Finestras. Los Roques de Vila.
near Finestres, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Tambien llamada la gran muralla china de Huesca, se encuentra cerca del pueblo abandonado de Finestras.
Es imposible mostrarse indiferente ante esta curiosa y espectacular formación geológica, compuesta por una linea doble continuada de estratos verticales, producto de un plegamiento. Debido a que su caprichosa estructura recuerda a la Gran Muralla se conoce como la "Muralla China de Finestras".
Esta muralla natural a orillas de las aguas azules del embalse de Canelles deja una estampa que evoca muchos sentimientos.
Por un lado, toda la historia de una población que en los años 60 del siglo pasado tuvo que huir de sus casas al verse privada de sus campos de cultivo por la construcción del pantano de Canelles.
Por otro, la grandiosidad de la propia naturaleza que se muestra en este paraje en todo su esplendor.
Del pueblo hoy solo quedan escombros, silencio y soledad, alguna casa solitaria y las ruinas del Castillo y las ermitas de San Marcos y San Vicente. Los tres son miradores excelentes para admirar la Muralla de Finestras.
A Finestres o Finestras se llega por una pista de tierra que parte en las afueras del pueblo más cercano, Estopiñán del Castillo. El punto de desvío desde la carretera principal en Google Maps consta como "Camino a Finestras". La pista desciende al Puente de Penavera y desde allí continúa hasta Finestres, en total un recorrido de 13 km por pista de tierra. En Google Maps los últimos 3 kilómetros de la pista no constan, pero continúa hasta el pueblo.
En líneas generales, actualmente (julio 2023) tras mejoras recientes, la pista está en el suficiente buen estado como para hacer el trayecto en un turismo normal, eso sí, yendo muy despacio y conduciendo con cuidado. Lo que más dificulta el avance son los numerosos badenes de tierra que atraviesan la pista, para evitar su deterioro por las lluvias.
Pero el esfuerzo vale la pena, una vez que llegamos a este remoto pueblo, situado en un entorno donde la naturaleza de muestra en toda su grandeza.
Destacar que en estos momentos, tras la sequía mantenida, el embalse está prácticamente vacío, por lo que no es el mejor momento para conocer el lugar, pero aún así es impresionante.
También se podría hacer el tramo por pista desde el Puente de Penavera hasta Finestras andando, lo que alargaría la ruta en unos 11 km, aunque cabe señalar que andar tanto rato por pista puede resultar un tanto monótono.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Dejamos el coche en la zona de aparcamiento de Finestras, para explorar el pueblo abandonado.
Alrededor de la plaza, el espacio que en otros tiempos fue el corazón de la aldea, encontramos los restos de las construcciones vitales como la fuente-lavadero, el molino de aceite y la iglesia, dedicada a Santa María y de orígen románico. En el portal de la iglesia vemos plasmado memorias de personas que vivieron en el pueblo. En la plaza se encuentra también la casa Coix, la única vivienda de Finestras en mejor estado y que está a temporadas habitada.
Tomando la única calle que articula la aldea encontramos indicaciones del camino hacia las dos ermitas, San Marcos y San Vicente.
Nos dirigimos primero a la Ermita de San Marcos. Es una construcción modesta, que cuenta con pinturas de carácter popular enmarcando el altar y decorando la pared oriental.
Sin embargo, ofrece las mejores panorámicas del entorno de Finestras. Desde allí disfrutamos de espectaculares vistas del despoblado, la muralla y el embalse de Canelles, alimentado por el caudal del Noguera Ribagorzana, y tras la actual sequía practicante vacío.
También es el mejor punto para contemplar la ermita románica de San Vicente, que se encarama, junto con los restos del castillo, en un plateau entre las verticales paredes de la muralla. Al oeste de este conjunto, se encuentran las ruinas de la Casa del Señor, los restos de un probable torreón medieval.
