Fatimbullar-Cortijo del Aire, los exploradores arrieros
near La Pera, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
La ruta de hoy la iniciamos a la entrada del cortijo de Fatimbullar dejando los coches cerca de Majada Colorada en los llanos previos que hay antes del cortijo, este cortijo y sus dehesas de Agrón es un paso de conexión entre el hombre y la fauna, "Las retamas ofrecen un paisaje teñido de puntos amarillos, entre los que aparecen largos tallos de flores blancas y rosadas de gamones, junto a densos jarales de flores malvas. Es un territorio de orquídeas ibéricas, donde aparecen las pequeñas y bellísimas flores de colores rosados, amarillos y morados de estas plantas que algunos puntos tapizan el suelo".
"La ruta de las dehesas de Agrón accede hacia las tierras de Fatimbullar, el cortijo que fue propiedad del duque de Wellington, vendida en 2008 a empresarios relacionados con la llamada Operación Malaya, uno de los casos judiciales inmobiliarios más conocidos del sur de España, un cortijo incluido en el Catálogo del Patrimonio Inmueble de Andalucía que se levantó sobre una alquería nazarí y que las últimas transformaciones han reconvertido en un complejo agroganadero de alto nivel que poco tiene que ver con su esencia de tradicional hacienda de dehesas. Los campos de cereal rodean los bosquetes de encinas y chaparros, protegidos por muros de piedra que trazan el camino que continúa entre encinares que aprovechan una geografía más abrupta, encajada entre laderas, donde las canteras muerden el paisaje.
Es también el camino hacia el mar, la ruta que rodea las estribaciones de la Almijara para encontrarse con el primitivo trazado de la senda que desde Ilíberis, en tiempos de Roma, discurría desde los lagos de Padul hacia la actual carretera de la Cabra, donde a la altura de la Venta del Fraile, aparece la ruta de las dehesas, el camino que se inició en Agrón y traza la conexión sureste entre Granada y el Temple.
Recorrer las dehesas es caminar junto a cereales, bosquetes mediterráneos, pastos y ganados, un territorio que desde el oeste precede a las sierras de la Penibética.
Después de esta interesante transcripción nos dirigimos primero a visitar las cuevas de Fatimbullar, cuevas que servían de refugio al ganado y a nuestros antepasados, visitadas las cuevas y pasado el cortijo nos dirigimos por el camino que hay hacia el cortijo del Llano contemplando el galopar de los caballos que en total libertad cabalgan por estas dehesas llegando al Cortijo del Llano donde hasta no hace muchos años y desde 1986 Los duques de Wellington, criaron desde 1986 ejemplares oveja Karakul (astracan), cabra celtibérica y cabra de Angora hoy por desgracia perdida por no ser rentable según cuentan.
Desde el cortijo del Llano y por los campos de cereales atravesamos los mismos hasta tomar un camino de bastante subida hoy muy deteriorado por falta de mantenimiento que nos conduce al Cortijo del Aire, las vistas que se contemplan desde el mismo son impresionantes mires para donde mires, después del disfrute de las mismas bajamos del cortijo por el camino que va por otra cañada y se junta con el camino que proviene de Puerto Blanco que conectaba la finca de Fatimbullar con la de Pera este camino sin dejarlo nos deja en la balsa que vimos al subir desde Fatimbullar que es la única de todas las balsas de lluvia que hay que le quede agua, atravesamos la verja y pronto llegamos de nuevo a Fatimbullar viendo los potrillos que con sus madres pacen por estas dehesas.
Dejamos la visita para el agujero del aire para otra ocasión pues se nos hace tarde.
Allí cogemos el coche y regresamos hasta Agrón donde nos despedimos hasta la próxima ocasión después de haber disfrutado de estas maravillosas dehesas.
Hay que hacer constar que esta ruta la realizamos por una finca privada y hay que pedir permiso para disfrutar de la misma.
"La ruta de las dehesas de Agrón accede hacia las tierras de Fatimbullar, el cortijo que fue propiedad del duque de Wellington, vendida en 2008 a empresarios relacionados con la llamada Operación Malaya, uno de los casos judiciales inmobiliarios más conocidos del sur de España, un cortijo incluido en el Catálogo del Patrimonio Inmueble de Andalucía que se levantó sobre una alquería nazarí y que las últimas transformaciones han reconvertido en un complejo agroganadero de alto nivel que poco tiene que ver con su esencia de tradicional hacienda de dehesas. Los campos de cereal rodean los bosquetes de encinas y chaparros, protegidos por muros de piedra que trazan el camino que continúa entre encinares que aprovechan una geografía más abrupta, encajada entre laderas, donde las canteras muerden el paisaje.
Es también el camino hacia el mar, la ruta que rodea las estribaciones de la Almijara para encontrarse con el primitivo trazado de la senda que desde Ilíberis, en tiempos de Roma, discurría desde los lagos de Padul hacia la actual carretera de la Cabra, donde a la altura de la Venta del Fraile, aparece la ruta de las dehesas, el camino que se inició en Agrón y traza la conexión sureste entre Granada y el Temple.
Recorrer las dehesas es caminar junto a cereales, bosquetes mediterráneos, pastos y ganados, un territorio que desde el oeste precede a las sierras de la Penibética.
Después de esta interesante transcripción nos dirigimos primero a visitar las cuevas de Fatimbullar, cuevas que servían de refugio al ganado y a nuestros antepasados, visitadas las cuevas y pasado el cortijo nos dirigimos por el camino que hay hacia el cortijo del Llano contemplando el galopar de los caballos que en total libertad cabalgan por estas dehesas llegando al Cortijo del Llano donde hasta no hace muchos años y desde 1986 Los duques de Wellington, criaron desde 1986 ejemplares oveja Karakul (astracan), cabra celtibérica y cabra de Angora hoy por desgracia perdida por no ser rentable según cuentan.
Desde el cortijo del Llano y por los campos de cereales atravesamos los mismos hasta tomar un camino de bastante subida hoy muy deteriorado por falta de mantenimiento que nos conduce al Cortijo del Aire, las vistas que se contemplan desde el mismo son impresionantes mires para donde mires, después del disfrute de las mismas bajamos del cortijo por el camino que va por otra cañada y se junta con el camino que proviene de Puerto Blanco que conectaba la finca de Fatimbullar con la de Pera este camino sin dejarlo nos deja en la balsa que vimos al subir desde Fatimbullar que es la única de todas las balsas de lluvia que hay que le quede agua, atravesamos la verja y pronto llegamos de nuevo a Fatimbullar viendo los potrillos que con sus madres pacen por estas dehesas.
Dejamos la visita para el agujero del aire para otra ocasión pues se nos hace tarde.
Allí cogemos el coche y regresamos hasta Agrón donde nos despedimos hasta la próxima ocasión después de haber disfrutado de estas maravillosas dehesas.
Hay que hacer constar que esta ruta la realizamos por una finca privada y hay que pedir permiso para disfrutar de la misma.
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