FLEIX-BARRANCO DEL INFIERNO-RAMBLA DEL INFIERNO-PONT Y ALT DEL JUVEES-BARRANCOS DEL TUERTO Y RACONS-LOMA COLMENETAS-BENIMAURE

Marcha realizada el jueves 28 de marzo de 2024

AVISO: Se entiende, que todo aquel que quiera realizar esta misma ruta, asume la responsabilidad que conlleva una actividad no exenta de posibles riesgos o incidentes, en un entorno en el que el sentido común y las circunstancias pueden marcar la diferencia entre pasar un buen día o todo lo contrario.
Hacía un tiempo que no nos acercábamos hasta la Comunidad Valenciana para recorrer alguna de sus impresionantes zonas montañosas del interior, sobre todo de Alicante y Castellón. Destacar que Alicante es la segunda provincia de más terreno montañoso de toda España, lo que puede sorprender a todos aquellos que tan sólo han recorrido y conocen la Marina Baja, que no la otra comarca de la Marina Alta. Desde el Peñón de Ifach hasta el Parque Natural de la Serra Gelada, Alicante ofrece decenas de rutas de senderismo que se pueden hacer por sus montañas. En esta ocasión nos hemos acercado hasta lo que llaman “El Barranco del Infierno o Camino de los escalones”. Se trata de un entorno que no deja a nadie indiferente por sus vistas tan espectaculares, y es que este fue el último reducto y refugio de la resistencia morisca, hasta su expulsión definitiva por Felipe III en el año 1.609. Se trataría pues de una impresionante ruta circular enclavada, como ya se dijo en plena comarca de la Marina alta, entre las Sierras del Cavall o del Migdia, Sierra de la Carrasca y la Sierra del Penyal. Con una orografía marcada por los impresionantes macizos kársticos, producidos por la erosión del agua en una roca caliza que predomina en toda esta zona. Este impresionante recorrido está considerado, y no sin razón, como uno de los más bellos y espectaculares de toda la vertiente mediterránea. Entre algunas cumbres que sobrepasan los mil metros hasta los barrancos y ramblas que no tienen mucho más de doscientos encontramos paredes verticales de varios cientos de metros que hacen las delicias de todos aquellos amantes de la espeleología, la escalada y el barranquismo. Este Barranco del Infierno se encuentra recorrido en su parte alta por el río Ebo, y en su parte algo más baja por el río Girona. Uno de los más destacados barranquistas españoles, el aragonés Enrique Salamero, tras visitar el Barranco del Infierno en el año 2006 escribió lo siguiente: "Este barranco es, sin lugar a dudas, el cañón más relevante del arco mediterráneo peninsular y uno de los mejores cañones secos. La morfología de todo el tramo deportivo tiene una estética envidiable y no hay cañón calcáreo que le pueda hacer sombra." Nos encontramos, por tanto, en un entorno de primer orden en el ámbito barranquista, pero además de espectacular belleza paisajística, por el que discurre, además, uno de los senderos más emblemáticos de la provincia de Alicante, el PR-CV 147, conocido como “La Catedral del Senderismo”, que destaca por sus 886 m de desnivel acumulado y sus 6.873 escalones excavados en la roca, y todo ello en un recorrido total que ronda los catorce kilómetros. Durante los siglos XVI y principios del XVII, los últimos moriscos valencianos se refugiaron en este Val de Laguart, construyendo los citados escalones y las terrazas o bancales en la que cultivaban: higueras, olivos, algarrobos, almendros, y vides. Se observan pozos que muy posiblemente ya fueran utilizados para el riego de dichos cultivos. Hay que destacar una gran riqueza florística que engloba especies como: algarrobos, olivos, lentisco, palmitos, almendros, pino negral, durillos, majuelos, almez, aladiernos, encinas, cerezos de Santa Lucía, jaguarzo blanco, malvaviscos, nazarenos, torviscos, zarzaparrillas, aliagas, euforbias, así como carrizos y adelfas que orlan las ramblas y plantas aromáticas como el romero, el tomillo, la ruda...

