierra adentro, junto a un pozo con brocal, pero no cegado, así que cuidado al asomarse. Desde aquí y hasta que lleguemos a la Batería Antiaérea de Negrete nos despedimos del mar para adentrarnos por el frondoso bosque del Monte de las Cenizas. Veremos varias marcas de GR y PR (incluso SL), aunque a día de hoy ningún sendero homologado pasa ya por aquí.
Nuestro caminar sigue siendo amable, sin la menor exigencia física, pero nos toca afrontar una empinada ascensión de más de doscientos metros de desnivel. La senda es clara y entretenida, siendo en su último tercio donde nos apretará las tuercas con una fuerte pendiente, pero lo cierto es que decidí hacer la ruta en este sentido precisamente para darle mayor intensidad a la excursión.
Al fin llegamos a la Batería Antiaérea de Negrete. A la derecha hay un puesto que debía tener instalados dos cañones, pero hay un cartel que pide que no se pase por ahí al ser zona de nidificación de aves, así que descarto esta visita y giro a la izquierda para empezar a merodear por las instalaciones militares, que son de lo más interesantes, pero lo que a mí me entusiasman son las impresionantes vistas del mar, tanto al frente, mar adentro, como a la línea costera en ambas direcciones.
El esfuerzo (que tampoco ha sido para tanto) ha valido la pena, como ya sabía de antemano. No habría estado aquí ya diez veces si no me fascinara este lugar. La mañana es soleada, fresca y la atmósfera es nítida, y el resultado son unas panorámicas de ensueño.
Antes de emprender la bajada me acerco al vértice geodésico Cenizas, muy cerca del pórtico de entrada, pero algo escondido. La puerta de acceso a la Batería de Cenizas es ya de por sí lo suficientemente llamativa como para venir aquí. Es un pórtico inspirado en Templo de los Guerreros de Chichen-itzá, de la cultura maya - tolteca, tal como se explica en el panel informativo sobre la Batería de Cenizas que encontramos a la entrada.
Siguiendo el PR-MU 2 (lo haremos íntegramente) descendemos suavemente por el camino, atravesando el Monte de las Cenizas, con vistas ocasionales a la Bahía de Portmán y al Mar Menor.
Desembocamos en la carretera de Portmán a Los Belones y bajamos unos metros por el carril bici, pero enseguida lo abandonamos para bajar a la izquierda. Iniciamos aquí el paso por otro de los grandes alicientes de la ruta: la Calzada Romana de Portmán.
En su inicio vemos el panel del PR-MU 3. Un miliario de atrezo nos saluda unos metros más abajo. Esta calzada es la de mayor longitud que se conserva en la Región de Murcia, y aunque poco o nada se conserva de la original, tiene encanto recorrerla.
Al final de la misma saldremos a la carretera, el único tramo deslucido de la ruta, ya que es estrecha, con curvas y sin arcén. No está muy transitada, pero hay que ir con precaución.
En todo caso, no tardaremos más de quince minutos en llegar de nuevo al punto de partida, habiendo realizado una de las mejores rutas del año en la Región de Murcia.
RESUMEN:
- Faro de Portmán (0.2 km)
- Batería de la Chapa (1.0 km)
- Mirador de Cabo Negrete (1.6 km)
- Batería de Negrete (3.4 km)
- Batería de Cenizas (4.0 km)
- Túnel ciego (5.8 km)
- Ciprés de Cartagena (6.4 km)
- Calzada Romana de Portmán (7.3 km)
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