Fuentes del río Grío desde el puerto de Mainar

Recorrido corto e intenso en busca de los nacederos que dan vida al Grío, el río más relevante de la Sierra de Algairén, con permiso del río Tiernas o Alpartir.
Se trata de una ruta que no reviste grandes complicaciones en su primera mitad hasta alcanzar la cima del Cabezo de la Atalaya. La subida hacia la cabecera del río Grío está relativamente despejada de vegetación y aparecen puntuales marcas verdes y blancas de un antiguo sendero local venido a menos y cintas de plástico de lo que parece haber sido una carrera de montaña o quizá un proyecto de remarcado de esta senda.
Después de disfrutar de las panorámicas que se tienen desde la Atalaya, nos toca bajar en busca del segundo nacedero que da vida al Grío, el barranco de la Hoya Vedada. Esta segunda mitad de la ruta carece de señalización oficial, se realiza por terrenos bastante pendientes y solo aparecen circunstancialmente algunos hitos de piedra que dan pistas del camino a seguir.
A nuestro favor juega que los horizontes son mayormente despejados y la orientación es menos complicada. Cuando lleguemos a la altura del cauce del barranco de la Hoya Vedada, nos encontraremos con un lecho invadido por las zarzas, imposible de cruzar, pese a que en la margen derecha del barranco se observan algunos hitos de piedra desde este punto. Esto se debe a que el cruce que antes era vadeable y utilizado por los senderistas se ha cerrado completamente por falta de paso.
Para ganar la imprescindible margen derecha del barranco iremos a buscar una pistilla algo difuminada que desciende desde el vecino collado de la Hoya Vedada para cruzar ahora sí sin contratiempos el barranco. La primera parte de este descenso desde la pistilla es algo penosa, ya que se realiza campo a través, solo guiada por algún esporádico hito de piedras.
El sentido de la marcha comienza a ser claro cuando alcanzamos una especie de trocha, seguramente ligada a una antigua explotación de madera o carbón. Pese a que el camino se está cerrando de vegetación, mayormente ramajes de encinas y algún que otro zarzal, no hay lugar a dudas en cuanto a la dirección de la marcha. Esta trocha desemboca en una pista perfectamente en uso a través de la cual concluiremos esta corta circular.

Crónica completa: