FUENSANTA (230) (Nava)-FOCES DEL PENDÓN (PR AS-45-Circuito)

FUENSANTA (230) (Nava)-FOCES DEL PENDÓN (PR AS-45-Circuito)

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 8,5 k.
ALTURA MÁXIMA: 634 m.
ALTURA MÍNIMA: 230 m.
ASCENSO TOTAL: 487 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 2,45 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Octubre de 2020.


FUENSANTA (230) es una casería de la parroquia de Nava a orillas del río homónimo en plena falda de Peñamayor. Se accede a la misma en El Empalme desde la N-634, distando 2,8 km de la capital. En ella se encuentra actualmente una planta embotelladora de agua mineral, que ocupa el solar del antiguo balneario de aguas sulfurosas, relevante durante los siglos XIX y XX. Sus aguas minerales son apreciadas desde época romana, habiéndose hallado restos de numerario de ese período durante la construcción del actual edificio.

EL RÍO PENDÓN es un curso de agua con nacimiento en las estribaciones del pico Múa (982) y del Cerisco (919), que desemboca en el Fuensanta tras cruzar las famosas FOCES, desfiladero muy visitado por montañeros y senderistas. La cuenca está formada por diversos arroyos, cuyo principal afluente el Raneo, tras cruzar las hendiduras calizas del pico BOMALO (773), punto de captación de las aguas de NAVA, atraviesa el puente Pendón para introducirse en las foces, estrecho paso de sustrato calizo, por donde discurre la ruta del PR-45. Las paredes rozan los 800 metros de altura en el curso alto, descendiendo hasta la orilla del río que se sitúa en la cota de 500 metros con gran desnivel.

Dejamos el vehículo en el aparcamiento frente a la planta embotelladora. Cruzamos el puente del río Fuensanta y continuamos la marcha siguiendo la muy cuidada señalización del PR a lo largo de todo el recorrido. En ligero ascenso pronto encontramos la primera encrcucijada. Elegimos la izquierda dirección Los Fornos. Haremos el regreso por la derecha. Continuando la subida por pista entre castaños y, tras dejar a un lado explotación ganadera, alcanzamos el CDO. LOS FORNOS (367-0,95) con fuente y abrevadero, ubicado en la base sur del Cueto María Pesquera (411).

A nuestros pies, las FOCES DEL PENDÓN, espacio abierto que se irá estrechando a medida que avancemos dirección sur. Al noreste emerge por el fondo sobre una mar de nubes la SIERRA DEL SUEVE y hacia el sureste asoma el P. CASIELLES (862), más el P. CERISCO (919) encajonado en lontananza al sur. Rumbo al mediodía iniciamos la senda tallada en las faldas de la sierra, por donde discurre la canalización que abasteció de agua al concejo, cuya tubería queda al descubierto en algún tramo. Las imágenes fotográficas, junto al colorido del despunte del otoño en determinadas especies forestales, hablan por sí mismas del reconfortante espectáculo que nos ofrece la foz.

Tras poco más de kilómetro y medio atravesamos un paso singular, enriquecido por diminutas cascadas (405-K.2,7) que se desprenden del monte a nuestra derecha, a la sazón hilos de agua irisados y caño fuente, cascadas que generan su propia vegetación en forma de musgos, reflejo del microclima concomitante. Hermosa y cautivadora estampa. En épocas de intensas lluvias podrían dificultar el tránsito por ese corto tramo de la senda.

Entre exuberante y variada vegetación desembocamos a ras de cauce en la caseta (399-K. 3,2), de la que parte la canalización antes mencionada. La adorna en su cara frontal el escudo del Principado de Asturias, adoptado el 27 de abril de 1984. Es rectangular, con la Cruz de la Victoria en el centro, rodeada ésta de la siguiente leyenda: HOC SIGNO TVETVR PIVS – HOC SIGNO VINCITVR INIMICVS – (CON ESTA SEÑAL –la cruz- SE PROTEGE EL CREYENTE- CON ESTA SEÑAL SE VENCE AL ENEMIGO). Curioso detalle en medio de un entorno bucólico.

Transitamos de hecho por un paraje de ensueño, siguiendo la estrecha ribera izquierda del Pendón, esquivando pequeñas torrenteras, escoltados por una densa y variopinta masa de avellanos, robles, castaños y hayas. La senda nos lleva a cruzar el río por el puente LES MECEURES (410-K. 3,4), siguiendo la orilla derecha hasta el puente PENDÓN (452-K. 3,6), disfrutando de un mágico espectáculo de luz, color y sonido.

