Fuenteheridos circular por la Peña Arias Montano, el camino de La Cruz del Pobre y El Bosque Encantado

Fuenteheridos circular por la Peña Arias Montano, el camino de La Cruz del Pobre y El Bosque Encantado 14 Km.

Preciosa ruta que discurre por senderos tan impresionantes como poco transitados, resultando una alternativa fantástica para disfrutar de las increíbles vistas que nos ofrecen los miradores situados en el puerto de Alájar y la Peña de Arias Montano. Al tratarse de estrechos senderos que discurren entre diferente arbolado es una ruta idónea para realizarla en épocas calurosas. El monte siempre nos sorprende con diferentes matices según la época del año en que nos encontremos y, después de una temporada viendo los castaños desnudos, ahora en primavera comienzan a vestirse de hojas verdes que, junto a la manta de helechos que cubren el suelo, nos regalan una maravillosa imagen del entorno ahora completamente diferente pero siempre espectacular.

Comenzamos nuestro itinerario en la Plaza El Coso de Fuenteheridos, y nos dirigimos por la calle Virgen de la Fuente hacia la rotonda de entrada a la localidad donde encontraremos, justo al inicio de la carretera hacia Alájar, un pequeño y discreto poste de madera indicador de inicio del sendero “Fuenteheridos – Linares de la Sierra”, que nos conducirá hasta el mirador del puerto de Alájar.

Este estrecho y cómodo sendero discurre entre alambradas o muretes de piedra, y la primera mitad de su recorrido la realizaremos en continuo ascenso moderado, siendo escoltados durante nuestra marcha por multitud de sorprendentes castaños, para seguir después llaneando hasta llegar a un cruce de caminos. El camino que sigue de frente continúa en dirección a Linares de la Sierra, por lo que nosotros giraremos a la derecha hasta encontrar un doble portón. El primero se encuentra abierto y el segundo, a un metro de éste, se halla cerrado, aunque existe un pasillo entre ambos que se abre a la derecha, hacia donde nosotros giraremos, con un cartel que indica claramente que se trata de un camino público, diseñado para rodear la finca que nos separa de la carretera Fuenteheridos – Alájar, la cual debemos cruzar para situarnos sobre el impresionante mirador del puerto de Alájar (820m. de altitud).

Tras disfrutar de unas maravillosas vistas, nos dirigiremos ahora a la Peña Arias Montano (720m. de altitud), y lo haremos por un atajo situado junto al mirador para evitar tener que bajar por la carretera, con la que volveremos a encontrarnos más abajo y por la que caminaremos unos 100 metros hasta adentrarnos en el entorno de la Peña, donde obtendremos otra maravillosa perspectiva del sur de la Sierra gracias a su mirador abalconado, y podremos visitar el Santuario Nuestra Señora Reina de los Ángeles situado en dicha explanada.

Seguimos en dirección oeste y nos toparemos con una pequeña bifurcación con un cartel indicador. Si tomásemos el camino que asciende a la derecha, nos dirigiríamos al mirador situado por encima de la Peña, o también contactaríamos con el camino de los Conejales, por el que podríamos atajar a Fuenteheridos. Nosotros seguiremos de frente en dirección a Castaño del Robledo por un bonito y cómodo sendero por el que caminaremos en constante ascenso, pues no olvidemos que Castaño es el pueblo de mayor altitud de la provincia de Huelva.

De esta manera llegaremos a un cruce de caminos que nos situará en uno de los senderos más transitados de la zona en época de castañas; se trata del sendero “Rodeo al Cerro del Castaño”, que nosotros tomaremos a la derecha. Poco más adelante hallaremos un nuevo cruce de caminos. El camino de la derecha es el de la Urraleda, por el que atajaríamos a Fuenteheridos si quisiéramos acortar la ruta. En nuestro caso seguiremos por la izquierda hasta toparnos con la carretera que une las localidades de Fuenteheridos y Castaño del Robledo, la cual cruzaremos para situarnos en el camino de la Cruz del Pobre.

Caminamos por un cómodo y ancho sendero de tierra que discurre entre hermosos castaños mientras vamos perdiendo altura, y enseguida cruzaremos un pequeño riachuelito a partir del cual el murmullo de sus aguas discurriendo por el cauce del barranco del Cuco, paralelo a nuestro sendero, nos acompañará durante un buen rato. Más adelante, abandonaremos el sendero principal para desviarnos a la derecha en un cruce de caminos por otro más estrecho que discurre entre pinares, proporcionándonos algo de sombra, cosa que en días calurosos se agradece bastante.

Tras girar de nuevo a la derecha en otro cruce de caminos, finalmente desembocamos en el “Camino Viejo de Fuenteheridos a Galaroza”, en cuyo cruce giraremos a la derecha en dirección a Fuenteheridos. Se trata de un camino muy cómodo de transitar (a pesar del continuo ascenso que ahora debemos afrontar), más encajonado inicialmente y que transcurre por un precioso bosque de ribera con pinos y diversa vegetación en la que no puede faltar tampoco la presencia de numerosos castaños, propios del ecosistema más característico de este parque, y que más adelante comienza a ensancharse y a sumergirse en uno de los parajes más bonitos de la ruta y del propio Parque Natural. La gran masa de castaños centenarios que ahora observamos, con sus troncos huecos y el manto de helechos originados gracias a la altitud y elevada pluviometría de la zona crean un entorno mágico que justifica el nombre de “Bosque Encantado”.

Nos quedan apenas un par de kilómetros para finalizar nuestro recorrido, y sólo nos queda estar atentos a los cruces de caminos que vayamos encontrando para no despistarnos, algunos muy evidentes, hasta que giramos a la izquierda en el último de ellos para adentrarnos en Fuenteheridos por el noroeste de la localidad, la zona más alta, desde donde aprovecharemos para callejear y conocer un poco este bonito pueblo hasta desembocar de nuevo en la plaza El Coso, lugar donde comenzamos y ahora damos por finalizada nuestra hermosa ruta. No podemos dejar de acercarnos a la Fuente de Los 12 Caños, situada en la misma plaza, lugar de nacimiento del río Múrtigas, y que ahora luce fantástica con sus caños desbordando agua a raudales. Tampoco nos dejará indiferentes la imagen de la Iglesia del Espíritu Santo sobresaliendo entre estrechas y encajonadas callejuelas, cuyo templo actual es fruto de la reconstrucción del original, tras el gran terremoto de Lisboa de 1755.

La naturaleza siempre nos reconforta, nos reequilibra y, con su extraordinaria belleza y sencillez, nos recuerda que formamos parte de ella y de su entorno. Por eso, aquí nos sentimos como en casa. La vida es el camino, pero el camino nos da la vida.