Fuente Carrasca- Pico Calderón- Pico Atalaya- Pico las Cabras- Fuente Carrasca.

Ruta inexcusable para cualquier aficionado a la montaña o, simplemente, amante de la naturaleza. Nos adentramos en el mismo corazón de la sierra de las Cabras, al sur de la provincia de Albacete. Este paraje nos ofrece una de las versiones más agrestes y genuinas de bosque mediterráneo: abundan la carrasca, el quejigo, también el pino laricio flanquea las laderas de sus cimas; algunas de las cuales se toman la licencia de sobrepasar --aunque levemente-- la cota de los dos mil metros.
El punto de partida se encuentra en los cortijos de Fuente de la Carrasca, aldea perteneciente al municipio de Nerpio. Apenas una decena de casas y algunas naves para el ganado (principalmente ovino). La ruta no está marcada; sin embargo, no tendremos dificultad para dar con un abrevadero para el ganado detrás de las primeras casas; a partir de aquí, los típicos hitos --improvisados por los montañeros que nos precedieron-- nos van marcando el camino correcto, rambla arriba. La cuesta, que se va haciendo cada vez más pronunciada, va zigzagueando entre quejigos y encinas.. La senda que resulta reconocible en el primer tramo de la ruta, se pierde un poco más arriba en el collado por un terreno áspero de lapiaz. Deberemos intentar no perder de vista las numerosas señales de piedra; aún así, es bueno tener en cuenta que, en caso de despiste o duda, nuestro rumbo es aproximadamente 28º NE. En poco más de media hora daremos con un collado, levemente a la derecha divisaremos la cumbre del pico Calderón (2071 m). La cuesta atenúa su pendiente, y a nuestra espalda aparece tímidamente la aldea. Lo más difícil está hecho. Una vez en el Calderon, distinguiremos perfectamente el pico Atalaya (con sus 2083 m., es la cima provincial); a un kilómetro escaso dirección norte destaca el monolito de cemento del pico Las Cabras (vértice geodésico, a pesar de ser tres metros más chico que el anterior: 2080 m). Llegados hasta aquí podemos darnos por satisfechos al haber andado el techo albaceteño. Tras deleitarnos con las estupendas vistas, reponer fuerzas y descansar lo preciso, regresamos por el mismo sitio sin complicarnos la vida. Lo dicho: ruta muy recomendable, sin exigencias técnicas destacables, apta para todo tipo de senderista en aceptable buena forma física. Os lo repito: no os la perdáis.
Un cordial saludo.