Fuentes de Villaharta. Embalse de Puente Nuevo. Vía férrea Córdoba-Almorchón. Estación de la Alhondiguilla

Comenzamos a andar en el Restaurante El Cruce de Villaharta buscando el GR48 que transcurre en estos lares por la Cañada Real Soriana. Lo primero que nos encontramos es el nuevo y caro Balneario de Villaharta, que ha venido a sustituir a una gran cantidad de fuentes cuya agua se consideraba curativa durante el siglo pasado. De la mayoría de ellas solo quedan las ruinas, aunque algunas se han restaurado, como la de Malos Pasos. Quizá la más llamativa sea el Quiosco de la Fuente Agria, una cónica estructura metálica, que la tienen cerrada con candado cuando su interior se conserva perfectamente, como así pudimos comprobar por una rendija.

Después de la visita a estas fuentes, nos metimos por los montes aledaños, siguiendo pistas y senderos por bosque mediterráneo muy bien conservado. Tras el cancaneo volvimos abajo, a la altura de otra fuente, la de San Rafael. Muy cerca están las ruinas del que fue el Gran Balneario de Santa Elisa, del cual sobreviven todos los muros, pero ningún techo. Desde aquí buscamos una pista que nos lleva a las colas del Embalse de Puente Nuevo, con el objetivo de llegar a la vía férrea en desuso Córdoba-Almorchón, ya que teníamos interés en cruzar unos puentes sobre el pantano. Lo que ocurre es que con la horrible sequía que tenemos las colas están muy lejos, bastante después de la vía. Este tramo fue bastante farragoso, siguiendo veredas de animales cuando las había. Es interesante usar calzado impermeable en épocas frías, porque se anda entre la hierba. Al fin llegamos a la vía y tiramos hacia los puentes que normalmente sirven para pasar las colas. Vistos estos, volvimos sobre nuestros pasos hacia la Estación de la Alhondiguilla. Este tramo de vía se ha estado utilizando hasta el reciente cierre de la Central Térmica de Puente Nuevo, por lo que el estado de la vía es muy bueno. La estación aún no ha sido vandalizada (será cuestión de tiempo) y puede verse por los cristales la maquinaria de movimiento de raíles, que no es precisamente moderna. Desde la estación, fuimos por pista hasta el carretera de servicio de la Central, donde evidentemente el tráfico es prácticamente nulo. Allí disfrutamos buenas panorámicas del embalse y de la central cuando nos dejó la niebla.

Pasamos de nuevo por las ruinas del balneario y por la Fuente de San Rafael. Seguimos un sendero del que solo nos desviamos para visitar las ruinas de otros baños que también tuvieron que ser enormes, los de La Lastra. Desde ellos solo nos quedaba volver al inicio. Lo hicimos por donde pudimos, tratando de encontrar el sendero, pero no siempre fue sencillo. Una vez en las urbanizaciones, todo se facilitó y llegamos pronto a tomarnos una cerveza en el restaurante donde iniciamos la marcha en este frío día invernal.