Faro Ses Salines a Caló des Màrmols.

Bonita excursión cuyo objetivo es llegar a Caló des Màrmols, playa que carece de cualquier tipo de servicio, que gracias a su lejanía y falta de accesos por caminos públicos se mantiene totalmente virgen. El llegar hasta ella nos llevará entre una o una hora y media, dependiendo del ritmo de cada cual.

La carretera Ma-6110 finaliza en el mismo faro de Ses Salines, que pese a lo que pueda parecer, se encuentra dentro del término de Santanyi, ya que hasta el año de 1925 Ses Salines no consiguió su independencia municipal de aquel pueblo. Tuvo su emplazamiento original en la misma punta pero debido a que se anegaba con los temporales decidieron construir el faro a 60 metros de la orilla, donde lo vemos hoy día. Inaugurado en 1863, al mismo tiempo que el faro de Cabo Blanco, su torre fue alzada 6'5 metros en 1957 y en los años ochenta fue el primer faro de España en alimentarse con paneles solares. Tiene una señal lumínica de 13 millas náuticas, unos 24 km. Las antiguas viviendas de los fareros están ocupadas por el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), que dependen de la UIB y del CSIC. Esta es la parte más al sur que se puede llegar en Mallorca, concretamente al Cabo de Ses Salines.

Mirando al faro de frente por la derecha, pegado a su pared, comienza el sendero a seguir, aunque antes es bueno detenerse unos minutos a leer sus carteles informativos que nos dan unas pinceladas sobre el edificio, la historia y algunas actividades que se pueden realizar tanto sobre la observación de aves como en la Reserva Marina del Migjorn de Mallorca. Por la derecha se va hacia la Colonia de Sant Jordi, en unos veinte minutos se llega a la Playa des Caragol, y por la izquierda hacia nuestro objetivo, teniendo casi siempre una rejilla en ese lado y a la derecha el mar, imposible perderse.

En Es Pou Salat, encontramos una roca curiosa con dos ojos en donde el agua pasa a su través. El pozo se encuentra a unos cincuenta metros a nuestra izquierda y lo vimos al regreso ya que íbamos más pegados a la rejilla. El camino al principio resulta bastante bueno pero luego comienza a tener mucha roca y piedras, como corresponde a los que van cerca del mar, pero bueno de andar.

En la Olla des Bastons se pasa sobre el techo de la cueva pero no resulta peligroso. Olla es la denominación para designar un entrante muy marcado y de forma circular.

La finca con esa kilométrica rejilla, Es Rafal des Porcs, es uno de los latifundios que al igual que otros tantos, aún quedan en Mallorca.

La foto del penúltimo waypoint la hice al regreso y es el desvío que hay para bajar al Torrent d'en Barragot atravesando la única pared de todo el recorrido. Lo hicimos así para ahorrarnos unos 600 metros entre la ida y la vuelta; su bajada salvo que las piedras estén mojadas no presenta dificultad. La otra alternativa es continuar el camino hacia el pinar de la izquierda.

Las vistas desde lo alto sobre el Caló des Màrmols sencillamente son espectaculares. El agua de color turquesa, el mar en calma y el no haber nadie en ese momento hizó de la ocación algo inolvidable, todo enmarcado entre acantilados de más de veinte metros. La bajada al Torrent des Marmols, del que la cala toma su nombre, si se realiza con cuidado no presenta riesgo. Al otro lado de la playa sale el camino que conduce a Cala s'Almunia, Caló des Moro, etc, etc.

Ya de regreso, que creo que lo vimos todo, fuimos por el camino más próximo a la valla que es menos accidentado que el que bordea el mar. Las vistas sobre Cabrera, si el tiempo lo permite como hoy, son muy buenas. Mejor calzado de montaña que deportivas. En verano ni que decir de llevar abundante agua y protección solar, aparte de tener en cuenta que no hay sombra durante todo el camino, salvo en el pequeño pinar del Torrent d'en Barragot. A nosotros nos acribillaron los mosquitos y echemos en falta un buen repelente desde el primer minuto.

Compañeros de ruta: Marina, Naile, Verónica y José.