A la altura de éste último, junto a la puntual señalización del PR, sale un sendero rumbo sur que en continuado y pindio ascenso nos podría llevar hasta el PICO MÚA (982). Ése era nuestro propósito y lo intentamos siguiendo la dirección hacia el COLLADO DE LAS FUENTES (826), antesala del pico por su vertiente suroccidental. Subíamos entre barro, esquivando árboles caídos y perdiendo en ocasiones la referencia del camino. En la cota 800, vislumbrando ya el cordal cercano, una barrera impenetrable de matorral de tojo nos hizo desistir.

Otra opción habría sido afrontar la subida por la cara este buscando el camino a través de Brañabernés (702) y el Collado (787) homónimo. Hasta llegar a esa braña abandonada por medio de densa maleza no hay referencia alguna. Éstas son consecuencias de la España vaciada. Sirva la digresión como advertencia para aquellos senderistas intrépidos que osen afrontar el ascenso al Múa por estas vías. Existen otras rutas alternativas muy asequibles, que parten de otros lugares, alguna de las cuales ya realizamos en su día.

Retrocedimos, pues, hasta el puente Pendón, y anulamos ese tramo del track. Cruzamos el río, abandonando aquí las foces. Seguimos el PR subiendo en zigzag por LES VUELTES -muy acertado el nombre- hasta coronar en el CDO. BOCA DE LA CANAL (634-K. 4,8), el punto más alto del recorrido. A medida que ascendíamos, junto a enormes paredones calizos, las panorámicas al sur se ampliaban con bellísimas estampas del bosque y el Múa (982) más el Cerisco (919) como fondo.

Seguimos la senda en ligero descenso con hermosas imágenes de cabañas, utilizadas por los pastores de la zona en los meses de primavera y verano, recalando en el MAYÁU PASTOR (615-K. 5,2), de donde parte un ramal al ALTO LES PRAERES (751), que fue por primera vez final de etapa de la Vuelta Ciclista a España el 8 de septiembre de 2018, con subida desde Piloñeta (290).

Por ancha pista vamos dejando atrás diferentes edificaciones y cuadras, FUENTE FAÉU (563-K. 5,7), descendiendo por TABLÉU (525-5,8) y VALLORITA (398-7,1), desde donde divisamos al fondo núcleos urbanos navetos, valle poblado por castaños, robles, abedules y avellanos, junto a caseríos entre praderías y fincas de labranza, rodeados de pumaradas.

Asimismo apreciamos en las proximidades de Fuensanta, arropado por el bosque, el PALACIO DE LA FERRERÍA, referente histórico-artístico del Concejo, construcción rural perteneciente a la familia de los Álvarez de Asturias. Su núcleo inicial es una torre bajomedieval (S. XIV), de planta cuadrada, sobresaliendo en altura del resto de las edificaciones, que se fueron adosando a lo largo de los siglos XVI y XVII. De estilo renacentista y barroco el palacio fue declarado Bien de Interés Cultural en1993.

Durante los últimos kilómetros en dilatado descenso nos sorprende la presencia de robles americanos (Quercus rubra), de hoja más grande que los carbayos comunes en Asturias (Quercus robur) y lóbulos puntiagudos, a la sazón teñidos de intensos tonos rojizos haciendo honor a su nombre, algunos de los cuales escoltaban viviendas del entorno. Finalmente completamos el circuito recalando en Fuensanta (230-k. 8,5), nuestro punto de partida.

Ruta fácil, muy bien señalizada y asequible para la gran mayoría de senderistas. Generalmente hemos confiado en el sugerente poder de la palabra para describir y recrear la realidad, resistiéndonos a aceptar, por principio, el tópico de que “una imagen vale más que mil palabras”. Pero en esta ocasión las imágenes hablan por sí solas. Contemplémoslas, pues, deleitándonos con ellas: un sinfín de matices y contrastes cromáticos por el juego de luces y sombras entre camperas, bosques, montañas y ríos, junto a mágicos y sorprendentes claroscuros, generados por los rayos solares que filtran la niebla y reflejan el comienzo del otoño, con irisaciones sobre la corriente y goteo de las aguas. ¡Un soberbio PR digno de tal nombre!