Fuente Segura, Miravetes, Las Huelgas, Los Centenares, Los Miradores (Sierra de Segura)

Nuevamente recorremos éstas bellas aldeas expropiadas y abandonadas de la Sierra de Segura y ya he perdido la cuenta de las veces que lo hemos hecho, pero realizando una ruta novedosa (al menos para nosotros), emocionante y muy interesante. Sobretodo la subida a los Miradores por el barranco del Lobo es alucinante, nuevas perspectivas de éste rincón Segureño se abren en toda su magnitud y belleza ante nuestros ojos.
Todo se lo debemos a nuestro amigo Pedro Castillo Paton, que con mucho tesón y determinación está examinando hasta el último rincón de éstas tierras Pontoneras.
¡Gracias Perico!
Eso sí, tanto la subida por el barranco del Lobo como parte del recorrido por los Miradores es dificultoso, campo a través o por veredas de animales practicamente imperceptibles, con pasos aéreos y fuertes pendientes. El resto de la ruta se realiza por senderos y veredas más o menos cómodas.

Partimos desde Fuente Segura (nacimiento del río Segura), caminando por la pista de tierra que se dirige a Fuente Segura de Arriba. Obviamos otra pista que sale a nuestra izquierda y por la que regresaremos a la tarde. En breves metros llegamos a un arroyo junto a unas naves ganaderas, salimos de la pista y remontamos el arroyo por veredas bastante definidas de ganado, hacia el SO y por el margen natural derecho(izquierdo en el sentido de nuestra marcha).
Estamos remontando en suave ascenso la Vertiente de la Fuente de la Puerca, por una zona bastante desarbolada, solo tenemos que ir sorteando espinos siguiendo la vereda. Un poco antes de remontar del todo el arroyo nos salimos a la derecha, hacia el NO, ascendiendo a la muy cercana meseta de la Hoya de Poyo Serbal, pasando entre un portillo entre rocas. Seguimos con la misma dirección atravesando éste llano hasta llegar al borde Oeste de la meseta.
Estamos en el filo de un gran “embudo” y las vistas son espectaculares, divisando gran parte de la ruta de hoy. Más o menos en el centro de éste “embudo” una gran flecha de piedras nos indica el comienzo del zigzagueante sendero que desciende a los Miravetes. El sendero describe un trazado espectacular con unas vistas impresionantes, sobretodo de los espectaculares cortados y pedreras bajo los Miradores, en las llamadas Umbrías de Parra. De vez encunado nos salimos del sendero para asomarnos a asombrosos balcones y casi sin darnos cuenta estamos en la bella aldea de los Miravetes.
Desde aquí tomamos el sendero que sale por los bancales al norte de los Miravetes y que nos lleva a la aldea de las Huelgas, introduciendose en un denso pinar entre el barranco del Lobo y los bellos farallones que nos flanquean al Este. Pasamos la confluencia del arroyo de las Espumaderas, que llega hasta aquí a través de un espectacular cañón ,con el de los Centenares o barranco del Lobo y ya estamos en las ruinas de las Huelgas. Cruzamos el arroyo , ahora llamado de las Huelgas, a su orilla izquierda y a través de una chopera llegamos a una gran explanada. En éste llano confluye otro arroyo que viene del SO y junto al mismo arranca el sendero que nos llevara remontando dicho arroyo hasta el Collado Salido.
Se trata de un bello sendero de herradura donde jóvenes brotes de pino empiezan a invadirlo, por lo que si no se remedia en pocos años se perderá y que va ganando altura tras varios zigzags entre el Poyo de las Lindes y el Puntal de los Sabinares hasta que alcanza el Collado Salido.
Pocos metros después de pasar el collado salimos a la pista de Mirabuenos, la que desde el Tranco lleva a los Centenares pasando por Fuente del Roble, Majal Alto y las Canalejas. La seguimos a la izquierda, hacia el Sur y en la siguiente bifurcación a la izquierda también, para descender a la cercana y maravillosa aldea de los Centenares.
En los Centenares descansamos un buen rato, el lugar es idílico para ello, mientras recordamos otros buenos momentos pasados aquí ; nos imaginamos los duros inviernos que sus antiguos moradores tuvieron que soportar. También creemos poder imaginarnos lo duro que fue el que expulsaran a éstas gentes de su “paraíso”, de la tierra de sus raíces, sobretodo por un motivo tan injustificado y caprichoso. Pero es que la caza puede con todo, sobretodo por que las clases pudientes gustan del “deporte” de asesinar animales.
Desde los Centenares atravesamos las eras que hay al Sur y buscamos el sendero, bastante desdibujado pero jalonado de hitos que desciende al lecho del arroyo del barranco del Lobo. Vamos remontando dicho arroyo introduciendonos en el cañón que forma. El sendero cada vez es menos evidente pero los hitos siguen. Por aquí hubo un paso que subía al collado de las Hoyas y al de los Frailes después, para o bien tirar para los Campos de Hernán Perea o bien a la Hoya de la Albardía, el Cubero y la Fresnedilla. Pero de ese sendero poco queda y nuestro amigo Perico ha buscado una forma relativamente cómoda pero en muy fuerte ascenso de llegar hasta el Collado de las Hoyas.
Antes de entrar en la cerrada o cañón del barranco vimos al Sur tres crestas, tres lomas y hacia las que nos dirigimos. Pues por la raspa de la última de ellas, la que queda más al SE es por la que ascenderemos al collado. Si vamos atentos hasta casi arriba del todo hay hitos de piedra. El terreno es empinado , suelto a veces y con algún paso aéreo, pero que se sube sin demasiadas complicaciones (descender tiene que ser otro cantar).
Una vez en el Collado de las Hoyas se nos abren unas vistas espectaculares tanto a la vertiente del barranco del Lobo como a la del arroyo de las Grajas; casi podemos tocas la gran muralla pétrea que forman los Miradores y las Umbrías de Parra.
La forma más cómoda de ascender a los Miradores pero también muchísimo más larga sería llegar al Collado de los Frailes y tomar el GR-7, GR-247; pero teniendolos tan cerca decidimos atacarlos directamente, por la cresta que forman con el collado y entre un denso pinar, tomando dirección SE. No es complicado pero si es una subida muy explosiva y fatigosa.
Nos encontramos en una superficie bastante llana, de modelado típicamente kárstico , donde abundan las dolinas y la vegetación es menos densa. Hacia el SE los perfiles son suaves, se encuentran los Campos de Hernán Perea y el Pinar del Risco, mientras que hacia el NO, son muy abruptos y de gran desnivel.
Caminamos hacia el NE, campo a través , por el filo de los Miradores ;de vez en cuando nos asomamos a algún peñón para disfrutar de las inmensas panorámicas que nos ofrecen y teniendo precaución , pues una caída puede resultar fatal. Tenemos la opción de no caminar por el filo y hacerlo por el interior. Llegamos al mirador de Juan León, donde llega un sendero señalizado. En éste punto podemos seguir el camino y regresar a Fuente Segura, de forma rápida y tranquila, pero nosotros seguimos por los Miradores un rato más.
Finalmente al llegar cerca del naciente de la Vertiente de la Fuente de la Puerca nos dirigimos hacia el Este para tomar el camino que en breves kilómetros nos lleva al NE, Norte hacia Fuente Segura, pasando antes por unos tornajos y las tinadas del Estrenina y del Tio Aguilillo.