Desde la ermita de San Marcos retrocedemos sobre nuestros pasos, para tomar en el siguiente cruce una senda que nos conduce al mirador de los Roques de Vila, situado en la cresta de la misma muralla.
Desde el mirador retrocedemos unos metros, para tomar el sendero que se dirige a la Ermita de San Vicente. Primero en un tramo de pronunciada bajada, donde hay que avanzar con cuidado, con buenas vistas de las caprichosas formaciónes geológicos del entorno, hasta llegar al Barranco de Sabinós.
Siguiendo el curso del barranco, que desemboca en el pantano, nos podemos acercar en un corto tramo de ida y vuelta a la parte baja de la muralla, dependiendo del nivel de agua. Si el pantano está lleno, sus aguas llegan hasta la misma base de la muralla.
Volvemos luego sobre nuestros pasos, para coger a la derecha la senda que nos llevará ahora de subida hasta la ermita de San Vicente y los restos del antiguo castillo medieval que allí hubo. Para acceder a la ermita, en los últimos metros hay que realizar un sencillo destrepe con ayuda de unas grapas para facilitar la bajada.
La ermita románica de San Vicente, datada en los siglos XI y XII, se sitúa, junto con los restos del castillo, en un monticulo estratégico protegido entre las paredes verticales de la muralla, creando una simbiosis única entre arquitectura y naturaleza.
La pequeña ermita es una de las joyas del Románico aragonés.
Desde el corazón de la muralla disfrutamos de unas vistas privilegiadas del entorno. Desgraciadamente el pantano está prácticamente seco, pero nos podemos imaginar la belleza del paraje cuando las aguas azules del embalse llegan hasta la base de la muralla.
Luego regresamos por la senda a Finestras, pasando a la vuelta poco antes de llegar al pueblo por la construcción de la Casa del Señor, los restos de un torreón medieval.
En resumen, es un recorrido fácil en un entorno espectacular que nos da acceso a unas de las formaciones geológicos más caprichosas de Aragon. Sin embargo el tramo de la senda para acceder a la ermita de San Vicente tiene cierto desnivel que no hay que subestimar.
Es imposible mostrarse indiferente ante esta curiosa y espectacular formación geológica, compuesta por una linea doble continuada de estratos verticales, producto de un plegamiento. Debido a que su caprichosa estructura recuerda a la Gran Muralla se conoce como la "Muralla China de Finestras".
Esta muralla natural a orillas de las aguas azules del embalse de Canelles deja una estampa que evoca muchos sentimientos.
Por un lado, toda la historia de una población que en los años 60 del siglo pasado tuvo que huir de sus casas al verse privada de sus campos de cultivo por la construcción del pantano de Canelles.
Por otro, la grandiosidad de la propia naturaleza que se muestra en este paraje en todo su esplendor.
Del pueblo hoy solo quedan escombros, silencio y soledad, alguna casa solitaria y las ruinas del Castillo y las ermitas de San Marcos y San Vicente. Los tres son miradores excelentes para admirar la Muralla de Finestras.
A Finestres o Finestras se llega por una pista de tierra que parte en las afueras del pueblo más cercano, Estopiñán del Castillo. El punto de desvío desde la carretera principal en Google Maps consta como "Camino a Finestras". La pista desciende al Puente de Penavera y desde allí continúa hasta Finestres, en total un recorrido de 13 km por pista de tierra. En Google Maps los últimos 3 kilómetros de la pista no constan, pero continúa hasta el pueblo.
En líneas generales, actualmente (julio 2023) tras mejoras recientes, la pista está en el suficiente buen estado como para hacer el trayecto en un turismo normal, eso sí, yendo muy despacio y conduciendo con cuidado. Lo que más dificulta el avance son los numerosos badenes de tierra que atraviesan la pista, para evitar su deterioro por las lluvias.
Pero el esfuerzo vale la pena, una vez que llegamos a este remoto pueblo, situado en un entorno donde la naturaleza de muestra en toda su grandeza.