Concretamente, este sendero de pequeño recorrido PR se divide en cinco tramos principales, siendo el primero el Fleix-Barranc de l'Infern, que sale desde Fleix y nos conduce hasta el Barranco del Infierno, pasando por el lavadero municipal. El segundo tramo Barranc de l'Infern-Les Juvees de d'Enmig, parte desde las vistas panorámicas del Barranco y se dirige hasta una antigua bomba de agua en perfecto estado de funcionamiento. El tercer tramo Les Juvees d'Enmig-Barranc de l'infern se adentra de nuevo en el barranco, pasando por lugares emblemáticos como la Pla de l'Avenc, donde se pueden ver un conjunto de edificaciones y una carrasca de grandes dimensiones, ideal para tomar un descanso. Durante el descenso al barranco, nos topamos con la fuente natural de Reinós, escondida entre una gran cantidad de vegetación. Acto seguido y después de atravesar el pequeño tramo en el Barranco, se inicia el tramo Barranc de L'infern-Les Juvées de d'Alt. Este cuarto tramo consiste en dejar atrás los preciosos paisajes del Barranco e iniciar una ascensión hasta las Juvées de d'Alt. Una vez llegado a lo alto de la montaña, es hora de iniciar el último tramo Les Juvees de d'Alt-Barranc de Racons-Carretera de Benimaurell, que se caracteriza por tener una dificultad particular debido a ser el último con forma de dientes de sierra, sumado al cansancio acumulado tras las dos subidas y bajadas anteriores. Una vez en el lecho del barranco iniciamos la subida hasta la carretera, enlazando unos primeros tramos de suave pendiente, girando más adelante en dirección a Benimaurell para llegar hasta la carretera, que se puede evitar cogiendo desde dicha población una pista dura que enlaza con Fleix.
La ruta que empezamos la ruta desde el aparcamiento público que hay en la pequeña localidad de Fleix tiene tres fuertes subidas con sus correspondientes bajadas, así como cinco tramos, empezando por el primero que bajaría desde la citada población hasta el Barranco del Infierno, un segundo que sube desde la misma rambla que se encuentra en el citado barranco hasta les Juvees d’Enmig, un tercer tramo que se adentra de nuevo en el barranco, pasando por lugares emblemáticos como la Pla de l’Avenc, donde se puede ver un conjunto de edificaciones y una enorme carrasca o encina ideal para tomar un descanso. De nuevo otro tramo de bajada al mismo Barranco del Infierno que pasa por la Fuente de Reinós y una zona cercana un tanto delicada por los desprendimientos que nos muestra, y que sería recomendable salvar lo antes posible. Acto seguido y tras atravesar el pequeño tramo del citado barranco por su rambla, un cuarto tramo y segunda ascensión algo más suave y exigente que la primera, hasta llegar a las Juvees de d’Alt. Y para finalizar un último tramo que conlleva una primera bajada desde Juvées d’Alt hasta el Barranco de Racons, para inmediatamente volver a subir el tercer y último repecho que nos saca hasta la carretera, o más bien pista asfaltada de Benimaurell, población que habrá que cruzar antes de llegar a Fleix. Nosotros hoy hemos querido aprovechar las buenas previsiones climáticas que hay que tener muy en cuenta para afrontar sin riesgos añadidos las peligrosas crecidas de unas ramblas que se convierten en trampas mortales, siempre que las tormentas sobrepasen los doscientos ml., según nos dijo algún entendido de la zona. Nada más dejar el aparcamiento se sale a la carretera local CV-721 que con rumbo oeste se dirige a Benimaurell. Se deja a los cien metros por la derecha, para bajar por un tramo de pista asfaltada que doscientos metros después deja el lavadero municipal a la derecha y cincuenta metros más adelante y también por la derecha se continúa por el sendero de pequeño recorrido PR-CV 147, que ya no dejaremos en los próximos catorce kilómetros. Un primer tramo de bajada de poco más de ciento ochenta metros, que haciendo zetas bastante cortas entre nos lleva muy pronto hasta un mirador desde el que se ve una buena parte del recorrido que trascurre por ambas laderas del Barranco del Infierno.

Trescientos cincuenta metros después, y realizando una pronunciada bajada se llega hasta el cauce seco del arroyo del Laguar, que en un tramo de zona rocosa y muy pulida por el agua se encuentra asegurado con una cadena, para evitar resbalones imprevistos en caso de lluvias que mojen una roca caliza ya de por sí bastante inestable cuando se encuentra húmeda. Unos metros después un forat (como llaman en esta zona) a los agujeros que se producen en este tipo de roca caliza, y que permiten el paso de un punto a otro, como fue el caso cuando hicimos la Sierra de Bernia. En esta ocasión la longitud del paso es mucho menor, pero las vistas a las que da acceso son de lo más espectaculares que hemos visto en la montaña alicantina.

