Fervenza do Toxa

Para comenzar la ruta tienes que ir en dirección al pueblo de Merza, hasta que ves una señal que indica Fervenza do Toxa. Dejamos el coche al lado de lo que parecía una industria y comenzamos a andar. Al principio tenemos una pequeña subida, hasta llegar al primer cartel informativo. Tenemos que tener en cuenta, que nosotros hicimos la ruta andando, pero cabe la posibilidad de dejar el coche arriba del todo, o comenzar la ruta en puntos intermedios.
Una vez pasado el primer cartel, nos desviamos a mano derecha por un sendero estrecho, que más adelante se abrirá. Este camino es de gran belleza, al pasar por robledales y castaños de indias. Nosotros hicimos la ruta en Otoño. El camino es de fácil recorrido, la mayor parte bajada, hasta llegar a un puente de metal. Antes de llegar al puente tienes la opción de llegar al río , por un camino fabricado por excursionistas. Una vez cruzado el puente el camino se vuelve más oscuro, pero sigue siendo de una belleza extrema. El camino esta bien señalizado, y tiene tramos de subidas y bajadas.
Antes de llegar a la cascada encontramos una poza de enorme belleza, donde en nuestro caso, y aprovechando que nos hizo un día caluroso (raro en Galicia), aprovechamos para darnos un pequeño chapuzón (No se si está prohibido). Cabe destacar y avisar, que el agua esta realmente fría. Un poquito más adelante nos encontramos con la Fervenza do Toxa, la cascada con mayor caída libre de toda Galicia.
Tras pasar un tiempo admirando y fotografiando la cascada (nosotros fuimos pronto y estábamos solos), dimos la vuelta y decidimos subir al mirador. Para ello retrocediendo nuestros pasos encontramos un camino a mano izquierda que asciende. Es todo recto hasta que llega la siguiente bifurcación, para la cual volvemos a girar a mano izquierda. El mirador esta bien señalizado y aunque es un tramo de subida, es de muy fácil acceso. En el mirador pudimos admirar unas vistas de la cascada y del rio Deza. La ruta terminó aquí pero hay más posibilidades. En nuestro caso decidimos volver al coche por donde volvimos. Al bajar, sobre la 13:00, un sábado, la cascada estaba repleta de gente, perdiendo gran parte de su belleza. Por lo que aconsejo que si quieren admirar esta maravilla, se den un buen madrugón. Merece la pena.