Destacar que en estos momentos, tras la sequía mantenida, el embalse está prácticamente vacío, por lo que no es el mejor momento para conocer el lugar, pero aún así es impresionante.
También se podría hacer el tramo por pista desde el Puente de Penavera hasta Finestras andando, lo que alargaría la ruta en unos 11 km, aunque cabe señalar que andar tanto rato por pista puede resultar un tanto monótono.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Dejamos el coche en la zona de aparcamiento de Finestras, para explorar el pueblo abandonado.
Alrededor de la plaza, el espacio que en otros tiempos fue el corazón de la aldea, encontramos los restos de las construcciones vitales como la fuente-lavadero, el molino de aceite y la iglesia, dedicada a Santa María y de orígen románico. En el portal de la iglesia vemos plasmado memorias de personas que vivieron en el pueblo. En la plaza se encuentra también la casa Coix, la única vivienda de Finestras en mejor estado y que está a temporadas habitada.
Tomando la única calle que articula la aldea encontramos indicaciones del camino hacia las dos ermitas, San Marcos y San Vicente.
Nos dirigimos primero a la Ermita de San Marcos. Es una construcción modesta, que cuenta con pinturas de carácter popular enmarcando el altar y decorando la pared oriental.
Sin embargo, ofrece las mejores panorámicas del entorno de Finestras. Desde allí disfrutamos de espectaculares vistas del despoblado, la muralla y el embalse de Canelles, alimentado por el caudal del Noguera Ribagorzana, y tras la actual sequía practicante vacío.
También es el mejor punto para contemplar la ermita románica de San Vicente, que se encarama, junto con los restos del castillo, en un plateau entre las verticales paredes de la muralla. Al oeste de este conjunto, se encuentran las ruinas de la Casa del Señor, los restos de un probable torreón medieval.
Desde la ermita de San Marcos retrocedemos sobre nuestros pasos, para tomar en el siguiente cruce una senda que nos conduce al mirador de los Roques de Vila, situado en la cresta de la misma muralla.
Desde el mirador retrocedemos unos metros, para tomar el sendero que se dirige a la Ermita de San Vicente. Primero en un tramo de pronunciada bajada, donde hay que avanzar con cuidado, con buenas vistas de las caprichosas formaciónes geológicos del entorno, hasta llegar al Barranco de Sabinós.
Siguiendo el curso del barranco, que desemboca en el pantano, nos podemos acercar en un corto tramo de ida y vuelta a la parte baja de la muralla, dependiendo del nivel de agua. Si el pantano está lleno, sus aguas llegan hasta la misma base de la muralla.
Volvemos luego sobre nuestros pasos, para coger a la derecha la senda que nos llevará ahora de subida hasta la ermita de San Vicente y los restos del antiguo castillo medieval que allí hubo. Para acceder a la ermita, en los últimos metros hay que realizar un sencillo destrepe con ayuda de unas grapas para facilitar la bajada.
La ermita románica de San Vicente, datada en los siglos XI y XII, se sitúa, junto con los restos del castillo, en un monticulo estratégico protegido entre las paredes verticales de la muralla, creando una simbiosis única entre arquitectura y naturaleza.
La pequeña ermita es una de las joyas del Románico aragonés.
Desde el corazón de la muralla disfrutamos de unas vistas privilegiadas del entorno. Desgraciadamente el pantano está prácticamente seco, pero nos podemos imaginar la belleza del paraje cuando las aguas azules del embalse llegan hasta la base de la muralla.
Luego regresamos por la senda a Finestras, pasando a la vuelta poco antes de llegar al pueblo por la construcción de la Casa del Señor, los restos de un torreón medieval.
En resumen, es un recorrido fácil en un entorno espectacular que nos da acceso a unas de las formaciones geológicos más caprichosas de Aragon. Sin embargo el tramo de la senda para acceder a la ermita de San Vicente tiene cierto desnivel que no hay que subestimar.
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