Trescientos metros después, siempre de bajada, se vuelve a salvar el cauce seco del arroyo del Laguar, en lo que conlleva un tramo elevado y un tanto vertical, tanto del camino hacia abajo, como por las paredes de roca caliza, que a nuestra derecha nos sobrepasan en una buena cantidad de metros.

Medio kilómetro después y finalizando este primer tramo de bajada, ya nos encontramos cruzando la misma rambla que configura en su parte baja el Barranco del Infierno. Ha estado lloviznando en este último tramo, y aunque no amenaza tormenta, se nos viene a la cabeza el dicho de que nunca se acampe o se esté más tiempo del previsto en una rambla fácilmente inundable como ésta, que por desgracia ya se ha cobrado víctimas mortales, incluyendo algún bombero de los equipos de rescate en montaña. Motivo suficiente para que reemprendamos la marcha tras unos pocos minutos, y así iniciar el primero y más importante de los tres repechos que tiene la ruta, que tras salvar un montón de zetas y escolones nos adentra en una zona boscosa de pino negral, plantándonos en poco más dos kilómetros y cuarto en el Alt de Juvees, tras haber dejado medio kilómetro antes el ya citado Pont de Juvees con su pozo para la extracción de agua. Aquí se puede ver, además de la ya citada e impresionante carrasca/encina, unas cuantas viviendas y coches, que han subido por la pista que viene desde la carretera que transcurre por Vall de Ebo.

Desde aquí retomamos la marcha e iniciamos otro de los tramos de gran belleza, y que ya se detallaban esquemáticamente al principio, lo que conlleva el pasar por la Font de Reinós, tras un kilómetro y cuarto, en un entorno de paredes verticales con desprendimientos visibles de grandes bloques de caliza.

Poco más de medio kilómetro después, y ya nos encontramos cruzando por segunda vez la misma rambla del Barranco del Infierno. En esta ocasión algo más encajonada y en la que hay que tener cuidado para no pasarse el desvío de subida, ya que algunas trazas de caminos pisados están hechas por los escaladores que se dirigen a una de las mejores zona para escalar y hacer rapel en la zona denominada Reginglons de Femenia, lo que puede inducir a algunos a continuar más de lo debido por la citada rambla del barranco, cuando en realidad tan sólo recorre algo más de sesenta metros por este otro tramo de una misma rambla del Barranco del Infierno que se ha de cruzar en un par de ocasiones.

Esta segunda subida, algo menos exigente que la primera, nos permitirá pasar en medio kilómetro por la Llometa de las Colmenetas, desde la que se aprecian ya una gran cantidad de los bancales y terrazas construidas por los citados moriscos que aquí se refugiaron a finales del siglo XVI y principios del XVII, antes de ser expulsados. Prueba de ello y de la actividad agrícola que aquí desarrollaron sería un segundo pozo de agua, que se encuentra en la parte final de esta loma.

Seiscientos metros después se llega hasta la parte que debió registrar la mayor concentración en cuanto a población, denominada los Corrales de Juvees del Poble de Dalt, donde además de algunas viviendas ruinosas, también se puede ver otro pozo de agua más, con la característica construcción de un medio murete de piedra por un lado, con una puerta metálica por el otro. Desde aquí el último tramo de bajada y de subida, que en primer lugar conlleva el bajar en tres cuartos de kilómetro hasta el Barranco del Tuerto y medio kilómetro después al Barranco del Racons, para iniciar a su vez la última de las tres subidas que hasta la conexión con la carretera a Benimaurell supone algo más de otro kilómetro y medio de un ascenso que aunque algo más tendido y cómodo por tener menos inclinación de la pendiente, no por ello supone menor esfuerzo, si se tiene en cuenta el importante desnivel que ya se ha ido salvando. Ochocientos metros después del cruce con la carretera ya estamos cruzando la población de Benimaurell, y en poco más de un kilómetro y medio ya estamos llegando al aparcamiento de Fleix.