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Cerramos el invierno con la cuarta ruta oficial del Club Deportivo Montañeros de La Loma con una incursión por la Sierra de Segura, concretamente en la zona de Pontones. Desde Fuente Segura de Abajo tomamos el Calar que en dirección sur nos llevará hasta la hoya del Serbal, donde buscamos el primer punto de interés una Sima que hay más o menos en la parte central del mismo que parece tener varias aperturas. Mientras caminamos este terreno áspero, las nubes se abren y cierran según el viento, y nos caen unos copos de nieve, aunque finalmente se abre cuando llegamos al borde de este conjunto rocoso para situarnos sobre el los Cortijos del Miravete. Aquí las vistas son espectaculares y divisamos la zona del Mirador de Juan León, más al sur se ve la silueta del Banderillas y Majal Alto y bajo este Los Centenares, al este el Tranco y el perfil de Las Villas.

Iniciamos descenso hasta el Miravete donde tomamos un bocado mientras el sol hace acto de presencia. Lugar espléndido, enclave magnífico, pero impresión triste la que da la ruina del lugar. Tan solo una casa se mantiene a duras penas entera, y se utiliza para vivaquear como muestran los enseres que encontramos dentro, con botiquín incluido. Después bajamos junto al arroyo del Barranco del Lobo o de los Centenares donde nos paramos ante la notable cascada que hay en la zona más estrecha del barranco. Un poco más abajo llega por nuestra derecha desde el norte el Arroyo de las Espumareas, que se junta con el que transitamos en otro enclave fantástico, Las Huelgas. Aquí la ruina es total, y apenas unos muros se mantienen de entre todas las edificaciones. Aprovechamos para entrar en la Cerrada de Parrate y disfrutar de lo vertical de la zona con una nueva cascada y tajos importantes. Queda pendiente recorrer la cerrada desde la zona del Molino de Parrate por los cintos del mismo nombre, pero hoy no es el día, por lo que volvemos a las Huelgas e iniciamos ascenso por un precioso sendero, que se convierte pronto en camino de herradura y que nos llevará hasta Peña Mujo.

La primera parte de este camino, la de la vertiente interior, está moteada por incontables plantas de romero en flor entre el pinar y los enebros. Personalmente, estoy encantado en este tramo y no me privo de pasar la mano por el romero que da un aroma espectacular. Una vez en la vertiente exterior, sobre el Valle del Guadalquivir advertimos pronto Peña Mujo, imponente y El Tranco. En la peña hacemos una trepada para asomarnos desde arriba y cuando nos disponemos a reponer fuerzas vuelven viento y lluvia, que nos acompañan hasta la mitad del ascenso al Tolaillo campo a través. Desde este vértice geodésico buscamos la senda del Artuñedo, que abandonamos más adelante para buscar las Veguillas y Fuente Segura. Una ruta asequible y muy bonita con una distancia de 20 km recorridos, pero de perfil más suave que de costumbre, y un grupo numeroso esta vez disfrutando de la montaña. Estupenda compañía de paseo.